Proceso electoral, alegría de pobre

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11 de septiembre de 2021
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12:01 am
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Proceso electoral, alegría de pobre

PREVENCION Y SEGURIDAD

Por: Coronel ® José Antonio Pereira Ortega
[email protected]

Nunca se miente más que después de una cacería, durante la guerra y antes de las elecciones.
Otto Von Bismarck.

La mayoría de los hondureños, estamos a la expectativa con el nuevo proceso electoral que tendrá lugar en noviembre próximo, y se manifiestan en los dos extremos: Uno de esperanza y alegría y otro de pesimismo, desconfianza y desesperanza, porque a pesar de todo lo opaco del proceso, despunta la expectación de poder tener esta vez una contienda cargada de decencia y dentro del marco legal establecido.

Y es que la conducta del error ha sido repetitiva, nos hemos equivocado una y otra vez desde el regreso a la vida democrática de nuestro país, como dicen los consumados líderes políticos, hecho que está a punto de cumplir 40 años, y el resultado ha tenido más bajos que altos, la calificación sería de “desastre político” los contendores han quedado a deber, aunque a la mayoría, sus finanzas personales se hayan robustecido, creando una clase pudiente nutrida de los procesos políticos fallidos.

Sin duda alguna es fácil comprobar que los diferentes contendores políticos están en deuda con el pueblo y con Honduras, prevalecen más desalientos que éxitos, en una mutua condición de desobligacion tanto de gobernantes como de gobernados, traducidos en un pueblo tolerante y conformista y unas autoridades desobligadas, irresponsables y preocupadas por la subsistencia personal y de su partido.

Visto así, no hay razón de quejarse, con esa actitud hemos tenido las autoridades que nosotros hemos permitido, y eso hay que pararlo, en este nuevo proceso de noviembre 2021, no más concesiones a la desidia, la coima o el chantaje sociopolítico. Aprovechemos la ventaja que nos conceden los tradicionales políticos, que en vez de innovar han involucionado, y en esta nueva elección no se vislumbran nuevas tendencias en su proceder, concentrados en los anuncios y propuestas vacías, cargadas de demagogia y populismo, más preocupados en promover la vanidad y los atributos físicos o ideológicos tanto de los candidatos(as) como de las organizaciones políticas que representan.

No cabe duda entonces, que es una magnífica oportunidad en noviembre 2021 tenemos la oportunidad de reivindicar nuestra ceguera inducida y dejar de elegir lo peor de la deficiente oferta electoral, se trata de votar con la razón y no con el corazón o el estómago, debe importar lo significativo del evento, que es vital para el desarrollo de Honduras y los hondureños.

Por lo anterior hemos creído prudente presentar los algunos errores comunes de fácil identificación, y que nos pueden ayudar a hacer una buena escogencia entre los candidatos(as):

1. Histórica inoperancia de las autoridades designadas en los órganos electorales, manipulaciones de datos permitiendo incluso elegir al margen de la ley, candidatos que no cumplen los requisitos.
2. Tradicional costumbre de dejar todo para después, dando paso a la improvisación al escoger.
3. Falta de formación ciudadana de candidatos y de electores, evita que se tome la gobernanza con poca seriedad, basta con que se encapriche y se convierte en candidato, sin tener idea de la seriedad que exige conducir los destinos de la nación o de un término municipal.
4. Nos hemos dejado seducir por los “influencers” negativos de la política, incluso los importamos para que nos vengan a enseñar técnicas sofisticadas de insultos y denigrar al prójimo.
5. Una confusión al elegir, porque es popular en la televisión, deportista destacado, periodista, al gritón, peleonero, etc., sin formación política y capacidad para gobernar o legislar, importa su fama y su físico, basta hacer una revisión al actual Congreso y comprobar lo dicho, diputados con varios períodos y pobre producción legislativa.
6. Nos dejamos engañar por personas de buen verso, labiosos, que prometen y cuando asumen no cumplen, y lo trágico, no se entiende cómo los reelegimos por más de un período.
7. Un fiasco llamado Ley de Política Limpia, (cosa que no existe en política) que asigna cantidades millonarias para cargos en donde de manera limpia, no podrán recuperar esa “inversión”.
8. Miedo para aplicar dicha ley, si aquí nos conocemos todos, solo vayan al lugar de origen del candidato(a), y se darán cuenta que no hay forma de obtener lo que invirtió, tremenda incongruencia que llama a la investigación seria.
9. Propuestas y planes de gobierno ridículos, en vez de ofrecer obras excéntricas, busquen agua, se necesitan propuestas factibles, aunque sea como manejar la basura, dejen de gastar en edificios y obras no prioritarias que no ofrecen bienestar, seguridad y salud, no pequen de ridículos, tenemos problemas serios para escoger y solucionar.

En suma, busquemos erradicar las perversidades de procesos pasados, caracterizados por una carga de trampas e inmoralidades, promovidas desde las mismas organizaciones políticas, que no han tenido empacho para hacerse chanchullos entre ellos, solo importa elegirse como ganadores a cualquier costo.

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