Corregir o fracasar

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1 de octubre de 2021
/
12:52 am
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Corregir o fracasar

Por: Edgardo Rodriguez

Desde la llegada al poder, del difunto Roberto Suazo Córdova, no había visto, un partido que esté en el poder y lleve una campaña tan deficiente, como la que está realizando el Partido Nacional en la actual contienda. Y me refiero a ese partido por ser el que mejores condiciones tenía al inicio de esta carrera electoral, además, porque posee los recursos económicos suficientes y una sólida militancia, por lo que se hubiera esperado algo cualitativamente mejor a lo mostrado hasta este momento. Es evidente que el mal rumbo que llevan las acciones de su proselitismo, lo pue-den conducir a una derrota, ante Libre o el Partido Liberal.

No hay que ir a estudiar ciencia política a Harvard para saber que el “cachurequismo” tenía cuesta arriba esta batalla, por tanto, debía emplearse a fondo para desarrollar una campaña creativa, propositiva y audaz, pero no ha sido así. Se sabe que tres períodos consecutivos en el poder, desgastan a cualquiera, incluso a la exitosa Ángela Merkel, que supo retirarse a tiempo, como lo hace un político inteligente. Además, desde hace mucho tiempo la oposición supo golpear en los puntos más débiles al nacionalismo, especialmente en los actos de corrupción, probados o no, del Seguro Social y los hospitales “inmóviles”, los supuestos o reales vínculos con el narcotráfico y el poder, entre otros. Porque hoy la gente cree en lo que le da la gana creer, no le importa si es verdad o mentira lo que le dicen, lo importante hoy en día es vender percepciones y los líderes y autoridades de la insignia azul con la estrella solitaria, no supieron o no quisieron, contrarrestar esa andanada diaria de ataques, el que calla otorga, dice el refrán. El efecto de ese desgano comunicacional hoy les está pasando una pesada factura en el electorado, especialmente el independiente.

Son varios factores que se conjugan para lograr el éxito en una campaña electoral, uno de los importantes es tener un buen candidato, bueno quiere decir empático, que le agrade a la gente, que conecte con las personas, independientemente si tiene títulos académicos o posesiones materiales. El Partido Nacional tiene un candidato presidencial que no es malo, le cae bien a la gente, proyecta sencillez, pero no hace caso, lleva la campaña como le viene en gana y eso lo puede pagar muy caro en las urnas. Si quiere ganar “Tito” debe cambiar el rumbo, hablar con el pueblo, no me refiero a abrazar viejitos y niños, sino a comunicarse, plantear ideas de gobierno y no solo hablar de sus “burros” y menos esconderse de los medios de comunicación.

Además del ambiente ciudadano negativo hacia el nacionalismo, identifi co un deficiente manejo de forma y contenido de la campaña. Lo único que se está efectuando son concentraciones, la mayoría de ellas muy pobres, como la del lanzamiento en Choluteca o la reciente de La Ceiba. Los otros partidos tampoco es que efectúan encuentros multitudinarios, pero ellos no arrastran los lastres negativos del partido de gobierno, y algo curioso, en ellos se nota fervor y hambre de triunfo. Otro problema interno, muy serio, es que esta no es una campaña de unidad azul, hay mucho resentimiento, sectarismo y protagonismo de jovenzuelos inmaduros políticamente. Adicionalmente, algo imperdonable, es que se ha hecho a un lado a líderes importantes en los distintos departamentos, sumado a ello hay descontento en las bases por incumplimiento de promesas, situación que se reflejó en el elevado voto nulo de las pasadas elecciones primarias. Según cálculos del mismo Partido Nacional, entre un 15 y 20%, de su “voto duro”, no acudirán a las urnas, solo con eso es sufi ciente para obtener una derrota.

“Tito” Asfura, que se mueve solitario por el país, ha venido de más a menos en las encuestas, hasta el punto que está codo a codo con Xiomara y con un liberalismo en ascenso. Lo paradójico, lo extraño, lo inexplicable políticamente, es que sabiendo eso, los responsables de la campaña no corrigen el rumbo. Hay quienes ya especulan que hay fuerzas internas, en la cúpula nacionalista, que no quieren que su candidato gane las elecciones. No sería la primera vez que ello ocurre, justamente en este partido, doña Nora podría contar su historia.

 

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