Un pacto por la cultura es imprescindible para enfrentar el próximo tricentenario

Hoy 15 de septiembre se celebra el bicentenario de independencia de Honduras, por lo que auscultamos el pensamiento que al respecto tiene el gestor cultural Jubal Valerio

Él es bogado y notario, con una Maestría en Tecnología Educativa. Realizó estudios de especialización en Derechos de Autor y también un Posgrado en Promoción y Administración Cultural.

Su vinculación con el arte, con particular énfasis en la música, ha sido permanente, desde sus años de estudiante.
Es un apasionado de la gestión cultural, desde 1958, cuando ingresó a la facultad de Derecho de la UNAH.

Participó en la creación del Coro y Orquesta de Cámara de la UNAH en 1974; la organización del Departamento de Arte y la carrera de Música de la misma institución en 1977, del cual fue su primer jefe.
Organizó la Orquesta Sinfónica Nacional de Honduras en 1989 durante su gestión como director general de Cultura, del Ministerio de Cultura y Turismo.

También participó en la organización de “Stereo Concierto” en 1992, en la inauguración del Museo del Aire de Honduras, es Premio Nacional de Arte “Pablo Zelaya Sierra”. También es pianista, egresado de la Escuela Nacional de Música y recientemente, ha comenzado a incursionar en el campo de la composición musical.

A continuación, sus respuestas:

LT: Que hechos trasdentales han marcado a los hondureños en los últimos 200 años?
Estos comienzan con la misma declaración de independencia el 15 de septiembre de 1821, en la cual tuvo un papel protagónico el prócer José Cecilio de Valle quien fue el pensador más importante que ha tenido Centroamérica. Después, vendría la Declaración de independencia absoluta en 1823 y las luchas de Dionisio Herrera y Francisco Morazán, por consolidar la forma republicana de gobierno y las Federación Centro Americana.

LT: Que otros hechos importantes nos podría mencionar?
Creo que, a partir de entonces, los hechos más relevantes han sido la fundación de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en 1847; la reforma liberal impulsada por Marco Aurelio Soto y Ramón Rosa, que inicia la modernización de Honduras y coloca la educación y la cultura en el mejor nivel obtenido hasta ese entonces.
También la emisión del Código Civil, Penal y de Procedimientos, en el gobierno de don Manuel Bonilla y la gran huelga de los trabajadores bananeros de la costa norte de Honduras en 1954.
La obtención de la autonomía universitaria en 1957, la promulgación de la legislación que consagró las conquistas sociales de que actualmente gozamos, ocurrida en el gobierno del doctor Ramón Villeda Morales en 1958: Ley de reforma Agraria, ley del Instituto Hondureño de Seguridad Social y el Código del Trabajo.

LT: En cuanto a literatura y artes que ha producido Honduras?
Ha producido grandes valores en el campo de la literatura y las artes. Podemos y debemos sentirnos orgullosos de nuestros escritores y poetas, como el presbítero José Trinidad Reyes, Lucía Gamero de Medina, Juan Ramón Molina, Froilán Turcios, Alfonso Guillén Zelaya, Rafael Heliodoro Valle, Jacobo Cárcamo, Clementina Suarez, Oscar Acosta, entre otros.
Más recientemente, se han destacado Marcos Carías Zapata, Livio Ramírez Lozano, Roberto Castillo, Leticia de Oyuela, Rolando Kattan, Juan Ramón Martínez, Karlton Bruhl y varios más.
Pintores como Arturo López Rodezno, Mario Miguel Castillo, Miguel Ángel Ruiz, Julio Visquerra, Santos Arzú Quioto, Armando Pinto, Dante Lazzaroni, Juan Ramón Laínez, Johnny Mcdonald, etc.
Escultores como Mario Zamora Alcántara, Enrique Miralda y otros más, compositores, como Francisco R. Díaz Zelaya, Rafael Coello Ramos, Humberto Cano y Jorge Mejía.

LT: ¿En el área musical con qué hemos contado a lo largo de estos 200 años?
La organización de la Banda de los Supremos Poderes por el maestro Carlos Hartling en 1896, la creación de la Escuela Nacional de Música en 1953, la fundación de la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1940, la organización del Coro y la Orquesta de Cámara de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y la carrera de Música de la misma institución.
También el Conservatorio Nacional “Francisco R. Díaz Zelaya”, la Escuela de Música “Victoriano López” de San Pedro Sula, la organización de la Orquesta Sinfónica Nacional en 1989 y el surgimiento de varios conjuntos de cámara y Jazz.

LT: ¿Qué asignatura pendiente tenemos en esta área?
Hace falta un fondo editorial y nacional de las artes para estimular la creatividad intelectual y garantizar el desarrollo cultural de la nación, sobre bases de calidad, estética, respeto a la diversidad y libertad del pensamiento. Es necesario reactivar el Ministerio de Cultura, reducido en la actualidad, a una escuálida dependencia burocrática. La comunidad artística e intelectual, deben exigirlo.

LT: ¿Con todo esto hay motivo para celebrar?
Creo que sí. Aunque es difícil que un país como Honduras, en su contexto geopolítico, ha sido y es objeto de una marcada injerencia de potencias extranjeras en el manejo de sus asuntos internos, puede preciarse de ser reconocida como una nación independiente, al igual que los países que rompieron el vasallaje colonial en África y Asia, con derecho a voz y voto en los organismos internacionales como la ONU y la OEA.
Pero como escribió el periodista Abel García Cálix, en su discurso crítico y auto crítico, pronunciado en la Alcaldía de Tegucigalpa en 1926 “La libertad, en nuestras manos ha sido libertinaje, festín pavoroso de caníbales, durante 105 años que cumplimos hoy de ser independientes, no podemos ofrecer ni una sola década de tranquilidad constante, de trabajo intenso y de fraternidad creadora”. Este reclamo tiene aún plena vigencia. Al final pues, los responsables de que, a estas alturas, no gocemos de una verdadera independencia, somos los mismos hondureños

LT: ¿La celebración del bicentenario supone un cambio de cara a los próximos 100 años para marcar un antes y un después en la cultura de los pueblos del área?
Esta conmemoración nos obliga a los hondureños a asumir un formidable reto: ¿que deseamos y aspiramos para nuestra Patria en los próximos 100 años? Debemos reconocer que la consolidación de Honduras como república independiente, requiere en primer lugar, se restablezca el Estado de Derecho, volviendo al respeto de la ley y la institucionalidad democrática. En los últimos años, hemos sufrido un sensible retroceso en ese respecto. Será necesario, además, que pasemos de la democracia representativa –que como tal requiere una profunda revisión- para que deje de constituir un simple ejercicio electoral y se, convierta en una escogencia de los mejores hombres y mujeres que deben dirigir e integrar los poderes del Estado.