Bicentenario: La educación superior y su función geopolítica en Hispanoamérica

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2 de octubre de 2021
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12:02 am
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Bicentenario: La educación superior y su función geopolítica en Hispanoamérica

Rediseñando

Por: Antonio Flores Arriaza

Las universitas creadas en la Edad Media en Europa fueron gremios de schollarium et magistrorum en los que se agruparon para intercambiar conocimientos. Estas agrupaciones que, originalmente implicaron movilizaciones (dispersio) de aquellos que querían estudiar dieron, entonces, origen a una figura que se llamó collegium universitas. En ese inicio, el collegium era un hospedaje en el que se becaban a los estudiantes que provenían de otra “nación” mientras estudiaban que, entonces, era el trívium (gramática, retórica y lógica) primero para luego tener derecho a estudiar el quadrivium (aritmética, geometría, astronomía y música).

La primera universitas que, comúnmente se acepta, fue la de Bolonia en Italia y se creó por iniciativa de los estudiantes. Los primeros estudiantes universitarios buscaban aprender el derecho romano de los intérpretes o glosadores que se había formado en la escuela de Irnerio. El estudio de las leyes era muy importante ya que estas regulaban varias áreas de la vida como el comercio, la administración, la diplomacia y casi todo. Y luego, se amplió a la enseñanza. Por lo que muchos llegaban a ella para obtener la licentia docenti que autorizaba para enseñar leyes en otro lugar (constituyéndose así en la primera licenciatura). Los jóvenes vieron en ello la oportunidad de tener una “carrera liberal” y no verse obligados a ser militares o sacerdotes.

España crea la Universidad de Salamanca, en gran medida, acogida al modelo de Bolonia. Pero, en el mundo, ya el Vaticano ha tenido una visión imperial previa a la del rey de España y a la colonización y conquista de Hispanoamérica. Prontamente, el Vaticano montó en España la Universidad de Alcalá de Henares que fue creada al estilo de un convento católico en donde el rector era el mismo prior del convento y la estructura y gobierno era eclesial. Así que, cuando el rey Alfonso X “el Sabio” decide crear la Universidad Real de Lima en Perú (que luego pasa a ser la Universidad Mayor de San Marcos), prontamente, el Imperio Vaticano le monta su título de “pontificia” (de pontífice o papa) y con ello penetra la estrategia geopolítica que el rey ha concebido y la hace propia. Y es que, entonces, el Vaticano era tan poderoso que ningún rey osaba oponérsele y acepta las alianzas con ese imperio “espiritual”. En Hispanoamérica se crearon universidades reales y pontificias y esto fue lo que dio origen a las universidades estatales y a las privadas (que inicialmente siempre fueron católicas).

Mientras las universidades laicas o reales (estatales) daban prioridad al estudio del trívium, quadrivium, leyes y luego, la Medicina para posteriormente estudiar Física, Botánica y Lenguas indígenas. Las universitas pontificias daban prioridad al estudio de la Teología Escolástica y la Filosofía. Fue en Alemania donde se originó la separación de las universidades dedicadas al estudio de las artes (humanidades) y las dedicadas al estudio de las ciencias (esto, posteriormente, y en la actualidad, es el sustrato de los grados de Doctor en Filosofía (PhD), Máster en Artes (MA) y Doctor en Ciencias y Máster en Ciencias (MS).

Resulta que el rey Alfonso X “el Sabio” emitió sus “Siete Partidas” que implicaron la política y ley a seguir para que funcionara una universidad en Hispanoamérica (que se abrían exclusivamente por orden Real o Vaticana y con una misión a cumplir en un lugar determinado). Las universidades en Hispanoamérica fueron creadas para educar a los hijos de los españoles peninsulares que fueron los primeros colonizadores. Estas universidades fueron clasistas y buscaban hacer de los criollos mentes españolas, que pensaran como peninsulares, que se identificaran con España y que concibieran la realidad dentro de un marco de interpretación española. Que no se identificaran con la tierra en la que habían nacido. Y, por tanto, España buscaba la lealtad de los criollos y asegurar la permanencia de la colonia a través del tiempo. Los indígenas no tenían acceso a la universidad. El trívium y el quadrivium fueron concebidos para los “hombres libres” y no para los obreros o artesanos peninsulares que eran vistos como inferiores y, peor aún, los indígenas.

Simultáneamente, el Vaticano hacía el mismo trabajo asegurando la lealtad religiosa de los criollos y les empujaba, como buenos siervos del Vaticano, a catequizar a los indígenas. El Vaticano tuvo dos legiones a cargo de esta tarea: La Orden de Predicadores (curas dominicos) y la Compañía de Jesús (los jesuitas: verdadero ejército al servicio del Vaticano). Pero, entre estos no hubo solidaridad. Especialmente los jesuitas buscaban siempre posiciones de poder para controlar el dominio mental de la gente. Así que los jesuitas dieron un golpe maestro de poder. Lograron separar el collegium de la estructura de la universitas y se apoderaron creando la educación media en la que, también, desmembraron los estudios del trívium y el derecho de extender el título de Bachiller que, originalmente, fue un título universitario (en USA aun las universidades otorgan el Bachelor Degree) y, el remate a la jugada: al posesionarse de la educación secundaria controlaron quienes eran los que podían ingresar a la universidad.

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