¿DESAPEGO?

ZV
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26 de agosto de 2021
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12:48 am
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¿DESAPEGO?

CAPITALINOS Y EL AEROPUERTOLO DOMÉSTICO Y LA SOLIDARIDAD

DECÍAMOS ayer, alusivo a la defensa o más bien la falta de defensa de los intereses capitalinos. Esto último, quizás, porque muchos de los pobladores situados en el desordenado desarrollo citadino provienen de otros lugares. Son el fruto de la migración recurrente fundidos en el crisol capitalino. Y podría ser –no hay que aventurarse a asegurarlo– que adolezcan del sentido de pertenencia o del espíritu de atadura a un lugar que no perciben como algo propio. Ya que la propiedad se cuida, se protege, se quiere, como el campesino se entraña a la tierra y la pelea. Cuanto menos un mínimo esfuerzo por evitar el despojo. Sin embargo, de la cultura de hoy no hay nada de qué asombrarse. Por una rifa de ubicación en una papeleta electoral en un decir Jesús, –recordando la genial frase de Herman Allan Padget– aflora “su majestad el tumulto”. Pero en la lucha por el patrimonio histórico de la capital, ni los ecos de un gemido.

Pues bien, pertinente a lo anterior recibimos opiniones de varios lectores. Unos argumentando que sí hubo lucha que topó con oídos sordos y otros lamentando que fue poco el apoyo que recibieron. Reacciones, posiblemente, a lo otro que planteamos: Hoy en día –en la era de las sociedades líquidas y de la inteligencia superficial, las palabras estorban. A los zombis adictos a sus pantallas digitales les cuesta hilvanar oraciones completas. El acuse de recibo consiste en pegar pichingos y “emojis”. Raras veces la correspondencia es una plática normal, como antes era, tomándose la molestia de escribir palabras. (Hasta aquí lo que decíamos ayer). Sin embargo, a veces los reclamos reditúan beneficios. Como este bien hilvanado comentario del amigo exrector de la UNAH, alusivo a lo abordado al inicio de este escrito, es decir lo relativo al sentimiento de proximidad o de desapego de muchos habitantes al lugar donde viven: “No es que los fueranos –sostiene el exrector– no amemos la capital”. “Muchos la queremos más que quienes nacieron aquí y jamás la han recorrido a pie ni han aportado un chícharo al desarrollo urbano y menos al arte y la cultura”. “Es posible –continua expresando– que la indiferencia se deba a la fuerza de los vínculos con las familias de los trashumantes, abuelos y tíos quienes quedaron en sus pueblos”, “O también al poco talento de los “servidores” del Estado para solucionar y dar calidad a los servicios públicos de educación, salud, agua, energía y seguridad de las personas y los bienes… porque para disponer de ellos hay que construir con fondos propios una cisterna de 10,000 galones, que de todos modos pasa vacía o en su defecto una pila lijosa”.

“Hay que instalar un motor de respaldo para cuando se va la energía, meterse en algún seguro colectivo porque no hay IHSS, pagar escuela privada porque la pública no sirve, adherirse a la vigilancia del barrio seguro y esconder los ahorros bajo el colchón para quitarse la tasa…”.
“Encima, cada 4 años hay que seleccionar a los talentosos dentro del ramillete de conocidos y desconocidos nominados por las “perperas” que no prometen nada porque nada se les ocurre”. “Y como la “cohesión social” está en manos de las tribus y clanes de los cívicos olanchitos, las escopetas locas de Olancho y los gracianos inscritos en el Registro Nacional del Presupuesto (RNP) desde que nacen… pues lo mejor es dedicarse a quejica perpetua y vivir en la Tercera Ola suspirando por las ideologías autoritarias y tiranías… suerte que tampoco tienen talento…”. (Fin del texto reproducido, ya que –según opina el Sisimite– no deja de tener razón).

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