La “Profe” Luz, el ángel de los “cipotes” que no tienen internet (Video)

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28 de agosto de 2021
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05:40 am
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La “Profe” Luz, el ángel de los “cipotes” que no tienen internet (Video)

La profesora Luz Marbelli Osorio Soto visita a los alumnos que no tienen internet, para que no pierdan el año escolar.

Por: Carolina Fuentes

¡Allí viene la profe Luz!, gritan contentos numerosos niños de la colonia Nueva Suyapa, en Tegucigalpa, al ver a la maestra Luz Marbelli Osorio Soto llegar a sus casas, con cuadernillos de estudio en mano.

Igual que otras colegas que la acompañan, luce unos “jeans” azules y una camiseta en la que se ve el logotipo del Centro de Educación Básica 11 de Junio, donde trabaja como docente auxiliar.

La profesora Luz es asmática, sin embargo, ha caminado por más de tres horas continuas, sin importar la fatiga, con tal de devolverles el tesoro de la educación a los alumnos que no tienen acceso a internet.

Y es precisamente por esa noble labor, pese a su alto riesgo de contagio del COVID-19, que hoy se le rinde tributo, en la sección Ángeles de la Pandemia.

A la docente le enorgullece el Centro Básico 11 de Junio, así como sus colegas, por el trabajo valioso de reinsertar a los alumnos desertores.

LA NUEVA NORMALIDAD

Igual que el resto de centros educativos del país, la institución fue cerrada desde marzo del 2020, cuando el gobierno decretó la emergencia sanitaria por COVID-19 en Honduras.

Desde entonces, la llamada “nueva normalidad” encerró a los estudiantes en casa y “atrapó” a la escuela, como por arte de magia, en la pantalla de los teléfonos celulares.

De esta manera, pese a su anhelo de estudiar, quedaron fuera de las aulas virtuales aquellos “cipotes” en cuyas viviendas estaba “cortado” el servicio de energía eléctrica, no tenían un celular o carecían de dinero para comprar un paquete de internet.

“Hubo muchos estudiantes que se alejaron, muchos padres de familia que incluso me bloquearon de whatsapp, al tratar de comunicarme con ellos, porque estábamos como en una encrucijada”, manifiesta la entrevistada.

¡A BUSCAR A LOS NIÑOS!

Según la profesora Luz, el principal problema que enfrentaron en el 2020 fue que “no había ni libros de texto, no había material didáctico digital, no teníamos los medios ni los recursos para seguir enseñando”.

Al ver que cada día eran menos los alumnos que asistían a las clases virtuales impartidas a través de la plataforma Zoom, los docentes y personal administrativo del Centro de Educación Básica 11 de Junio decidieron ir a buscarlos a sus casas para investigar qué ocurría.

Osorio relata que “la iniciativa nació, como centro educativo, con el apoyo de nuestra directora, de salir casa por casa, y de buscar a esos estudiantes que no tenían conectividad”.

Entusiasmados por la labor voluntaria que emprenderían, a los maestros se les ocurrió “la idea de uniformarnos y decíamos: ¿Por qué no ir con una camiseta que nos identifique?”, logrando así el importante apoyo de los padres de familia.

En la gráfica, la maestra, en sus tiempos de estudiante en la Escuela Normal Mixta Pedro Nufio.

UNA FELIZ CAMINATA

La profesora Luz recuerda que el primer día que salió en grupo, junto a colegas, a buscar a sus alumnos, “fue agotador… Tres horas nos tardamos caminando, y sí fue un poquito cansado; había personas que nos quedaban viendo y decían: ¡Son los de la 11!”.

A la docente le resulta inolvidable el gesto de sorpresa de los padres de familia, “otros estaban muy alegres, nos recibieron muy bien, incluso nos acompañaron, ya ellos se habían tomado la molestia antes de averiguar dónde vivían los alumnos…”.

¡Allí vive un niño!, ¡Allá vive otro!, les gritaban a la distancia los padres de familia, guiándolos en su recorrido.

DOLOROSA REALIDAD

¿Qué realidad descubrió al llegar a las casas de esos alumnos que no asistían a las clases virtuales? La maestra, aún conmovida, cuenta que “chocamos con una realidad que habíamos escuchado, pero que no habíamos palpado”.

