Las listas Engel, Zepeda y del pueblo

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1 de octubre de 2021
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12:48 am
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Las listas Engel, Zepeda y del pueblo

CONTRACORRIENTE

Por: Juan Ramón Martínez

Las listas están de moda. Primero como arma arrojadiza de los políticos estadounidenses en contra de los corruptos del Triángulo Norte de Centroamérica. Que hace decir barbaridades al diputado Nájera; y a Bukele, mostrar su disgusto porque en la última edición, no hay nombres hondureños. Ismael Zepeda, en El Heraldo y La Prensa, ha publicado una lista de 200 hondureños destacados, dentro de la celebración del Bicentenario de la Independencia. La mayoría muertos. Con omisiones extrañas como la de Manuel Subirana, Vicente Matute, Julio Escoto, Francisco Murillo Soto y Villeda Morales. José Gonzales no sabe por qué no aparece Escoto. Ernesto Bondy, escribe que Escoto es uno de los 63 hondureños que estaba listo para preparar la nueva Constitución con la que se refundaría Honduras. Nosotros creemos que los méritos de Escoto son más literarios que políticos. Bondy no aporta pruebas al respecto. A nosotros, nos parecen inexplicables algunos nombres incluidos; pero no pasamos por alto que, toda lista es arbitraria. Y corresponde al libre ejercicio de quien la confecciona. La Comisión del Bicentenario, con la contribución de los 298 municipios del país, prepara una lista de 200 compatriotas, todos fallecidos, que han dado brillo y contribuido al desarrollo de sus municipios y de Honduras en general. El municipio de la Campa, en Lempira -en donde su patrón religioso es San Matías, propietario de tierras, ganados e incluso de un hotel, modesto; pero acogedor, para permitir descansar a los peregrinos que llegan anualmente a cumplir sus promesas- ha hecho su lista y perpetuada en mármol, la han colocado en la pared del corredor que da a la calle. En Tegucigalpa, en un ejercicio de equipo, se re-cibirán las listas de cada municipio y por mayoría, se seleccionará y publicarán, los nombres de los 200 mejores compatriotas que no hayan avergonzado al país, sino que más bien, contribuido al fortalecimiento de sus instituciones democráticas, al desarrollo de las operaciones económicas y a la consolidación de la cultura, la educación y las relaciones internacionales. Sera un ejercicio ejemplar, inédito, singular, adicional al que se ha hecho sobre las 30 maravillas, en que hasta los más escépticos se convencerán que solo una minoría es perversa, corrupta, haragana e irresponsable. Con lo que, sin duda, se levantará el orgullo del hondureño, tanto en su país y sus instituciones, como en el futuro para las nuevas generaciones.

Desde hace algunos años, los medios de comunicación han convertido en noticia los actos irregulares cometidos por los perversos. Las buenas obras, que son más que las malas, como nos consta a los que hace tiempo descubrimos que Honduras se extiende mucho más allá de los alrededores de Tegucigalpa y San Pedro Sula, no son objeto de interés de los periódicos, las cadenas de televisión o las radiodifusoras. Las buenas obras son las que han permitido consolidar la existencia de un país asediado por los criminales, los corruptos y los histéricos. Honduras es obra de los mejores, pese a los esfuerzos que hacen algunos desde el crimen, la corrupción y el apoyo al narcotráfi co, que teniendo como objetivo el enriquecimiento fácil, amparados en el clima de impunidad que nos asfixia y la exaltación que hacen los medios de comunicación de lo ilegal e irregular, se encaminan por la ruta del delito. Otros, incluso por llamar la atención, denuncian persecuciones fantasiosas, vuelos de helicópteros sobre sus casas y vigilancias irregulares, como la de un amigo que me decía, hace algunos años, asustado por supuestos enemigos que cada vez que caminaba por la calle peatonal de Tegucigalpa, varios lo perseguían. Esquizofrénico, sin saberlo, terminó muerto por un familiar cercano, que le disparó.

Hemos viajado por casi todo el país, y visto a la mayoría de los hondureños, dedicados al trabajo, al cumplimiento de la ley y a la defensa de lo suyo. Desde la fi rmeza y el orgullo. De forma que poco les interesa la lista Engel y sin embargo, les llama la atención la lista Zepeda y las noticias y celebraciones del Bicentenario que, seguirán efectuándose en la mayoría de los municipios, sin que les haga falta que los capitalinos se enteren de lo bueno que se pierden, por estar consumiendo información negativa desde los medios colectivos, tradicionales o alternativos. Y están felices por ello. Esperando, con fe que, todo mejorará.

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