JOH en Bicentenario: “FFAA listas para defender nuestro territorio por aire, tierra y mar ante cualquier amenaza”

ZV
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15 de septiembre de 2021
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08:58 pm
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JOH en Bicentenario: “FFAA listas para defender nuestro territorio por aire, tierra y mar ante cualquier amenaza”

Apenas hace una década estuvimos a punto de perder el país; prohibido olvidar que estuvimos en el más profundo abismo, desangrándonos como ningún otro pueblo del mundo, dijo JOH en su discurso.

En la celebración de los 200 años de independencia, el Presidente de la República, Juan Orlando Hernández, ratificó el compromiso de las Fuerzas Armadas de defender cada milímetro aéreo, marítimo y terrestre de la soberanía nacional ante cualquier amenaza que se presente.

“Nuestras gloriosas Fuerzas Armadas están prestas y listas para defender cada milímetro de nuestro territorio por aire, tierra y mar ante cualquier amenaza a nuestra integridad, soberanía y dignidad de nación independiente”, expresó Hernández.

A continuación, el discurso del Presidente de la República:
Han transcurrido 200 años desde que valientes hombres y mujeres salieron a las calles, a las plazas, patios, corredores y a la antesala del Palacio Nacional de Guatemala a exclamar “viva la independencia”.

Ese era el clamor popular de la época: Que la independencia del gobierno español representara un nuevo amanecer para todos los países de la confederación.

Fue un día histórico, de esperanza y de civismo, de dignidad y libertad, de orgullo y coraje, que marcó un antes y un después para nuestros pueblos centroamericanos.

Desde el indómito cacique Lempira hasta nuestro paladín Francisco Morazán, todos se entregaron con alma, mente, fuerza y corazón para heredarnos una nación libre, soberana e independiente.

UNA NACIÓN JUSTA

A 200 años de esas gestas heroicas y desde aquí, ante el altar de la patria, como presidente de todos los hondureños electo por la voluntad de las mayorías y la voluntad de Dios, hoy revalido ese clamor popular de quienes lucharon por heredarnos una patria dueña de su propio destino:

Hago mías las palabras del hombre valiente, recto y sin tacha, el general José Trinidad Cabañas Fiallos:

“Hay, pues, algo imprescindible, algo más importante que los intereses materiales, que la utilidad del presente, y es el honor del país y los derechos del pueblo”.

Orgullo de país es el que, a lo largo de estos 200 años, ha impulsado los ideales y las ejecutorias de hondureñas y hondureños notables, reformadores y solidarios.

Visión social y humanismo cristiano tuvieron quienes lucharon por jornadas laborales justas, por la seguridad social, por la educación y salud de calidad y por el derecho universal a vivir en paz y en armonía.

Visión económica tuvieron hombres y mujeres extraordinarias que hicieron de Centroamérica una zona vibrante, pujante y con visión hacia el desarrollo económico y social.

Visión democrática tuvieron quienes nunca se rindieron hasta lograr que el voto fuera universal y que el derecho de elegir en las urnas fuera inalienable como máxima expresión del pueblo, que es el soberano.

Visión agrícola, transformación agrícola, tuvieron los que convirtieron a Honduras en aquel momento en el granero de Centroamérica y pronto en el gran proveedor de alimentos de la región, decidieron que nos íbamos a desarrollar como nación con el café, el cacao, el melón y la sandía, la palma aceitera, el banano, los granos básicos y las hortalizas para el mercado hondureño, regional y mundial.

Hoy los enemigos de la independencia no son los mismos del pasado.

Son inmensamente poderosos, con grandes recursos.

• El narcotráfico
• Las maras y pandillas
• La pobreza multidimensional
• La corrupción
• La violencia irracional
• La desinformación
• La trata de personas
• El cambio climático y sus efectos adversos como:
Las sequías prolongadas
Los huracanes y las inundaciones repentinas
Las pestes y plagas, que trae el cambio climático

• Las enfermedades no transmisibles
• El COVID-19
• El ataque a los principios cristianos, el ataque al concepto de la familia, los que promueven del matrimonio entre personas del mismo sexo, y a la preservación de la vida de los no nacidos, hoy también está en precario, también los enemigos de la Independencia de hoy atentan contra el deber del Estado según nuestra Constitución de proteger al principio del respeto de los niños y niñas.

Y LA AMENAZA A NUESTRA SOBERANÍA

Todos estos enemigos confabulados al mismo tiempo para robarnos la paz, la fe y la esperanza y nuestros valores que nos definen como sociedad hondureña.

Pero según nuestra Constitución, los principios y valores que inspiran nuestra sociedad de acuerdo a la Carta Magna, están bajo la protección del Estado: la familia, el matrimonio, la maternidad y la infancia protegiéndoles contra todos sus peligros como el matrimonio entre personas del mismo sexo, que es promovido por algunos, el no respeto a la vida y de querer instalar en las escuelas que nuestros niños reciban conceptos antivalores como la ideología de género que busca ignorar cómo Dios trae al mundo a un niño y una niña, diciendo que una persona nace neutral.

