Óscar Lanza Rosales
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El diario La Jornada de México, ha estado reportando en los últimos días que, en la ciudad fronteriza entre México y Guatemala, Tapachula, hay más de 80 mil migrantes de distintas nacionalidades, con mayoría de haitianos, cifra que está creciendo a diario.
Si la población normal de esa ciudad era de unos 350 mil habitantes, ahora se estima que una de cada cinco personas, son migrantes.
Los haitianos hasta han instalado un mercado informal de venta de comida, zapatos usados, cortes de cabello y peinados para mujeres, y otros.
Casi todos los migrantes están establecidos en el parque Miguel Hidalgo, sin servicios básicos ni de salud, esperando respuesta a sus peticiones de refugio, aunque la mayoría aspira a seguir rumbo a Estados Unidos (EU).
Para verificar la presencia de migrantes hondureños en esa ciudad, llegó la primera dama de Honduras, Ana García, acompañada de muchos funcionarios y guardias personales. Ella, en sus declaraciones a los medios, atribuyó el aumento de la migración, a la pandemia y los desastres naturales, lo cual fue rechazado por algunos migrantes hondureños que le gritaron, que también por la corrupción.
Algunos medios han calificado a la actual Tapachula, como una cárcel a cielo abierto de los migrantes.
Esta situación irregular ha obligado a las autoridades estadounidenses y mexicanas a buscarle solución. Han reaccionado con la reactivación del Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN), con el objetivo de acelerar las inversiones y la actividad económica por ambos países, bajo la agenda siguiente: promover y hacer juntos, en el contexto de la pandemia de covid-19, el desarrollo económico, social y sustentable en el sur de México y Centroamérica, asegurar las herramientas para la prosperidad futura e invertir en el pueblo.
Los representantes mexicanos en el DEAN creen que la solución debe trascender la visión policial y combatir a la migración en sus causas mediante el impulso al desarrollo del llamado Triángulo Norte de Centroamérica (TNCA).
El mismo presidente de México Andrés López Obrador, ha hecho un llamado enérgico al gobierno estadounidense, “que no se politice este asunto -que no se puede resolver con medidas coercitivas- y que se busque una solución de fondo, integral y estructural y que se protejan los derechos humanos”.
Sugiere llevar programas sociales a Guatemala, Honduras y El Salvador y al mismo tiempo otorgar visas temporales de trabajo, de la mano de obra que le hace falta a EU en su economía.
Esta falta de resultados en la gestión de la crisis migratoria -tarea que se le ha asignado a la vicepresidente Kamala Harris- la ha afectado en sus encuestas de popularidad, la peor valorada en su posición en dos décadas.
Es que, a pesar de la gravedad de la crisis y que México está soportando el mayor peso de este gran flujo migratorio, la solución todavía no se ve.
Desde 2014 en que se detectaron los 70 mil casos de niños no acompañados, se ha generado una infinidad de planes de ayuda a los países del TNCA, que no se han concretado. Cada quien ha diseñado su plan, pero han sido más cáscaras que nueces. El expresidente Obama, con su Alianza para la Prosperidad; la ONU, europeos y centroamericanos, con sus planes integrales; y México con su plan Sembrando Vidas. El Congreso de EU, autorizó US$2,600 millones, pero se ignora cuánto llegó de eso a los países del TNCA, porque después vino el expresidente Trump que suspendió la ayuda. Y si vino alguna ayuda, se sospecha que se quedó en los mismos EU, en el pago a consultores.
Ahora ha surgido nuevamente la idea de parte de la ONU -según El País de España- de promover un Plan Marshall para Centroamérica, con una ayuda estratosférica de US$45 mil millones. De primas a primera, difícil de lograr, si en los discursos que estamos escuchando actualmente de los presidentes de Latinoamérica en la ONU, están planteando un Plan Marshall para toda Latinoamérica de US$64 mil millones, para contribuir a solucionar la crisis de la pandemia.
Aunque más adelante, escribiré un artículo sobre el Plan Marshall que se le otorgó a los países de Europa Occidental después de la Segunda Guerra Mundial, tengo que decir que EU está cosechando la semilla de los malos gobiernos que ha apoyado, en sus países vecinos, y que ha llevado a la pobreza extrema a sus pueblos, cuya única salida que le ven a sus estados de calamidad es emigrar. Esto es como ¡construir una gran mansión en un vecindario de hogares muy pobres!
