Casi 11 mil tomografías gratuitas benefician a personas sin recursos afectadas por COVID-19

ZV
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30 de agosto de 2021
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05:30 am
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Casi 11 mil tomografías gratuitas benefician a personas sin recursos afectadas por COVID-19

Casi 11 mil tomografías, en 14 meses, realiza el centro universitario de imágenes.

María Eugenia Burgos se levantó a las 4:00 de la mañana para llegar temprano al bulevar Suyapa y ser la primera en lograr un cupo en el Centro de Diagnóstico de Imágenes Biomédicas de Investigación y Rehabilitación (CDIBIR), de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) para su tomografía, cuyos pulmones, afectados por la COVID-19, deben ser evaluados.

Ella es una de las 120 pacientes, que de manera gratuita, son beneficiadas diariamente con estos exámenes radiológicos, cuyo costo en el sector privado supera los cinco mil lempiras, un presupuesto ajeno a sus posibilidades, con un sueldo de tres mil lempiras, por los servicios domésticos.

Así como María Eugenia, Elena Quiroz, desde la “Tres de Mayo”, madrugó a buscar un cupo, está positiva por COVID-19 y quiere estar segura que no tiene los pulmones infiltrados y el médico general que la atendió en el centro de salud, le recomendó el TAC. Ella es madre de cinco hijos, trabaja de dependienta en una tienda de ropa usada en el centro, pero no tiene seguro social y necesita estar segura que saldrá adelante, pese a esta temible enfermedad. No tiene el dinero para ir a un centro privado.

Pacientes de hospitales públicos y triajes también son atendidos para su tomografía de tórax.

Desde la aldea de Suyapa, Santos Máximo Elvir acudió en busca de ayuda, es la segunda vez que se presenta buscando una tomografía porque está positivo, al igual que sus hijos asintomáticos y su compañera de hogar. Cree que se infectó trabajando en la albañilería. La segunda es la vencida, logró un cupo, valió la pena el madrugón y pagarle 200 lempiras al taxi que lo sacó tempranito de la casa.

Uno de los médicos generales del triaje del Polideportivo, quien llegó con una paciente en silla de ruedas, considera que sin este apoyo del centro muchos pacientes no habrían sobrevivido. El examen es una luz que los alumbra para dar un tratamiento más acertado a las personas que sufren de la neumonía.

Proveniente de la colonia Kennedy, Sandra Elizabeth Maradiaga dice que ya no puede más con los gastos, su hijo de 20 años estuvo positivo y sobrevivió a la pandemia; ahora, es difícil sacar cinco mil lempiras para hacerle un TAC y ver cómo se recuperan sus pulmones, por eso madrugaron a buscar una oportunidad en el CDIBIR y la encontraron. Es gratis y ese mismo día tuvieron los resultados.

Diariamente, llegan pacientes graves en ambulancias que también reciben el beneficio.

Para dar este servicio comunitario, es la doctora y teniente coronel de sanidad Sussy Handal la cabeza y motor del CDIBIR, quien junto a su equipo técnico, trabajan sin descansar desde hace 14 meses, cuando las autoridades de la UNAH pusieron a disposición del pueblo, el centro radiológico donde está el mejor tomógrafo del país y de Centroamérica, de 320 cortes, los cuales se duplican.

“El doctor Francisco Herrera puso a disposición del país para apoyar en esta pandemia a todos los hospitales públicos, donde no siempre hay centro de tomografía y los pacientes tampoco pueden pagar un estudio de estos. Esta unión se hizo además para ayudarle a los colegas, consultantes en el manejo precoz de algunas patologías. Un estudio de estos anda entre los cinco y los siete mil lempiras en el sector privado”, expresó la doctora Handal.

Más de 10 mil tomografías se han realizado a la fecha, que representa 50 millones de lempiras, aproximadamente, que se han ahorrado familias de escasos recursos que acuden diariamente al centro de imágenes radiológicas de la UNAH. Cabe mencionar, que en el sector privado también se cotizan estos servicios a distintos precios, pero ninguno es inferior a los cinco mil lempiras.

A diario se realizan 120 tomografías y sus estudios respectivos, en su mayoría relacionados a la neumonía bilateral por COVID-19.

UN EQUIPO EXTRAORDINARIO

Unas 70 personas de escasos recursos madrugan a buscar un cupo al CDIBIR y ninguno de ellos podría ser atendido si la doctora Handal no tuviera de respaldo a “un equipo extraordinario; sin mis cuatro técnicos y dos personas de aseo (pagadas por Copeco, que también nos apoya) no podríamos hacer esto todos los días”, expresó la doctora Handal.

El personal demuestra empatía con los pacientes y los cuatro tecnólogos son personas extraordinarias, que diariamente se sacrifican en esta labor, desde las 7:00 de la mañana. También son apoyados por personal de la parte administrativa, al mando del ingeniero en sistema Marlon Mejía; Carlos Agudelo, de la parte logística y el doctor Marco Tulio Medina, señala la jefa del centro, quien también destaca la sensibilidad del rector de la UNAH al poner a disposición el tomógrafo y las instalaciones del Polideportivo como triaje para atender la emergencia sanitaria por SARS-CoV-2.

