ASÍ ofrecen la noticia: “Sergio Ramírez, acusado en Nicaragua por incitar el odio y la violencia”. En la medida que se difunden los cables por los periódicos y las redes sociales, muchos seguramente se preguntarán: ¿Quién es ese odioso violento que arrestaron? Se trata del escritor, novelista, premio Cervantes 2017. Fungió como vicepresidente durante el primer gobierno sandinista (1978-1990). Lo que apuntábamos ayer. Las notas periodísticas –aunque sea obvio que se trata de cargos inventados aplicando medidas espurias y leyes infames– incluye todo el detalle de los delitos imputados a las víctimas. Así que la suciedad asociada a una acción delictiva, aunque falsa, queda adherida a la imagen como baldón al honor de la persona; repetida cada vez que se divulga el suelto noticioso. Otro dato del escritor. Encabezó el grupo de los Doce, integrado por intelectuales, sacerdotes, empresarios y dirigentes de la sociedad civil que hicieron oposición al régimen somocista y respaldaron al FSLN.
Durante mucho tiempo dirigió una publicación partidaria del régimen sandinista. Como suplente de Daniel Ortega en la Asamblea Nacional fue jefe de la bancada sandinista. Se despidió de la causa en sus memorias “Adiós Muchachos” narrando su trayectoria desde sus eufóricos días revolucionarios hasta su desencanto con el sandinismo. Pero igual se transmite la información sobre otros capturados. “Fiscalía amplia acusación contra Cristiana Chamorro”. El Ministerio Público también acusa al periodista Carlos Fernando Chamorro de los supuestos delitos de “lavado de dinero, bienes y activos; apropiación y retención indebida, y gestión abusiva”. Por los titulares cualquier lector desinformado podría deducir que se trata de un par de pícaros. Pero no. Son los hijos de la expresidenta nicaragüense Violeta Barrios de Chamorro y del mártir periodista Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, asesinado durante el régimen somocista. Cristiana, la más fuerte contendiente opositora del comandante sandinista en esta elección fue inhabilitada y guarda casa por cárcel. Su hermano es el periodista independiente editor de El Confidencial. En 1984 fue el director de la campaña presidencial de Ortega. Igual suerte ha corrido la emblemática “Comandante Dos”, Dora María Téllez Arguello. Además de mujer que empuñó las armas, ha destacado en su vida profesional como maestra e historiadora. Dirigió junto a Edén Pastora y Hugo Torres –también encarcelado recientemente–, la toma del Palacio Nacional de Managua, obligando con la intrépida hazaña militar que la dictadura liberara 50 presos sandinistas. Dirigió la toma de la ciudad de León, la primera ciudad que cayó en manos de la guerrilla.
El ex vicecanciller de los años 80 Víctor Hugo Tinoco fue capturado por “demandar, exaltar y aplaudir la imposición de sanciones contra el Estado”. “Después de tres meses de no saber de su paradero, familiares de la exguerrillera Dora María Téllez, de la feminista Tamara Dávila y la activista Ana Margarita Vigil, recibieron de los carceleros la primera “prueba de vida”. Por temor a represalias pidieron no ser identificadas, pero dijeron que las encontraron “muy flacas, débiles y demacradas”. “La reciente ola de arrestos arrastra a 35 profesionales, líderes políticos, campesinos y estudiantiles, investigados por “traición a la patria” y “conspiración en perjuicio del pueblo y el Estado”. A la pareja presidencial no le tiembla la mano quitándose estorbos de encima. Justifican –camino a su quinto mandato y al goce del poder eterno– que no son ni opositores ni presos políticos sino “terroristas traidores a la patria”. En connivencia con obispos y sacerdotes nicaragüenses críticos al gobierno a los que despectivamente trata de «demonios de sotanas» y «satánicos». (Otro dolor de cabeza para la “preocupada comunidad internacional” que no haya que pito tocar con las travesuras de la indisciplinada región centroamericana. Como si no fuera estrés suficiente la sorprendente toma de Kabul por talibanes relámpago y la caída de Afganistán de donde el Sisimite logró escapar prendido como barrilete de las alas de un jumbo de las evacuaciones).
