Toncontín y Palmerola

ZV
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28 de agosto de 2021
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12:01 am
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Por: Edgardo Rodríguez
Politólogo y Periodista

Aunque arrecie la campaña pagada por sectores económicos voraces, los días del aeropuerto Toncontín, como terminal principal de Tegucigalpa están llegando a su final. La insalvable topografía de la ciudad, unida a la evolución de la aeronáutica, finalmente terminó con sus días de gloria. Aunque ya en 1921 se utilizaba como pista de aterrizaje, no fue sino hasta 1934 que el aeródromo fue oficialmente inaugurado por el doctor y General Tiburcio Carías Andino, se abrió con un vuelo de la desaparecida compañía norteamericana Pan Am.

En todos los sitios de Internet y publicaciones especializadas en la materia de aeropuertos, nuestro querido Toncontín aparece entre los primeros cinco más peligrosos del mundo, ello provocó que durante décadas tuviéramos las tarifas de vuelos más caras de Latinoamérica, sin que ninguno de los que hoy lo defienden moviera un solo dedo para revertir esa estafa. La peligrosidad de las aproximaciones a la pista de aterrizaje provocaron el primer accidente en el año 1962, en esa ocasión afortunadamente no se registraron decesos; luego, el siguiente vendría en 1966, tampoco bubo pérdidas de vidas humanas. La lista negra continua en el año 1967, cuando sí hubo cuatro muertes; en 1969 otro accidente sin defunciones; 1970 se registra un accidente con cinco fallecidos.

Pasarían varios años sin desgracias, hasta llegar a febrero de 1989, cuando otro accidente de avión en Toncontín dejó diez personas muertas; en octubre de ese año 1989 se produce el peor desastre aéreo de la historia de Honduras, con la tragedia del jet de SAHSA, que provocó 131 víctimas mortales; seguidamente en 1997, tres muertos; 2008 el accidente de Taca que provocó cinco muertos y finalmente en 2011 la última tragedia con 14 pérdidas humanas.

Después de cuatro décadas de interminables y estériles discusiones sobre las alternativas a Toncontín, se tomó la decisión de sacarlo de la capital y llevarlo a un sitio seguro, accesible y con enorme potencial de convertirse en un nuevo polo de desarrollo del país, Palmerola. Pero al acercarse la fecha de la inauguración del nuevo y moderno aeropuerto, el 15 de octubre próximo, han arreciado las críticas malsanas, los ataques mezquinos y las mentiras sobre las supuestas consecuencias de esa decisión. En estos días se han escuchado barbaridades, como decir que la capital va a perecer, que se perderán miles de empleos o ahora la gente no morirá en accidentes de avión pero sí en la carretera hacia la nueva terminal. Ha aflorado el provincianismo, la mezquindad y la manipulación de unos pocos empresarios que en el cercano pasado ya manejaron los aeropuertos y los dejaron tal y como los encontraron, sin mejorías físicas ni avances tecnológicos.

Toncontín seguirá vivo y radiante, ya que estará unido con un cordón umbilical a Palmerola, ya que habrá líneas de autobuses directos entre estos dos puntos del territorio, de forma gratuita y continua. También, ya hay definidas líneas aéreas que harán un puente aéreo diario, con vuelos de bajo costo, para los que no quieran llegar por tierra a la nueva pista aérea. Y qué decir de tarifas mucho más bajas para viajar a Estados Unidos, Europa y Sur América. De igual manera, las instalaciones físicas de Toncontín serán aprovechadas al máximo, ya que allí se desarrollará una terminal de todo el transporte interurbano que llega a la capital, resolviendo ese gran problema que significa tener dispersas, por todos lados, a esas empresas, generando caos en la ciudad.

Palmerola será un nuevo polo de desarrollo para la región donde se ubica, pero también para toda Honduras. En sus alrededores ya está previsto la apertura de nuevas empresas, vendrán nuevas aerolíneas, más turismo extranjero, se abrirán oportunidades para ocho municipios que rodean la pista, ahora las familias de los emigrados podrán viajar con más frecuencia desde y hacia Estados Unidos o España, eso es actividad económica, más circulante de dinero, eso es progresismo y bienestar. Ya verán ustedes como los hondureños nos sentiremos orgullosos de esa moderna terminal aeroportuaria, los que hoy están en contra y los que hoy critican por estar en la oposición política, a partir de octubre, cuando pongan un pie en esa majestuosa obra, se sentirán henchidos de emoción de tener una obra física que será admirada y envidiada por los extranjeros que la visiten. Gracias Toncontín por los servicios prestados, bienvenido Palmerola.

 

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