Un plan populista y confiscador

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10 de septiembre de 2021
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12:01 am
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Un plan populista y confiscador

Por: Edgardo Rodríguez
Politólogo y Periodista

La candidata del Partido Libre, Xiomara Castro de Zelaya, presentó su plan de gobierno, no contiene nada nuevo, es lo mismo que han venido pregonando desde su fundación como organización izquierdista. Su plan viene cargado de una oferta populista demagoga, confiscadora y enemiga de la inversión nacional y extranjera. Su propuesta llega arropada con la reafirmación que su gobierno será del tipo del socialismo del siglo XXI, que tiene como su mejor vitrina la situación política y económica de Nicaragua, Venezuela y Cuba. Más clara no puede ser Xiomara, el que va a votar por ella debe saber, desde ahora, qué es lo que se viene para Honduras, no en los próximos años, sino en las próximas décadas, porque si algo tiene claro la izquierda latinoamericana, es que al volver al poder será para quedarse.

¿Por qué calificar su propuesta de populista y demagoga? Es muy simple, muchas de las promesas caen en esa categoría, como por ejemplo, decir que se va a vender el avión presidencial, cancelar los monopolios y oligopolios, reajustar al salario mínimo, matrícula gratis universal y merienda, instalar la comisión contra la impunidad, crear 200 mil empleos en los primeros años y mejorar ingreso de familias. Estos son algunos de los ofrecimientos, sin duda atractivos y seductores para el elector, son legítimos y necesarios. Sin embargo, la trampa está en que no dice cómo con una economía en crisis, logrará cumplir con tantas buenas intenciones. Adicionalmente, muchas de las medidas anunciadas no dependen del Poder Ejecutivo, sino del Legislativo, por tanto, comprometerse a efectuarlas es altamente demagógico, puesto que se sabe que debido a la multiplicidad de partidos, el que gane la Presidencia del país, sea quien sea, difícilmente alcanzará una mayoría holgada en el próximo Congreso Nacional.

Otra característica de ese plan de gobierno de izquierda, es ser confiscador y de ataque a la empresa privada, ya que señala que no habrá nuevos impuestos, pero sí impondrá más cargas a las empresas grandes, con lo que automáticamente generará una huida de capitales y la poca inversión con que cuenta el país, profundizando el desempleo y los consecuentes problemas sociales. Pero eso no es todo, promete terminar con los monopolios y oligopolios, se sabe que en el país hay varias empresas que entran en esa categoría, funcionan en varias áreas, como cementos, telecomunicaciones, industria lechera, entre otras. También Libre, de llegar al poder, arremetería contra concesión de infraestructura, explotación minera y proyectos hidroeléctricos, ya que promete acabar con ellos. Es insólito que ante esos anuncios existan empresarios oportunistas, que apoyan ese proyecto político, cuando esos gobiernos de izquierda radical se consolidan en el poder vienen los lamentos, pero ya es demasiado tarde.

Pero no todo es malo en el plan de gobierno del Partido Libre, las promesas de Xiomara son en extremo generosas con las organizaciones magisteriales, que han sido una de las columnas fundamentales de apoyo del Partido Libre, desde el 2009, a ellas les promete renegociación del Estatuto del Docente, reapertura de escuelas normales y eliminar la Ley Fundamental de Educación. Estas son exigencias de los dirigentes magisteriales, porque lesionan el control, casi absoluto, que tenían del sistema educativo público y que añoran recuperar. Este partido ha tenido la habilidad de crear sus bases de sustentación en varios sectores populares organizados y por esa razón debe garantizarles medidas que satisfagan el clientelismo de esos sectores.

Otro anuncio hecho por Xiomara es cerrar las relaciones con Taiwán y abrirlas con China Comunista. Eso provocaría un giro dramático en la historia de Honduras, no solo en sus históricos vínculos con Estados Unidos, sino que pasaríamos a ser parte de un esquema expansionista y geoestratégico del gigante asiático en la región. Si eso se produjera, Centroamérica se pintaría de rojo y se pondría de espaldas al “Tío Sam”, lo que traería consecuencias políticas, económicas y militares sin precedentes.

Y en materia de valores, la oferta es una agenda identificada con el sector LGTBI, el aborto, la pastilla del día después, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la educación sexual a niños y jóvenes. Todo lo “mejor” de la cultura europea y norteamericana, trasplantada a la fuerza, a una realidad cultural y espiritual totalmente distinta.

Reitero, Libre tiene altas probabilidades de ganar las próximas elecciones, aunque Nasralla tiene cierto arrastre, no parece acumular la fuerza suficiente para superar a Xiomara. Y el Partido Nacional tiene un candidato popular y querido, como es “Tito” Asfura, pero es innegable el desgaste nacionalista en el poder y la fuerte campaña sistemática contra el gobierno, impulsada por algunos medios de comunicación y grupos empresariales resentidos, que en su infinita ingenuidad le abren paso al socialismo del siglo XXI. El que quiera oír que oiga y el que no quiera que después no se queje, el plan del Partido Libre es claro, con ellos en el poder, el país camina hacia el modelo del vecino Daniel Ortega, el pueblo o las mayorías decidirán el 28 de noviembre.

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