Juan Ramón Martínez
Aunque las dificultades han sido muchas -la mayoría de conocimiento público- hemos logrado muy buenos resultados. En primer lugar, hemos organizado 284 comisiones municipales y 18 departamentales. Porque la idea es que fuera -y así ha sido- una celebración de todo el pueblo hondureño, dirigido en los departamentos, por gobernadores, alcaldes y directores de educación. Por ello, el acontecimiento ha sido de conocimiento de los maestros -que se han comprometido en ello- los alumnos y los vecinos. Las actividades, muchas. Incluso algunas que me han sorprendido mucho: desfile de tanques de guerra en Marcovia para recordar la guerra del 69, la elección de las personas más longevas del municipio, la selección de la Señorita Bicentenario en varios municipios, la confección de murales y festivales de bailes folclóricos. Todas estas actividades locales, han fortalecido la unidad y levantado el decaído orgullo del hondureño. Porque para nosotros, esta no es una oportunidad para darle clases a la población sobre historia -cosa que, por supuesto no menospreciamos, de hecho, han sido muchas las conferencias vía electrónica que se han ofrecido- sino para elevar el orgullo colectivo, aumentar el sentimiento de la hondureñidad y fortalecer el orgullo nacional e individual.
Después de un enorme esfuerzo, porque no es fácil conciliar los intereses de los académicos, los funcionarios públicos -especialmente los más politizados y además entrenados en simple mercadotecnia y expertos luminotécnicos que, solo mueven emociones temporales- estamos satisfechos. A nivel nacional construyendo un monumento conmemorativo del Bicentenario -con el apoyo del COHEP y la alcaldía de Tegucigalpa-, celebraremos un concurso nacional de oratoria entre jóvenes universitarios y hemos convocado a un concurso para publicar una historia de Honduras para escolares, jóvenes y adultos que, no tenemos. Y estamos haciendo esfuerzos para que el gobierno de Honduras, publique libros fundamentales; pero agotados, para que las nuevas generaciones tengan conocimiento del pasado; puedan valorar lo que hemos hecho y apenarse de las fallas que se han cometido e impedido el desarrollo de Honduras. Porque nadie puede disimular que somos el país más atraso y menospreciado de Centroamérica. Hasta por Bukele, que no tiene razones suficientes para ello.
Finalmente, a nivel nacional, hemos recibido el respaldo de muchos diputados para que el Aeropuerto de Palmerola se llame Bicentenario. Y Osvaldo Ramos Soto, nos ha ofrecido su talento para volver obligatoria, a nivel escolar y medio, la educación “Moral y Cívica” que Pineda Ponce en una acción equivocada, diluyó en todas las asignaturas, siguiendo el consejo equivocado de algunos de sus asesores. Así como también la celebración obligatoria del “Sábado Cívico”; pero evitando que los profesores la efectúen el viernes, como acostumbran algunos, para trabajar menos. Además, nosotros, publicamos cada 15 días el periódico digital “El Bicentenario” con muy buena información histórica y además, con variadas noticias de lo que se hace en cada uno de los municipios del país. Como son tantas, no han faltado las cordiales protestas de algunos compañeros que, nos reclaman porque sus actividades no aparecen. Y la razón es que, son tantas que no tenemos espacio suficiente. Fuera de LA TRIBUNA, que nos apoya, el resto de los periódicos han hecho sus propias celebraciones, iguales que las universidades públicas -UNAH y UPN- que, pese a los esfuerzos, no han creído conveniente trabajar con nosotros. Presumo que es, porque nos consideran gobiernistas, aunque ellas operan con fondos que no son del gobierno, además, sino que fruto del trabajo de los hondureños. Durante el mes de septiembre, efectuaremos una intensa campaña de publicidad, para levantar el ánimo y el fervor patrio. Hasta ahora, solo hemos recibido apoyo de Canal 8 y Canal 10 que, nos ha dado once menciones diarias durante tres meses.
En Choluteca, se efectuarán muchas actividades, algunas de las cuales son iniciativa local. Cosa que nos parece normal y que, además, celebramos. Y en las que, participaremos fraternalmente. Y, organizaciones de servicio, como los Clubes de Leones, los Rotarios, nos han apoyado mucho. Así como estamos haciendo esfuerzos con los empresarios más destacados, algunos de los cuales han abrazado con orgullo y satisfacción esta actividad
En conclusión, sin lograr todo lo que habíamos planeado, los resultados, de cara a las circunstancias anormales, han sido satisfactorias. Estoy contento por lo hecho y orgulloso del trabajo de mis compatriotas de todo el país. No podría sentirme mejor
