DESFILADEROS DE PAZ

ZV
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29 de agosto de 2021
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12:19 am
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DESFILADEROS DE PAZ

EL cúmulo de hechos históricos desde el comienzo de las civilizaciones es tan grande que resulta difícil discernir las interioridades del mismo. No se sabe si los actores en tal o cual circunstancia reaccionaron correcta o erróneamente. De lo que sí estamos seguros es que ha habido demasiado derramamiento de sangre; de pérdida de vidas humanas; de destrucción de civilizaciones; de crueldades irracionales; etc.; todo para saciar la sed de violencia extrema y la mezquindad de unos pocos.

También estamos seguros que en el curso de la historia han alzado cabeza, por encima del horizonte, personas equilibradas que han buscado materializar el principio de justicia natural, según la cultura de cada cual, y que han trabajado por la reconciliación diplomática de los pueblos. Incluso ha habido personajes que sólo conciben el mundo dirigido hacia la ruta de la paz. De ser posible de “la paz perpetua”.

Hace algunos años se puso de moda la frase “hoja de ruta”. Hoy por hoy pareciera haber caído en desuso. En tanto que ha sido suplantada, por así decirlo, por “la ruta de la seda”, que ya era más o menos famosa desde antes de los viajes reales y míticos del italiano Marco Polo, por aquello de la milenaria relación comercial, a veces entrecortada, con países como la India y otros “desconocidos” del Lejano Oriente. Los viajes de Marco Polo y su familia estuvieron en la base del surgimiento y consolidación del capitalismo en las ciudades del norte de Italia. Y quizás también de la “Liga Hanseática” del norte de la brumosa Europa. Pero lo que al final predominaba en aquellas relaciones comerciales, eran los intereses de “Occidente”. Ahora pareciera que el disco se ha cambiado.

Como el fenómeno anterior genera tremendas tensiones hemisféricas, es prudente que los líderes del mundo se detengan a reflexionar, con lucidez, a fin de adoptar decisiones estratégicas que eviten de antemano cualquier conflagración que ponga en peligro la vida y la libertad de pensamiento, incluyendo la religiosa. Los intereses comerciales inmediatistas son importantes; pero debieran estar subordinados a los principios del pluralismo y la tolerancia ideológica. Si esto se pierde entonces se pierde casi todo. El Papa Juan Pablo II fue claro al afirmar que la libertad religiosa es un derecho humano fundamental. No se deben perder los territorios estratégicos de la democracia, ni atropellar los intereses de los pobres, por estar sopesando cosas subalternas.

En virtud que el vocablo “ruta” está cayendo en desgracia; o en las redes de la suspicacia de bandos contrapuestos, tal vez debiera utilizarse otro término para referirse a temas internacionales espinosos. Quizás el de “sendero” sea más apropiado, aun cuando eso nos remita a las tragedias desencadenadas, hace mucho tiempo, por el grupo terrorista “Sendero Luminoso” en un país suramericano. Los conceptos, por muy nobles que sean, a veces son manipulados por personas maquinadoras y sin escrúpulos.

Lo que percibimos ahora, con el derecho a equivocarnos en la percepción, es un farallón o desfiladero que debemos trepar hacia los terrenos fructíferos de la paz, ya sea que hablemos en términos regionales, continentales o mundiales. La utopía de “la paz perpetua” propuesta por un filósofo alemán de finales del siglo dieciocho, se ha materializado sólo por capítulos. Digamos que la “Unión Europea” es parte de aquella luminosa utopía, la cual se ha convertido en una realidad, todavía frágil, después de muchas guerras y catástrofes humanitarias.

Los centroamericanos debiéramos hacer un esfuerzo por superar nuestros viejos resabios, rencores y diferencias ideológicas, en dirección a estabilizarnos económica y democráticamente. Por experiencia histórica sabemos que es muy difícil que alguien venga de afuera a resolver nuestros problemas estratégicos doblemente centenarios. En algún momento se presentará la coyuntura no sólo con oportunidades de nivelación arancelaria, sino de una verdadera integración regional respetuosa.

 

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