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EL aeropuerto capitalino perdió su última batalla, no como diría el prolífico Gabo, “en los tiempos del Cólera” sino, más bien, en los tiempos de la peste del coronavirus. A partir de octubre Toncontín dejará de operar vuelos internacionales. Encontramos en los archivos una vieja fotografía. Al reverso una anotación escrita a mano: “Inauguración del Aeropuerto Toncontín”, 1949, “Presidente Juan Manuel Gálvez”. Frente a las instalaciones de la antigua terminal –presumiblemente el acto sería la conclusión de la pista asfaltada– junto al mandatario logramos identificar, al mayor Roberto Gálvez Barnes, al director fundador de LA TRIBUNA, Oscar A. Flores Midence, al coronel Héctor Caraccioli, al general Roque J. Rodríguez entre otros personajes de la época presentes en la ceremonia.
A propósito del cierre de Toncontín, sin que autoridad local alguna levantase un dedo en defensa del histórico patrimonio de la ciudad capital, la hija del coronel Gálvez Barnes le envía a Ninfa una hoja, diciéndole que lo encontró “entre los papeles de su padre, en un álbum del recuerdo”. Se trata –explica– de “unas cuñas que fueron elaboradas años atrás cuando iban a cerrar Toncontín” para ser transmitida en diversos medios de comunicación. Las remite, “por si de algo sirven”. A continuación el texto de las cuñas, tecleadas en una vieja máquina de mecanografía, que tomamos del papel: 1. “No retrocedamos cien años”. Una capital sin ferrocarril, sin carretera panamericana y sin aeropuerto internacional, como se intenta dejar a Tegucigalpa, sería un caso insólito en el mundo. Nuestra capital merece mejor suerte, defiéndela”. 2. “Un grupo de hondureños pretenden sacrificar a nuestra ciudad Tegucigalpa. Hoteles, restaurantes y todos los negocios en ella ubicados sentirán el impacto económico si se prohíben los vuelos internacionales. Ciudadano capitalino, defiende tu ciudad, así defenderás tu empleo, tus medios de vida y el futuro de tus hijos”. 3. “Capitalino: ¿Sabes que quieren quitarle el derecho al tráfico aéreo internacional a Tegucigalpa?. No lo permitas. Esta medida traería pobreza, desempleo, ausencia de turismo y males irreparables para nuestra capital”. 4. “Empresario capitalino: Tu empresa, tu negocio, sea grande o pequeño está gravemente amenazado. No permitas que el aeropuerto de Tegucigalpa sea suprimido para vuelos internacionales. El futuro de la capital está en peligro. Defiéndela”.
5. “Empresario capitalino: ¿Te has dado cuenta de que tu negocio o empresa sería seriamente perjudicada si los vuelos internacionales se suprimen en Tegucigalpa?. No permitas que intereses poderosos que ya tienen planes preconcebidos lleven a cabo este propósito. Defiende tus intereses. Entérate de lo que está pasando”. Pues bien, solo resta agradecer a Laura la buena intención de dar a conocer a los amables lectores de este rotativo el contenido de esa campaña. El texto de exhortaciones a los capitalinos –animándolos a defender el peculio municipal– que encontró entre los papeles de su querido padre y gran amigo. ¿Qué más de lo que ya se ha escrito en esta columna de opinión podría decirse sobre esta pérdida irreparable de los valiosos haberes de la ciudad capital? Si los capitalinos parecieran no inmutarse ante el despojo de lo suyo, ni modo, –y qué triste que así sea– pero no hay nada más que decir.
