Agustín, Edgardo, Joaquín y Carlos

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22 de agosto de 2021
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12:03 am
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Agustín, Edgardo, Joaquín y Carlos

Algo más sobre la numismática

Por: Mario Hernán Ramírez
Presidente vitalicio Consejo Hondureño de la Cultura “Juan Ramón Molina”.

Ya anteriormente cuando se nos fueron en mayo: Max, Julio y Lilian, habíamos escrito algo parecido a lo que hoy nos ocupa y es sinceramente triste abordar estos temas tan dolorosos, porque se trata de personas con las que hemos convivido y pasado momentos sumamente alegres, felices, contentos, al calor de la amistad entrañable que en todo momento nos vinculó.

Hoy al igual que ayer, sumamente consternados tenemos que referirnos al fallecimiento del ilustre profesor, periodista, abogado y técnico en televisión y radio, profesional Agustín Rafael Lagos Valladares, personaje de relevantes méritos, el que, a pesar de sus vastos conocimientos en los diferentes campos de la vida, jamás de los jamases hizo gala de tales méritos y virtudes, ya que su característica principal fue la humildad, la bondad y la nobleza.

Agustín trabajó para Emisoras Unidas y Televicentro por muchos años, hasta que alcanzó sus títulos de periodista y abogado, pasando entonces a la máxima casa de estudios en donde se desempeñó con buen suceso como catedrático en ambas materias; sin embargo, el tiempo a veces nos juega cartas marcadas y durante los últimos días de su existencia una cruel enfermedad lo agobió hasta que la parca se encargó de su ilustre personalidad, aquí, muy cerca de nuestra residencia, por lo que era muy común y corriente vernos casi a diario, saludarnos y conversar amenamente sobre temas que ambos conocíamos. Descanse en paz el gran Agustín.

Edgardo Antonio Borjas, coronel de infantería y periodista académico de la primera promoción registrada en Honduras, se remonta a la época en que existía la Escuela Superior del Profesorado y que don Eliseo Pérez Cadalso organizara un curso como a manera de ensayo para lo que posteriormente fuera la Escuela de Periodismo anexa a la UNAH.

Con Edgardo Antonio también participaron en ese memorable curso Raúl Lanza Valeriano, Magda Argentina Erazo Galo, Eda Rubí, Gustavo Rubí, Mariano Perdomo Vallecillo, Alexis Ramírez, Armando Juárez, probablemente Juan Ramón Mairena Cruz y uno que otro que la infiel memoria los pierde en el tiempo.

Este otro colega muy distinguido y caballeroso, no solo por su formación militar sino por vocación propia, fue uno de los más entusiastas miembros de la Asociación de Prensa Hondureña (APH), en la que ocupó diferentes cargos de dirección; perteneció al grupo de los profesionales que condujeron por muchos años el popular programa Proyecciones Militares y se convirtió en el edecán del general Policarpo Paz García, cargos en los que siempre su nobleza y solidaridad constituyeron su principal ocupación, por lo que su repentino fallecimiento nos ha impresionado sobre manera. Descanse en paz el coronel y periodista Edgardo Antonio Borjas.

Y más acá en el tiempo, la sorpresa fue todavía más impactante, cuando vía teléfono su honorable esposa doña Ondina, nos comunicó sumamente acongojada la triste noticia del desaparecimiento físico de nuestro entrañable amigo abogado y economista Joaquín Heriberto Quesada Martínez, hombre de múltiples facetas en el transcurso de su existencia, originario de la cívica Olanchito, desde muy joven cargó sus bártulos hasta Tegucigalpa donde finalizó sus estudios comerciales en el recordado Instituto Honduras en la década de los cincuenta, época desde la cual logramos afianzar una gran amistad, la que mantuvimos por cerca de setenta años, amistad en la que hubo de todo, máxime en nuestra ya lejana juventud que la disfrutamos con intensidad y verdadera camaradería. Joaquín fue también un hondureño excepcional, consagrado definitivamente al estudio, a los negocios y sobre todo a la crianza y educación de sus hijos a los que adoraba entrañablemente, por lo que no dudamos, siguen llorando su partida sin retorno.

Carlos Godoy Arteaga, significa dentro del gremio profesional médico, un símbolo de sobresaliente figura en el desempeño de su profesión, misma que cultivó desde muy joven cuando adquirió el honroso título de médico y cirujano especializándose en la pediatría; pero, Carlos egresado del célebre Instituto Central Vicente Cáceres, alternó sus estudios con otros de igual título como Víctor Manuel Tercero (Q.D.D.G.); César Castellanos Figueroa; Honorio Claros Fortín y otros prominentes médicos que siempre reconocieron en Carlos, al hombre de supremas aspiraciones y grandes ideales.

Entre sus relevantes cargos tuvo el honor de ser el fundador y primer director del Hospital Materno Infantil, inaugurado solemnemente un primero de mayo de 1969, hospital al que le correspondió la enorme responsabilidad de organizar y prepararlo para la gran tarea que tenía por delante. Carlos también fue director general de Salud y viceministro de ese ramo; otro hondureño ejemplar que deja una huella indeleble a su paso por la vida, porque al igual que nuestros anteriores amigos, siempre hizo gala de la nobleza y humildad como normas de vida, por lo que, al despedirlo, elevamos nuestras plegarias por el descanso eterno de su alma y resignación cristiana, especialmente a su viuda Rosa Emilia Urquía.

Ya para cerrar este artículo, nuevamente fuimos conmovidos con la no menos infausta noticia del prematuro fallecimiento de la joven Vanesa Palencia Solórzano, hija de nuestro distinguido y respetado amigo y colega el periodista Gustavo Palencia, exredactor del desaparecido diario Tiempo de San Pedro Sula y actual corresponsal internacional de una de las agencias de noticias más importantes del mundo, por lo que nos unimos al dolor que sin duda embarga a la familia Palencia Solórzano.

Que las siemprevivas del recuerdo permanezcan frescas en el corazón y la mente de quienes tuvimos la oportunidad de conocer a estos cinco hondureños que se fueron, para no volver.

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