Una piedra en el zapato
Armando Cerrato
Licenciado en Periodismo
El pasado 21 de septiembre se conmemoró el 27 aniversario de la declaratoria del Día Mundial del Alzheimer, enfermedad mental generalmente senil descubierto por el científico alemán Alois Alzheimer en 1906, quien publicó un estudio realizado a Auguste Deter, una paciente de 50 años a la que su marido había llevado al hospital tras haber detectado cambios en su comportamiento.
Allá por los años 50 se consideraba el Alzheimer una enfermedad propia de la mediana edad. Cuando esta se manifestaba en edades avanzadas, se consideraba demencia senil. No fue hasta los años 70 cuando los científicos empezaron a identificar el Alzheimer como frecuente en personas mayores. A pesar de eso, la pérdida de memoria se consideraba parte del proceso de envejecimiento.
Los síntomas principales son la pérdida de la memoria y la confusión. Las personas también pueden sufrir daños cognitivos: deterioro mental, dificultad para pensar y comprender, confusión, confusión en las horas de la tarde, delirio, desorientación, dificultad para concentrarse, incapacidad para crear nuevos recuerdos, incapacidad para hacer operaciones matemáticas sencillas, incapacidad para reconocer cosas comunes, invención u olvido en cuanto al comportamiento: agitación, agresión, cambios de personalidad, deambular y perderse, dificultad con el cuidado personal, falta de autocontrol, irritabilidad o repetición sin sentido de palabras propias, cambios en el estado de ánimo: altibajos emocionales, apatía, descontento general, enfado o soledad psicológicos: alucinación, depresión o paranoia, habla confusa, incapacidad para combinar movimientos musculares o pérdida de apetito.
En Honduras es frecuente el diagnostico de Alzheimer en pacientes de mediana edad y edades avanzadas y su cuidado requiere de mucha comprensión, amor, paciencia, tolerancia y afinidad en el conocimiento de la enfermedad para darle al paciente tratamiento de calidad y calidez a veces por muchos años en los que hay que lidiar con él de noche y de día.
En mi condición de periodista por 51 años he tenido y tengo la experiencia de tratar con vecinos que tienen entre sus familiares pacientes de Alzheimer a los que tienen que soportar en todas sus manifestaciones negativas con una paciencia franciscana y sin la remota idea de deshacerse de ellos internándolos en un asilo donde supuestamente estarían mejor cuidados.
Sin embargo algunos exvecinos de los que el Alzheimer se apoderó permanecen internados en asilos por decisión expresa de sus hijos, que por cuestiones laborales para ganarse la vida han sido incapaces de lidiar con su padre o madre que ni siquiera los reconoce cuando los visitan.
También tengo la experiencia de la muerte por Alzheimer de dos distinguidos colegas y amigos, Gerardo Alfredo Medrano (Q.D.D.G) quien falleciera a sus 56 años de edad tras dos años de habérsele declarado la enfermedad.
Medrano fue impulsor y motivador junto a este escritor y otros colegas con los que organizamos el benemérito Colegio de Periodistas de Honduras (CPH) del que él fue su primer presidente y yo su vicepresidente y luego fundamos y organizamos el Instituto de Previsión del Periodista (IPP).
También sufrí mucho al conocer la muerte por Alzheimer del insigne escritor en Diario LA TRIBUNA y otros medios del país, incluido el órgano oficial del Partido Comunista de Honduras Patria, Dionisio Ramos Bejarano (RIP), fundador del Partido Comunista de Honduras, dirigente de la gran huelga de 1954 y por último relacionista público del Banco Central de Honduras, gran amigo del presidente del banco de esa época Gonzalo Carías, a quien Dionisio dejaba entrar en los furgones del Ferrocarril Nacional y llevarse algo de la fruta que transportaba al ser él uno de sus vigilantes principales.
De vigilante del Ferrocarril Nacional, Dionisio pasó a ser dirigente obrero y fundador del Partido Comunista de Honduras y que llegó a ser secretario general de la organización izquierdista, logrando enviar a la Unión Soviética a decenas de jóvenes talentosos a estudiar en las principales universidades de Moscú diversas profesiones que hoy ejercen con éxito en Honduras e incluso bajo la égida de organismos internacionales.
Hoy en día el Alzheimer como otras enfermedades muy estudiadas pero aún sin cura ataca inmisericordemente cada vez con mayor ferocidad demostrándole al ser humano que no es como se le ha definido en varios libros un gigante invencible porque ha sido capaz en su evolución científica de erradicar varias enfermedades y prevenir otras, derribar montañas u horadarlas para atravesarlas con túneles majestuosos que incluso en el canal de la Mancha va por debajo del mar uniendo a Inglaterra con Francia o construyendo impresionantes puentes que unen islas con tierra firme y transformar el medio ambiente, unir los países por vía aérea en cuestión de horas y trasladar por mar enormes cargamentos y ahora en una franca exploración del espacio exterior con supertelescopios y mini robots enviados a la Luna y Marte y otros planetas son observados por sondas espaciales, y el impresionante desarrollo de la telefonía celular.
En Honduras el Día Mundial del Alzheimer solo fue recordado por el Instituto de Previsión de la Universidad Nacional Autónoma de Hondura (INPREUNAH) en el cual varios de sus miembros padecen la enfermedad y sus parientes dieron testimonio de las terribles consecuencias de la misma y de sus padeceres personales en el cuidado de sus familiares enfermos.
