El PDCH, conmemoró ayer su 53 aniversario de fundación con eventos que reflexionaron su accionar institucional en el desarrollo y la vida democrática del país.
El Partido Demócrata Cristiano de Honduras (PDCH), conmemoró hoy viernes su 53 aniversario de fundación con eventos que reflexionaron su accionar institucional en el desarrollo y la vida democrática del país.
En conferencia de prensa, el candidato presidencial del PDCH, Carlos Mauricio Portillo, expuso que partir de la fecha hay una nueva conducción y visión en las filas democristianas y que todos los desaciertos que hubo en el pasado es responsabilidad de quienes lo hicieron y no de la nueva autoridad que su compromiso solo es con el interés de las grandes mayorías del país.
Los democristianos en su 53 aniversario también presentaron un pronunciamiento el que entre otras cosas, resalta que después de cincuenta años de frustraciones colectivas, “podemos constatar, con mucha desilusión, que el desorden establecido en el que nos tocó combatir en los años sesenta, es el mismo que prevalece en la actualidad, con la única diferencia que ese desorden ya no se sostiene tanto por la fuerza de los fusiles, sino por un entramado de leyes que protegen a las mismas clases privilegiadas de aquellos tiempos”.
Resaltan que la pobreza, la desigualdad y la injusticia, siguen siendo las plagas que agobian implacablemente y que no permiten alcanzar el ritmo de crecimiento que nos merecemos y que ya han alcanzado muchos de los países de la región.
De igual forma, los democristianos en su pronunciamiento, señalan que, frente a un panorama tan sombrío, el PDCH reitera al pueblo hondureño su compromiso de volverlo a intentar, porque, después de perder tantas batallas sin morir en el intento, eso nos hace más fuertes para poder renacer de las cenizas.
En consecuencia, destacan que la lucha exige nuevas actitudes y nuevas estrategias para poder sobrevivir en un ambiente de polarización, de violencia política, de corrupción, de impunidad, de mentira, con un gobierno más preocupado en las trampas electorales para mantenerse en el poder, que en el bienestar de la ciudadanía.
Pero, sobre todo, cuestionan, con un presidente que, con la mayor desfachatez, asegura que está dejando una economía robusta, en un país con seguridad y sin pobreza. (JS)