Para el caso, menciona que al llegar a una vivienda de madera de la colonia Nueva Suyapa “había cuatro estudiantes de la escuela, la mamá nos dijo: ´No tenemos energía eléctrica, profe, por eso no mandamos tarea…yo no tengo celular, lo poquito que consigo yo no lo voy a gastar en recargas, prefiero comprarme tres huevos y darles de comer a mis hijos”.

Esa realidad fue explicando por sí sola, por qué los pequeñines no se conectaban a las clases virtuales.

También le sorprendió entrar a la casa de uno de sus alumnos y descubrir que tenía 14 “hermanitos”.

“La madre tiene 15 hijos, me causó un gran impacto ver la realidad en que ellos viven, una situación de pobreza… sólo el papá trabaja”, relata la maestra, con sumo pesar.

Luz Marbelli Osorio Soto nació en Tegucigalpa, el 27 de noviembre de 1986.

CELULAR, EL PROBLEMA

En esas caminatas, la “profe” Luz también fue a buscar a una de sus mejores alumnas, que de un día para otro dejó de conectarse, no atendía llamadas y ya no enviaba sus tareas.

Al llegar a la casa de la niña, esta le explicó que “el celular de ella le está fallando, se le apaga, después no lo puede encender, o a veces cuesta que se le cargue, esta es una muy buena estudiante, una de las mejores que tengo”.

“Otro estudiante fuimos a visitarlo, nos mencionó que la mamá trabaja todo el día y se lleva el celular, no puede hacer asignaciones, pero cuando llegamos él estaba muy emocionado”, recuerda la maestra.

“Se alegró mucho al ver a su maestra que lo había ido a buscar porque dijo que no quería perder el año escolar”, cuenta Osorio.

¡MISIÓN CUMPLIDA!

La profesora Luz explica que a cada alumno que visitan se le entrega un cuadernillo producido de forma digital por la Secretaría de Educación e impreso por los maestros.

El material trae el contenido de las cuatro asignaturas básicas: español, matemáticas, ciencias naturales y ciencias sociales, así como ejercicios y trabajos prácticos que los alumnos deben desarrollar en un período de tiempo.

“Nosotros le explicamos al estudiante las asignaciones que van en el cuadernillo, le damos una fecha para recoger los cuadernillos; lo que nos tardamos en cada estudiante depende de su comprensión y lo que les vamos explicando”, detalla la docente.

Gracias a la ardua labor de la profesora Luz y del resto de valiosos docentes del centro educativo, de un total de 34 alumnos que habían dejado sus estudios por no tener acceso a internet, lograron reincorporar a 28.

“Me siento muy satisfecha por poderles dar a estos estudiantes la oportunidad de que ellos tengan la igualdad de oportunidades con los demás estudiantes, de que puedan seguir aprendiendo”, afirma la maestra.

De niña, en su bautizo, con su madre, Luz Argentina Soto y su padre, Tránsito Osorio.

VOCACIÓN
LÍDER DE JÓVENES
La profesora Luz Marbelli Osorio Soto nació en Tegucigalpa, el 27 de noviembre de 1986 y “heredó” de su madre, la maestra de prebásica, Luz Argentina Soto, su pasión por la enseñanza.

Su padre, el comerciante individual, Tránsito Osorio, también la motivó a alcanzar sus sueños, graduándose de maestra en la hoy desaparecida Escuela Normal Mixta Pedro Nufio, en Tegucigalpa.

Osorio recuerda que “cuando entré a la Pastoral Juvenil de la Iglesia Católica, y me convertí en líder de jóvenes, con ello se fortaleció mi vocación de una gran manera, a querer aprender cómo formar jóvenes”.

Por su talento y vocación de servicio, fue nombrada directora del Instituto de Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Tegucigalpa San Juan Pablo II.

Y hoy, gracias a su formación cristiana católica y docente, desarrolla una solidaria labor, al fijar su mirada y su corazón en aquellos niños y niñas, que por sus bajos recursos económicos corren el riesgo de perder su derecho a la educación.

Casada y con dos hijos de 13 y tres años de edad, está a punto de graduarse en el Profesorado de Ciencias Sociales, en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM).

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