“EL RETRATO DE DORIAN GRAY”

MA
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21 de septiembre de 2021
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12:25 am
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“EL RETRATO DE DORIAN GRAY”

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EL papel aguanta con todo lo que le ponen. Cualquiera que se tome la molestia de hojear la Declaración Final de la VI Cumbre de la CELAC, –sin haber sintonizado la función que tuvo lugar durante la plenaria– diría que allí –en el seno de las reuniones– plantearon soluciones a los inmensos desafíos que enfrentan las naciones de América Latina y el Caribe. Sin embargo, otra fue la naturaleza del intercambio de palabras, de los momentos más sonados, que ocurrieron. Esos burócratas que redactan esos papeles se pulen metiéndole hojas al tamal para que nada quede por fuera. Solo que de lo dicho a lo hecho hay mucho trecho. Aparte que quien sabe cuántos de los jerarcas firmantes leyeron completo todo el documento de 44 puntos que los pusieron a firmar. Posiblemente, asumieron quienes lo redactaron, que muchos de ellos, agotados del trajín que imponen esos eventos, no iban a pasar de leer todo ese extenso palabrerío de los primeros tres numerales con que se decanta la declaración.

Como para no llegar hasta la lectura del cuarto punto, que es donde colocan las siguientes estrofas de esta poesía: “4. Reafirma que el proceso histórico de consolidación, preservación y el ejercicio pleno de la democracia en nuestra región es irreversible, no admite interrupciones ni retrocesos y seguirá estando marcado por el respeto a los valores esenciales de la democracia; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al Estado de Derecho; y el respeto a las facultades constitucionales de los distintos poderes del Estado y el diálogo constructivo entre los mismos; la celebración de elecciones libres, periódicas, transparentes, informadas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo, la participación ciudadana, la justicia social y la igualdad, la lucha contra la corrupción, así como el respeto a todas las libertades públicas reconocidas en los instrumentos internacionales. Reitera su compromiso con la promoción, la protección y el respeto a los derechos humanos sin discriminación alguna como uno de los elementos para sostener la vida democrática de nuestras naciones”. ¿Tomaron nota los acuciosos lectores de lo dicho en las líneas anteriores? Una joya para contemplar. ¿Con que fresco cinismo es que suscriben eso los autócratas presentes, que han hecho de sus sistemas de gobierno una grotesca caricatura de la democracia? Digamos como el dantesco semblante que iba agarrando el retrato de Dorian Gray, una vez que el personaje principal de la novela vende el alma. Los estragos de la edad y del envilecimiento se van reflejando en el rostro feo y arrugado del retrato que mantenía escondido.

Y allá a la mitad de la extenuante declaración, a donde ninguno va a alcanzar llegar por rápido que lea, colocan otra perla: “21.- Reafirma su compromiso de garantizar el pleno respeto de la democracia y la participación ciudadana, el Estado de Derecho, así como el respeto irrestricto a los derechos humanos, incluidos el derecho al desarrollo y el derecho a la paz, en un modelo de desarrollo sostenible e inclusivo enfocado en sus dimensiones económica, social y medioambiental, que coloque a las personas en el centro de nuestras políticas, para contribuir a la recuperación de la región frente al impacto de la pandemia de COVID-19”. Y más adelante el gobierno del país anfitrión de la Cumbre, por cuyo territorio pasan los migrantes con rumbo a la “tierra prometida” coloca este otro enunciado: “31.- Reafirma su compromiso de proteger los derechos humanos de las personas migrantes, promover esfuerzos regionales integrales para fortalecer la gobernanza migratoria efectiva, bajo los principios de una migración responsable, segura, ordenada y regular, trabajando por erradicar las causas de la migración irregular, facilitando las vías para la regularización migratoria, sobre la base de un enfoque transversal cuyo centro sean las personas migrantes, la protección de sus derechos humanos y la integración socioeconómica”. Ello, sin duda alguna, como pomada para frotarse en la frente. De todos los vejados migrantes que –no con tratos de buenos amigos– interceptan y devuelven los 27 mil guardias nacionales desplazados para atajarlos. O los que en el olvido siguen esperando los trabajos ofrecidos sufriendo penurias en hacinados refugios de mala muerte. (Y sobre lo que inquiere el Sisimite, que nunca tuvo acceso a las novelas de Óscar Wilde, es ¿quién diablos es el tal Dorian Gray?).

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