“Para mí es un honor servir a la población, no solamente por ser médico, sino también porque soy un oficial de las Fuerzas Armadas, soy teniente coronel auxiliar de sanidad, actualmente activa y orgullosamente represento a las Fuerzas Armadas”, expresó.

El bien directo que reciben los pacientes con estos estudios gratuitos se traduce a más de 50 millones de lempiras que los centros privados han dejado de percibir en la pandemia.

Explica que el centro recibe pacientes de los triajes, de los centros hospitalarios públicos y familias enteras afectadas por el virus mortal que acudieron a médicos privados en sus barrios y que no tienen cómo pagarse un estudio de tomografía, porque se les agotaron sus recursos en la enfermedad.

El único sabor amargo que le queda a la doctora Handal es que, de todos los radiólogos, tanto técnicos como médicos, solo cuatro aceptaron servir a la sociedad en el tomógrafo. “Sin importar mis problemas de salud, siempre he tratado de ayudar al prójimo y gracias a Dios, aunque estamos altamente expuestos, no nos hemos contagiado”, expresó.

Pese a ser poco el personal, quienes están trabajando en el centro se duplican, la doctora Handal incluso transcribe porque no hay transcriptor del informe médico y dos aseadoras aparte de su trabajo, también hacen el triaje a los pacientes que llegan y los atienden con esmero y calidez. “No tenemos enfermeras, nuestro personal de aseo que es pagado por Copeco, han hecho una labor impresionante, que lejos de tener miedo o de solo dedicarse a limpiar, hacen triaje a los pacientes”, detalló.

Yohan Ávila, la doctora Sussy Handal, Ángel Camposreales, Antolín Lopez, Luis López, Lucy Pérez y Elizabeth Ponce.

El 90 por ciento de los pacientes que llegan al centro son por COVID-19, aunque también hay otras patologías relacionadas a tumores cancerígenos en los distintos órganos. No todo ha sido miel sobre ojuelas, dos pacientes muy graves por la pulmonía fallecieron en el lugar, pese a habérseles aplicado la terapia de resucitación, pero llegaron muy tarde y muy mal, explica la doctora.

“Yo motivo al personal y a la población a acudir a los triajes temprano, ya que se ve que cuando van a buscar ayuda ya es muy tarde o está avanzada la neumonía. Esta enfermedad tiene mejor esperanza de vida si se detecta a tiempo”, recomienda.

El uso de la mascarilla, el distanciamiento y la vacuna son también las recomendaciones que hace la también teniente coronel de sanidad. “En lo personal (he visto más de 11 mil tomografías contando los demás hospitales donde yo trabajo) no he visto una neumonía en pacientes vacunados con las dos dosis”, precisó.

Algunos pacientes graves y otros no tanto, provenientes de los centros de atención, son atendidos apenas llegan al lugar.

Con la voz entrecortada y haciendo un repaso en tiempos difíciles como estos, la doctora Handal también sufrió la pérdida a su madre en la pandemia, sabe lo que es el dolor y la impotencia de no poder hacer nada cuando ya es tarde.

APOYO INVALUABLE

La apertura del centro no puede darse 24/7 porque se carece de personal, pero muchos han apoyado este servicio a la comunidad que vincula a la UNAH con el pueblo y en la lista de la doctora Handal figuran muchas personas, incluyendo del sector privado.

“Agradezco a Dios por darme la oportunidad de ayudar al prójimo y también a mis cuatro radiólogos, a las dos personas de aseo y, obviamente, a la parte logística, tan importantes son los ingenieros que han estado pendientes manteniendo el equipo disponible; la parte de los insumos, que es la gerencia del centro, el ingeniero Carlos Ubedo, que ha estado siempre pendiente de los insumos que nos faltan y estarlas pidiendo a Copeco”, agradeció.

Con el mejor equipo de Centroamérica, decenas de hondureños reciben atención.

Su gratitud también se extiende a varias personas que han estado presente para ayudar a la población, el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), a través de su presidente Juan Carlos Sikaffy; el alcalde Nasry Asfura, quien donó incluso la silla de ruedas al ver que los paramédicos cargaban en sus brazos a los pacientes afectados por la COVID-19, dada la empatía con los pacientes; Infarma, quien ha proporcionado todo el acohol que se usa en el centro; el decano de Odontología, estudiantes de la Universidad Católica y otros, que han dicho presente.

Consultada sobre la lección que le ha dejado la pandemia, menciona varios aspectos, la poca empatía de algún personal que no se quiso incorporar para apoyar, aunque la docencia es el principal quehacer de la universidad, “cómo le podemos exigir a los estudiantes a estar al frente si yo no estoy al frente; el luto y la imposibilidad de ayudar más pudiendo hacerlo, lamentablemente tenemos poco personal y los que estamos damos el doble de lo que podemos, hacemos de 100 a 120 tomografías diarias y entregadas de forma rápida en el momento y, sobre todo, con el mejor equipo de Centroamérica”, puntualiza.

