200 años en nuestra más oscura época

MA
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14 de septiembre de 2021
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12:51 am
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200 años en nuestra más oscura época

Independencia y recuperación patria

Abog. Octavio Pineda Espinoza(*)

Nuestro hermoso país celebra en este mes de septiembre, el arribo a 200 años de existencia republicana en el concierto de las naciones, período que bien podría escribirse y describirse como decía el poeta, “en una lágrima”, ya que, a lo largo de estos 200 tortuosos años de “independencia”, Honduras a recorrido breves espacios luminosos que nos llenan de orgullo, de sentimiento patrio, de esperanza por el futuro y alegría por el presente, pero, si somos sinceros, también hemos pasado por terribles tiempos que nos llenan de tristeza, desesperanza, de vergüenza e ignominia, eso es al fin, lo que toda nación que se llama libre debe transitar en el transcurso de su historia, la cual debe ser analizada, estudiada y enseñada para precisamente no volver a repetirla en sus pasajes afrentosos a la conciencia nacional.

Desde nuestro complejo nacimiento a la vida independiente, marcado por las intrigas forjadas para seguir manipulándonos de parte del imperio español, la voracidad inglesa, la intentona de anexión perenne al malogrado ejercicio imperialista mexicano y al surgimiento del gigante del norte, llámese Estados Unidos de América y aquí hago referencia al excelente artículo de César Indiano titulado: ¿De qué y de quién nos independizamos en 1821?, hasta nuestra calamitosa situación actual en lo económico, político y social, han existido capítulos de interminables guerras intestinas que dieron precisamente surgimiento a grupos conservadores y liberales que han luchado por el corazón y el alma del pueblo hondureño, luchas desbordadas por las bajas pasiones de gobernantes más interesados en alimentar sus egos y fortunas, que las glorias y la fortuna de la nación en el corazón del continente americano y que nos tienen hoy, precisamente donde nos tienen, en el peor sitio de toda nuestra existencia democrática.

La desgracia se ve aumentada peyorativamente cuando llegamos a esto, que debería ser una celebración de 200 años de éxitos, de la peor manera, como el país más pobre de América Latina, el más corrupto, que pierde 70 mil millones al año en corrupción, el peor en transparencia de las decisiones institucionales, en los más bajos cumplimientos de apego al Estado de derecho, el más bajo en competitividad, con la deuda más monstruosa de nuestra historia, que compromete a cada ciudadano hasta su cuarta generación, con los poderes del Estado cooptados y alejados de la doctrina de separación de poderes de Montesquieu, tan común y tan normal en otras latitudes, señalados en el mundo, en las redes sociales y hasta en las enciclopedias más primigenias digitales como un narcoestado, dirigido por un autócrata, que para algunos, busca escapar de lo que los gringos llaman el largo brazo de la justicia” allá por el condado sur de la
ciudad de Nueva York.

Encima inmersos en un proceso electoral lleno de opacidades, arreglos bajo la mesa de los lados oscuros de los 3 partidos representados en el órgano electoral superior, con incertidumbres hasta en el mínimo hecho, de si podremos votar con la identidad nueva, supuestamente más segura o la vieja llena de historias de fraudes y manipulaciones oscuras y corruptas, con la peor pandemia de la humanidad robándose a nuestros conciudadanos día con día y a los gobernantes escondiendo sus pingües negocios turbios con las vacunas por 10 años, esto sin hablar de los delitos contra la humanidad producto de la avaricia que han destruido el sistema de seguridad social del país, desfalcado a la empresa más productiva que tuvo Honduras: la Enee, aniquilado el sistema educativo y envilecido al magisterio nacional para que no quede dudas, que destruyendo la educación y la salud de los pueblos, es más fácil someterlos y conminarlos a la mendicidad total.

Así es compatriotas, desde la perspectiva que usted lo vea, no hay mucho que celebrar, y agregue a esto, que en un acto de desesperación y de alta traición a la patria, como el de la ilegal e inconstitucional reelección, tanto el Ejecutivo, como el Legislativo y en peor instancia el Judicial, poderes que se crearon para proteger a Honduras, han consumado la venta a pedazos, al mejor postor para los traidores de nuestro territorio patrio, los 112, 492 Km2 que conforman nuestra soberanía, nuestro suelo sagrado, el de nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos está siendo entregado bajo la premisa de impunidad, esconder los capitales mal habidos en 12 años de administraciones nacionalistas, negocios turbios por entregar las mejores porciones de Honduras, las más productivas en diferentes rubros, la destrucción del imperio de la ley, de la Constitución hondureña y la legislación nacional y la creación de ciudadanos de cuarta y quinta categoría que ni siquiera tendrán el derecho a patalear, eso es lo que JOH y sus secuaces quieren que celebremos en el mal logrado
200 aniversario de nuestro país.

Está advertido estimado compatriota, mientras el efímero espejismo del fútbol en competencia internacional, que se ha convertido en la nueva religión del pueblo desinformado, mal informado y deformado pasa, mientras los sátrapas celebran con sus oscuros socios nacionales y mundiales, mientras el pueblo muere día a día por la covid-19, la desgracia de las drogas y la violencia que trae consigo, mientras le vendan cancioncitas, videos, grupos musicales, artistas nacionales, celebraciones por todo lo alto por los 200 años de supuesta independencia, pagados por cierto, con nuestros impuestos, recuerde esto: celebramos esa efemérides, esos 200 años, en la etapa más oscura jamás tenida en Honduras.

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