Enseñanza y aprendizaje virtual (1/2)

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11 de septiembre de 2021
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12:11 am
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Enseñanza y aprendizaje virtual (1/2)

José María Leiva Leiva

 

El año 2020, tras 31 años de docencia universitaria, marcó mi retiro de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), y tras los estragos ocasionados por la Covid-19, me despedí bajo la modalidad de impartir las clases en línea. Confieso mi preferencia en los cursos presenciales, no obstante, ante la grave situación imperante en materia de salud, había que aceptar las válidas recomendaciones de la autoridad competente para mantener el distanciamiento físico, y evitar así, un posible contagio del mortal virus.

 

La ocasión me resultó propicia para ilustrar o complementar cada clase con fotos, videos, documentales y películas que los alumnos tenían que analizar como parte de su puntaje. Fue ciertamente, una rica experiencia de la que todos supimos sacar el máximo provecho. Particularmente, como las tareas se pedían en forma individual era interesantísimo leer los comentarios, las reflexiones y los aportes que hacían los alumnos por separado, ya que ello les obligaba a pensar y hacer el esfuerzo según cada quien, envés de estar haciendo informes o trabajos grupales en donde siempre salta la duda, si colaboraron todos.

 

Para el caso, el contenido programático de la asignatura de Derecho Internacional Público abarca temas como la Corte Penal Internacional; la Guerra Fría; el Derecho Internacional Humanitario; los Juicios por delitos contra la humanidad; Juicios de Nuremberg, la Guerra y el Derecho Internacional, entre otros. En su conjunto, las tareas pasaban por los análisis de películas como “Hotel Ruanda” y “La Promesa”, para analizar los genocidios de Ruanda y Armenia, respectivamente.

El niño con piyamas de rayas”, para el análisis del drama social familiar en los campos de concentración nazi. “¿Vencedores o vencidos?”, acerca del juicio de Nuremberg, para juzgar a criminales nazis. “La tumba de las luciérnagas”, acerca de la tragedia que viven dos hermanos menores de edad, tras los bombardeos estadounidenses en Japón durante la Segunda Guerra Mundial. “Bestias sin patria”, el involucramiento de niños en los conflictos armados africanos. Y la réplica que encontramos en “Romero” y “Voces Inocentes”, para narrar la contienda bélica que padeció El Salvador en tiempos de la llamada Guerra Fría en los años 80’s.

 

Ello, sin dejar a un lado el cine antibélico representado en obras como “Sin novedad en el frente” y “Senderos de gloria”. Por su parte, el contenido programático de mi otra asignatura, “Derecho Internacional Privado”, pasaba por el estudio de temas como la ética del profesional del derecho; la justicia como un valor deontológico que el derecho pretende alcanzar; los juicios por jurados en los sistemas jurídicos donde prevalece el derecho consuetudinario, etc. Para su mejor comprensión, vimos: “Roman J. Israel, Esq.”, en el campo de la ética. “El veredicto”, además de la ética del profesional del derecho, se puede apreciar la diferencia sustancial entre Justicia y Derecho, y los juicios por jurados, un tema también visto en “Doce hombres sin piedad”.

Las descripciones puntuales de unas y otras son las siguientes:

Hotel Ruanda”, dirigida por Terry George en 2004, cuya historia se ambienta en la masacre civil ocurrida en 1994 en Ruanda, donde en tan solo tres meses fueron asesinadas más de un millón de personas, entre ellas el presidente, como consecuencia del enfrentamiento ancestral entre los hutus (la etnia dominante) y los tutsis. “La Promesa”, dirigida, como la anterior, por Terry George en 2016, la cual, narra la historia de un triángulo amoroso (compuesto por Oscar Isaac, Charlotte Le Bon y Christian Bale) que tiene como trasfondo político y social, el genocidio armenio perpetrado por el gobierno turco (que en la actualidad sigue negando lo ocurrido) en el contexto de la I Guerra Mundial y la caída del Imperio Otomano.

El niño con el pijama de rayas”, dirigida por Mark Herman en 2008. Basada en la novela del mismo nombre de John Boyne, la tragedia del holocausto se aborda esta vez desde la inocente mirada de dos niños: Bruno (Assa Butterfield) un niño de 9 años que se ve obligado a abandonar Berlín y dejar atrás a sus amigos cuando su padre, un oficial nazi, recibe el mando del campo de concentración de Auschwitz. Y, Shmuel (Jack Scanlon), un niño judío que se encuentra detenido al otro lado de la valla del infame lugar, vestido con un curioso “pijama” de rayas.

 

“¿Vencedores o vencidos?” (El Juicio de Nuremberg), dirigida por Stanley Kramer en 1961. En este proceso se acusa a cuatro antiguos jueces del III Reich (entre los que se cuenta el Dr. Ernst Janning, interpretado por Burt Lancaster), de aprobar la esterilización sexual con fines políticos. El magistrado americano Dan Haywood (Spencer Tracy) deberá decidir si cumplían su obligación de atenerse a la ley (fuese cual fuese), o realmente tuvieron gran parte de responsabilidad en las atrocidades que se llevaron a cabo.

 

La tumba de las luciérnagas”, conmovedora película animada, dirigida por Isao Takahata en 1988. Narra la dura historia de dos hermanos huérfanos, Seita (de 14 años) y Setsuko (de 5), y de su lucha desesperada por sobrevivir durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, cuando la aviación estadounidense somete las ciudades japonesas a continuos ataques aéreos. En uno de ellos, una incursión con bombas incendiarias convierte la ciudad de Kōbe en un infierno humeante, para los dos protagonistas, que se refugian en una cueva abandonada en el campo, donde iluminados por la presencia de miles de luciérnagas, malviven con el poco dinero que les queda hasta morir de inanición.

 

Bestias sin patria”, dirigida por Cary Joji Fukunaga en 2015, está basada en la novela homónima de 2005, escrita por Uzodinma Iweala. Retrata la cruda realidad de los “niños soldados”, pequeños que son reclutados en ejércitos o grupos armados que están involucrados en conflictos bélicos alrededor del mundo y especialmente en África. A través del protagonismo de Agu (Abraham Attah), asistimos a una desgarradora historia en que estos menores de edad, a punta de violencia pierden la inocencia y se convierten en máquinas de matar. A su vez, la película, como si fuese un documental, refleja la forma inhumana en que son reclutados, las abominables tareas que se les asignan, los abusos, maltratos y violencia de las cuales son víctimas.

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