Colorido show militar y cultural en conmemoración del Bicentenario

ZV
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15 de septiembre de 2021
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09:24 pm
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Colorido show militar y cultural en conmemoración del Bicentenario

Un pelotón militar se desplaza por el bulevar Suyapa sin la afluencia masiva de otros años.

Los hondureños celebraron el Bicentenario de Independencia, la mayoría encerrados en sus casas, por las restricciones del COVID-19 y presenciando por televisión los actos oficiales, centrados en un desfile cívico militar, por las calles capitalinas, donde otros años abundaba el ambiente festivo, que solo los estudiantes suelen imprimirle al aniversario de la patria.

Con la justificación de la pandemia y en detrimento de la patria, que se merecía una fiesta por todo lo alto por tratarse de una fecha emblemática, la conmemoración de los 200 años se esfumó con una celebración atípica, en la que, por segunda vez, desde que se tiene memoria, no sonaron las bandas de guerra, como tampoco la gente se volcó en masas a las calles de las principales ciudades del país.

Previendo contagios masivos del coronavirus, el gobierno canceló las actividades estudiantiles y se decidió por una agenda limitada a los actos oficiales de rigor, que tuvo su epicentro en el estadio Nacional, adonde solo ingresaron cuatro mil personas escogidas, contrario a las 40 mil que solían abarrotarlo en tiempos normales.

Un grupo coreográfico durante su participación en el tributo a la patria.

Como hecho relevante, la conmemoración sirvió de marco de despedida para el Presidente Juan Orlando Hernández, quien en sus dos discursos de la jornada ratificó que su mandato concluye el 27 de enero del 2022, al tiempo que ponderó los logros de su doble gestión desde el 2014, recordando que en ese entonces el país estaba a punto de caer en manos de los criminales.

El gobierno había iniciado los preparativos del Bicentenario en 2018 nombrando una comisión multisectorial, a cargo del escritor Juan Ramón Martínez, quien, con todo los obstáculos presupuestarios y la pandemia, consiguió, al menos, elevar el Bicentenario a un debate crítico sobre la necesidad de recuperar la memoria histórica y el orgullo patrio.

Esta comisión logró gestionar con la empresa privada y la alcaldía capitalina la construcción de un obelisco en Tegucigalpa, en recuerdo de este hito histórico para las generaciones venideras.

El Presidente Juan Orlando Hernández se dirige a la nación desde el estadio Nacional.

CAÑONAZOS Y DESFILES

La agenda oficial comenzó a las 6:00 de la mañana con el lanzamiento de los tradicionales cañonazos de salva en el Cerro Juan A. Laínez, de Tegucigalpa, seguido de la izada de la Bandera Nacional y la proclamación del grito de independencia, al pie de la estatua del prócer Francisco Morazán, en la sede del Banco Centroamericano de Integración Centroamericana (BCIE), en el bulevar Suyapa.

Aquí, el Presidente Hernández leyó la declaración del Acta de Independencia proclamada en Guatemala el 15 de septiembre de 1821, poniéndole fin a los 300 años de dominación española, sobre las cinco provincias (Honduras, El Salvador, Guatemala, Costa Rica y Nicaragua) bajo la Capitanía General de Guatemala.

Seguidamente, el alcalde capitalino, Nasry Asfura, conocido popularmente como “Papi a la Orden”, dio el grito de independencia recordando que los pliegues de independencia llegaron primero a la ciudad de Gracias, el 22 de septiembre, y a Comayagua el 28, entonces, capital de Honduras.

Posteriormente, el mandatario y sus invitados, entre ellos, miembros del cuerpo diplomático acreditado en Honduras, se trasladaron al estadio capitalino, donde un show cultural a cargo de artistas nacionales sirvió de telón a las exhibiciones militares, el principal atractivo de la agenda.

Con la agenda a su favor, militares y policías se emplearon a fondo con un desfile por el bulevar Suyapa y demostraciones de todas sus destrezas operativas dentro del recinto deportivo. Un tributo único e inigualable que tropas de asalto simulando rescates, perros amaestrados, operaciones nocturnas y otras maniobras terrestres y aéreas con paracaidistas.

Las chicas del Central fueron las únicas palillonas invitadas a los festejos de la patria.

DJ SAY, PILO Y POLACHE

Por su parte, los artistas nacionales se encargaron del toque cultural de la jornada. Humberto Mendoza, más conocido como DJ Sy, considerado el Daddy Yankee hondureño, Pilo Tejeda con su tema “Sopa de Caracol; Polache con “La Potra”, La Banda Juvenil 504, Angie Flores, pusieron a bailar a los presentes.

Igualmente, la obra de teatro “Soy Honduras”, producida por Douglas Padgett y protagonizada la niña Alexandra Quiroz fueron otro de los atractivos junto a un ramillete de palillonas de Danlí, El Paraíso y las famosísimas “Chicas del Central”, del popular instituto Central “Vicente Cáceres” de Tegucigalpa, el más extrañado en el coloso metropolitano.

En las grandes pantallas instaladas en el estadio se presentaron cortometrajes sobre el quehacer operativo de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, además de una dramatización con un hombre de carne y hueso personificando al prócer, José Cecilio del Valle, redactor del Acta Independencia, entregando precisamente esos pliegues al Presidente Hernández.

Debido a las restricciones de la pandemia, unas cuatro mil personas escogidas ingresaron al estadio Nacional.

LA ORACIÓN, EL PASTEL Y EL SALTO

A las 12 del mediodía, líderes de la iglesia Evangélica y Católica, oraron por los héroes caídos y los hondureños fallecidos durante de la pandemia.

Seguidamente, se cantó el Himno Nacional y el mandatario pronunció su segundo discurso dirigido a la familia y el derecho a la vida, frente a la ideología de género (bodas gais y aborto), dijo, muy de moda en estos tiempos.

Mientras tanto, a esa misma hora, una marcha paralela opositora al gobierno, encabezada por el expresidente Manuel Zelaya Rosales y su esposa, Xiomara Castro, candidata presidencial para las elecciones generales de noviembre por el Partido Libre, terminaba en el parque central, sin enfrentamientos con la Policía, grafitis y daños a la propiedad, como otros años. La consigna de esta movilización fue la oposición a las Zonas Económicas de Desarrollo (ZEDE).

En las redes sociales circuló asimismo las felicitaciones a Honduras por el bicentenario de parte del gobierno de los Estados Unidos a través de su secretario de Estado, Antony Blinken, lo mismo que fotografías dando cuenta de actos cívicos locales en San Pedro Sula, Choluteca, Santa Rosa de Copán, Gracias, Trujillo y Comayagua, las principales ciudades coloniales.

Los grupos coreográficos derrocharon todo su talento en honor a la patria.

En una clara felicitación a la patria, una de las carrozas militares ingresó al estadio con un enorme pastel coronado con el número 200.

La gente se puso de pie y aplaudió el gesto. Cerca de la 1:00 de la tarde comenzó el show de despedida con el salto del primer paracaidista, quien cayó aparatosamente, rodó varios metros y terminó arropado con su propio equipo.

Desde un helicóptero, a seis mil pies de altura, 28 compañeros más le siguieron, casi todos con saltos perfectos, recompensando la larga espera del soberano en las graderías. (EG)

Una guara roja, el ave nacional, fue desplegada en el estadio Nacional.
El “show” de las palillonas llamó mucho la atención del público.
Las danzas folklóricas estuvieron muy coloridas y vistosas.
La virgen de Suyapa, no podía faltar en el aniversario del Bicentenario.
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