Confabulados para despojarnos de una mejor calidad y hasta de la vida misma, siendo la vida misma y la persona humana el bien más preciado de nuestra sociedad.

Nunca como ahora, en estos 200 años de historia, nos habíamos tenido que enfrentar tantas cosas a la vez.

Pero le tocó a nuestra generación y juntos, como nación, vamos saliendo victoriosos de estas batallas épicas.

Hermanos hondureños

Apenas hace una década estuvimos a punto de perder el país; prohibido olvidar que estuvimos en el más profundo abismo, desangrándonos como ningún otro pueblo del mundo.

Más de 25 personas morían cada día víctimas de una violencia irracional que nos conducía a pasos agigantados a un Estado fallido, sin ley, sin orden y sin futuro.

Honor de país demostraron miles de hondureños que ofrendaron sus vidas para que pudiéramos vivir en paz y seguir luchando por la seguridad de un pueblo que ha sufrido tanto.

Ellos deben ser llamados héroes y heroínas

Policías, militares, jueces, fiscales, investigadores, agentes de inteligencia, todos los que portan con dignidad su uniforme y a diario salen de casa, con la bendición de Dios, convencidos que la patria demanda su sacrificio.

Ahí, en sus casas, quedan sus hijos, sus compañeras y compañeros de vida, sus madres y sus padres, pensando qué tan grande será el sacrificio que les demandará la patria. Estos parientes, todos los días encomiendan a Dios y de rodillas suplican que regresen, sanos y salvos.

Por ese clamor de esas madres y esos hijos, esposos y esposas, compañeros y compañeras jamás me arrepentiré de haber invertido recursos y energía como nunca para recuperar la paz y la seguridad de Honduras como ningún otro gobierno lo había hecho en la historia.

Las nuevas postas y sedes policiales, las nuevas patrullas, el armamento, los tres tiempos de comida, el salario digno, la logística y la indumentaria apropiada para proteger sus vidas, son partes importantes de un todo que al final se resume en justicia y dignidad, pero sobre todo se resume en resultados.

Esa Honduras que iba camino a convertirse en un narco Estado la logramos enderezar, la logramos reencauzar con medidas valientes, con decenas de leyes anticrimen que impulsamos y aprobamos contra viento y marea, aún con la oposición de quienes nos llevaron a ser el país más violento en la faz de la tierra por su indolencia y excesiva tolerancia.

Honor de país se necesitó para desarticular, en tiempo récord, todos los carteles que operaban en impunidad, dejando una estela de dolor y muerte a lo largo y ancho del país.

Estos criminales erigieron imperios mal habidos aliados con algunos malos hondureños, malos extranjeros a costa de la sangre inocente de los ciudadanos honestos.

En reciente pasado esos criminales no fueron tocados ni con el pétalo de una rosa, porque eran amos y señores, ejercían poderes fácticos en contubernio con aquellos que fueron electos para derrotarlos, pero traicionaron al pueblo, lo hundieron, lo despojaron de la libertad.

Honduras jamás debe volver a esa época de terror y de tinieblas y en esta recta final de mi mandato no dejo de pensar en la gran responsabilidad que tiene el pueblo hondureño al momento de elegir a la persona que debe continuar esta lucha.

Quien sea el elegido debe saber que los criminales no se quedarán de brazos cruzados; intentarán reconstruir sus imperios, han buscado y seguirán buscando venganza, harán nuevas alianzas con fuerzas oscuras tanto en Honduras como en el extranjero y tratarán de sembrar odio en el corazón de los hondureños.

POR HOY LA FIESTA SE LES ACABÓ

Lo dije el 27 de enero del 2014 y lo repito hoy: la fiesta se les acabó.

Estos individuos gestaron sus venganzas, creyendo que con amenazas podían detener el anhelo de toda una nación, en su proyecto de generar paz y seguridad.

Queridos compatriotas:

Héroes y heroínas también son aquellos a quienes no les ha temblado el pulso para derrotar la corrupción e impunidad.

Héroes y heroínas son aquellos que protegen nuestro medio ambiente y luchan a diario por revertir los efectos del cambio climático.

Héroe y heroína es cada miembro de nuestro sistema de Salud que desde hace un año y medio libra una guerra sin cuartel contra el COVID-19.

Héroe y heroína es cada enfermero y cada enfermera que no ha tenido descanso en seis jornadas intensas de vacunación, aplicando más 4.7 millones de dosis de vacunas contra el COVID -19.

Héroes y heroínas son los socorristas que se lanzan a las embravecidas al agua y al lodo para salvar vidas durante los huracanes y tormentas que nos golpean año con año.

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