Nuestra niñez en el Bicentenario

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10 de septiembre de 2021
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12:04 am
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Nuestra niñez en el Bicentenario

Por: Jorge Valladares Valladares
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No hay duda que una sociedad se juzga en cómo trata a las nuevas generaciones. La Roma y Grecia imperial por ejemplo los educaba desde niños para ser soldados, filósofos o artesanos, ciudadanos útiles en su contexto histórico específico, en otras épocas se aprecia el uso de la niñez para la industria, la guerra, la agricultura, etc. Se volvían de cierta forma objetos utilizados y formados para el modelo económico y cultura respectiva. No es sino hasta mediados del siglo pasado que la comunidad de naciones reconoce que la niñez es sujeto de derechos, con personalidad y dignidad propia.

En nuestro país fue en la década de los años noventa en la que se emite legislación específica para reconocer a los niños como sujetos de derecho, con el Código de la Niñez y la Adolescencia y la ratificación de la Convención sobre los Derechos del Niño, entre otras. De ese tiempo acá se han desarrollado instituciones y políticas específicas para el sector. Los avances son recientes y no se pueden ocultar.

Sin embargo, en perspectiva histórica, no pudo ser más patente el trato cruel que se la ha dado a la niñez desde la época de la conquista, colonial y hoy, a doscientos años de independencia no podemos más que patentizar la cosificación de la niñez en el régimen jurídico de corte romano, en el seno familiar se disponía de ellos al libre albedrio del padre o la madre. Un ser sin derechos, sujeto social inexistente, objeto de una patria potestad sin límites.

Se dice que la nueva legislación vino a provocar la desintegración familiar. Nada más alejado de la verdad. La nueva legislación hacía la niñez ha venido a poner coto al maltrato intrafamiliar, aún con desafíos por cierto, al respeto de la imagen del niño, a generar espacios de participación y libre expresión de sus ideas en la familia, escuela y comunidad, a formarse para el estudio que dignifica y genera progreso. En fin, colocar a la niñez en el marco de los derechos humanos y el desarrollo.

Pese a los progresos legislativos no podemos dejar de mencionar los desafíos de este sector en el marco del Bicentenario como nación: 8 de cada 10 niños viven en pobreza, 2 de cada 10 trabajan y no podrán seguir sus estudios, 3 de cada 10 niñas quedan embarazadas antes de cumplir 18 años, fruto de violencia sexual dentro y fuera de su hogar, casi 700,000 niños y jóvenes no estudian ni trabajan, casi la mitad de los niños que viajan solos hacia Estados Unidos son de nacionalidad hondureña, y en la actualidad no están recibiendo clases en el marco de la pandemia, pero que aún así, históricamente casi un millón de ellos quedaba fuera del sistema educativo. Como aprecia estimado lector, los desafíos no pueden ser más dramáticos.

Frente a esta cruel y constatable realidad, el reto de nación es lograr que la clase política se enfoque en un renovado Pacto por la Infancia, que permita revertir estas tendencias hasta ahora históricas en el sector niñez. Dedicando planes, recursos e instituciones adecuadas a la dimensión de este panorama retador.

El llamado en estas celebraciones es escuchar y atender la voz de los niños y niñas para cimentar la nación que nuestros antepasados y nosotros soñamos. “Cualquiera que emprenda la tarea de escuchar las respuestas de los niños, es un espíritu revolucionario” Fracoise Dolto.

Abogado especialista en Derecho de Familia y Niñez.

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