Noé Pineda Portillo
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El liderazgo carismático, ya se trate de religión, política, economía o cualquier otro sector social, llama al entusiasmo, a la aglomeración y al éxito. En el aspecto religioso, fueron grandes líderes, como Jesucristo, Gautama Buda, Lao Tsé, Confucio, Mahoma. En política, Alejandro el Grande, Genghis Khan, Atila, Julio César, y más recientes como Churchil, MacArtur, Lenin, Perón, J.F. Kennedy, etc. En Honduras, podemos mencionar a Ramón Villeda Morales, Rafael Leonardo Callejas.
Pero ¿qué es un líder carismático? El líder carismático consigue que las personas se sientan inspiradas y actúen siguiendo las directrices y puntos de vista que él indica. El carisma de un líder, es por tanto, su habilidad para transmitir y compartir emociones con otras personas, consiguiendo, a través de su discurso, sus gestos o sus acciones, emocionarlas e inspirarlas para emprender acciones o iniciar cambios.
El líder carismático puede ser natural o práctico, o sea, hacerse en la lucha por la vida. Tiene las características de interesarse por las personas que entran al grupo de trabajo en común, tiene una actitud cordial con todo mundo al saludarlos individual o colectivamente con satisfacción, ser capaz que el equipo confíe en su persona y ser resolutivo y sacrificarse por el bien común.
En resumen, debe reunir el líder carismático: autoridad, empatía, eficacia.
En nuestra contienda electoral hondureña, observando un tanto desapasionada la situación actual, sentimos, que hay una enorme ansiedad de líderes por aspirar a cargos públicos y nunca visto por los cargos presidenciales, que se supone sean los más delicados y de mayor calificación.
Pensando en el liderazgo carismático en la Presidencia de la República y con las características que hemos señalado, más otras que podemos agregar de nuestra producción como ser, la experiencia administrativa, destreza en la respuesta, experiencia en negociaciones comerciales y políticas, práctica de diálogo franco y sincero, honestidad e inteligencia en las relaciones sociales y el buen trato con las personas en lo individual.
Al señalar estas últimas características, ya imaginamos quien puede ser esa persona que nos puede llevar al triunfo, pues no es otro, más que Yany Rosenthal Hidalgo. No hay mejor prueba que la realizada por este joven líder hondureño. En tan poco tiempo, reanima el Partido Liberal inspirado en la historia universal al retomar las palabras del general romano: el gran Julio César al decidirse atravesar el río Rubicón: Alea jacta est (La suerte está echada) con su equivalente: “Vamos con todo”.
Es el llamado para muchos seguidores de la insignia rojo-blanco-rojo del gran Partido Liberal de Honduras. No hay duda, la “suerte está echada”. “Ni un paso atrás, siempre adelante”. A vencer, vencedores.