Poco reconocimiento se les da a los paramédicos y los médicos generales, que sí han trabajado durante la pandemia, se lamenta la entrevistada. “Y es que hay otros que nunca han tocado a paciente afectado por el virus, pero son los protagonistas que con la boca y el dedo, hacen un potrero”. (NA)

Lucy Pérez: “Con el trabajo que hago aquí me siento feliz”
“Yo entré por limpieza, pero adentro pasamos pacientes, entregamos resultados y si nos toca ayudar a los pacientes de las ambulancias también lo hacemos. Créame que para mí es un honor atender a cada uno de los pacientes. Con el trabajo que hago aquí me siento feliz. Gracias a Dios no siento miedo, el miedo es un enemigo y cuando empezó esto la gente se alejó por el miedo, pero nosotros no. Atendemos a los pacientes con mucho amor en este año con tres meses y gracias a Dios hemos estado bien. Tenemos hora de entrada, pero no de salida y ganamos nueve mil lempiras”.

Elizabeth Ponce: “Me gustaría estudiar enfermería para ayudar”
“Soy aseadora, pero la doctora Sussy nos necesitaba para hacer otras cosas y nos ha enseñado a atender a los pacientes. Para mí es una gran labor la que estoy haciendo y una experiencia de mirar a diario a los pacientes que nos visitan, les ayudamos a caminar cuando se cansan porque vienen afectados por la pandemia y le entregamos resultados a la doctora. Me gustaría estudiar enfermería porque ayudar al prójimo es muy impotante, sobre todo cuando se necesita, como ahora, que hay que tratar a pacientes con COVID-19”.

Antolín López.

TÉCNICO EN RADIOLOGÍA
Antolín López: “Todos nos necesitamos en este momento”
Egresado de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Antolín López realiza un trabajo gratuito de tomografía de tórax para pacientes positivos de COVID-19. A parte de gratificante, también es motivante, asegura.

“Cuando comenzamos el proceso fue incierto, sentimos miedo, pero me sentí en la obligación de servir al país y a los pacientes que necesitan, por eso decidí como voluntario venir a aplicar mis conocimientos que me regaló la universidad. No recibimos ningun tipo de remuneración por estar aquí, desde hace 14 meses. Todos somos un equipo con la doctora y mis tres compañeros y nos animamos a servir”, expresó.

Considera que “nuestra carrera es humanitaria, debemos tener más humanismo y si tenemos tiempo libre debemos venir a ayudar, porque hay gente allá afuera que necesita una mano”.

De su experiencia en 14 meses, describe que la mayoría de los pacientes salen muy agradecidos, ya que no pueden pagar el costo de los estudios en el sector privado. “Nosotros les decimos, no se preocupe, aquí es gratuito y nosotros les vamos a ayudar”.

Lo que más le ha impactado es ver a los pacientes que han fallecido haciéndose una tomografía porque “es muy triste, esos pacientes son madres, padres, hijos, hermanos”.

Su mensaje a los colegas es “integrarse a apoyar al pueblo, todos tenemos gastos, pero todos podemos aportar un grano de arena a la gente que lo necesita, puede ser mi madre, mi padre, un hijo o un hermano, todos nos necesitamos en este momento. Es bien bonito ayudar al paciente”.

Antolín López describe su labor como algo fundamental, ya que pasan los pacientes al tomógrafo, realizan la tomografía, imprimen las imágenes tomográficas y se las pasan a la especialista para que ella realice su informe y se lo entregue al paciente.

Yohan Ávila.

Yohan Ávila: Lo más gratificante es ver que un paciente que estuvo grave regrese a su control
Por su parte, Yohan Ávila, otro de los cuatro ténicos en radiología que atendió el llamado en la pandemia, describe su trabajo como una necesidad de colaborar, de responder al llamado humanitario en esta ocasión, sabiendo la necesidad que tienen los pacientes de este estudio de tomografía que es entregado de forma gratuita.

Por sus ojos han pasado decenas de pacientes afectados gravemente por la neumonía bilateral generada por la COVID-19 y su consejo a la población es que no se quiten la mascarilla, que no acudan ni hagan reuniones de amigos o familiares, que se vacunen con las dos dosis.

“Uno que está aquí viendo todos los días estos cuadros ve el daño que traen las personas, en algunos casos es irreversible. Da pesar de algunas personas”, opina Ávila, quien se considera un especialista de salud con mucha vocación para ayudar a la población.

“Desde que estudiamos, lo hicimos para ayudar a la población no para quedarnos guardados en la pandemia. Llevo más de un año aquí y vamos de frente tocando a los pacientes y manejándolos para examinarlos y hacerles su respectivo estudio”, afirma.

De las experiencias más duras en esta pandemia fue hacerle la tomografía a su hermano, afectado por la COVID-19 y viendo el daño producido, hubo que ingresarlo después al Hospital del Tórax. Y lo más gratificante que describe, es ver que un paciente que tuvo un daño pulmunar muy grave regrese después para su control y “nos dicen gracias a Dios nos hemos salvado”.

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