EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA Y EL MISIONERO SUBIRANA

ZV
/
2 de octubre de 2021
/
12:18 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA Y EL MISIONERO SUBIRANA

Por: Miguel Rodríguez

Historiadores y funcionarios frente a la iglesia y monumento, donde descansan los restos del misionero Subirana, defensor de los tolupanes o xicaques.

En el marco de la conmemoración del Bicentenario de la Independencia, se ha desarrollado entre los días 23 y 24 de septiembre el V Congreso Nacional de Historiadores Locales de Honduras, en la ciudad de Yoro, actividad que tuvo como propósito celebrar la memoria histórica del santo misionero Manuel de Jesús Subirana, lugar donde descansan los restos de este personaje de la historia que, a más de 150 años, sigue presente en la memoria de los hondureños.

Tal evento fue promulgado por la Comisión Nacional del Bicentenario de Honduras, la Asociación Nacional de Historiadores locales, en conjunto con la municipalidad de Yoro, la Dirección Departamental de Educación, y la Comisión Local y Departamental del Bicentenario de Yoro. Este ejercicio cultural por Subirana reivindicó el presente, la historia y el porvenir de los yoreños, orgullosos de Subirana.

La iniciativa tiene su origen en la declaración de Santa Rosa de Copán (2019), en el marco de IV Congreso Nacional de Historiadores Locales de Honduras, organización cultural que preside Walter Ulloa Bueso, y connotados historiadores que con mucha aptitud y entrega investigan las particularidades de la historia de sus pueblos.

Yoro se vistió de gala, la plaza central se llenó de música, poesía y principalmente de un aura reivindicativo de su ciudad y su futuro. En palabras de la alcaldesa Sra. Diana Urbina, Yoro volverá a ser el centro cultural del país. Un municipio cuna de escritores y artistas que han representado a la ciudad y al país incluso en tierras extranjeras. La ciudad es cuna del connotado poeta hondureño Roberto Sosa, quizá el más insigne de la producción poética que ha desarrollado Honduras en el siglo XX.

El Congreso representó para Yoro volver a sentir su historia. Creer que existe un futuro mejor para todos de la mano del padre Subirana. Su tumba se levanta imponente en el ala izquierda de la parroquia de Santiago y su legado físico y cultural hoy impresiona al yoreño, al extranjero y principalmente a los que, rememoran sus hazañas.

Manuel de Jesús Subirana en la historia del país representa un caso particular. Importante en la conformación de la memoria religiosa y popular del país. Incluso hoy, se habla de su devenir en el país, sus milagros, sus presagios y sus luchas por los más necesitados. Subirana, es para los hondureños objeto de devoción y memoria, de admiración y encanto, y en este 2021, marco del Bicentenario, objeto de reivindicación histórica.

Los intentos por rememorar la figura de Subirana han sido pocos, la historia oficial y eclesiástica a pesar del amplio carácter de este en la tradición popular, no ha respondido por su figura. Quizá por muchos motivos. Formalmente en 1929, se presentó ante la Santa Sede el Juicio para la canonización del misionero Manuel de Jesús Subirana . En 1937 su polémica exhumación y en el devenir del siglo XX intentos esporádicos para rescatar su figura.

Hoy día, formalmente sus devotos realizan misas a su memoria, y en el Potrero del Olivar, Santa Cruz de Yojoa, lugar de su deceso en 1864, se levanta una capilla donde innumerables fieles la visitan cada año.

La actividad cultural en cuestión es sin duda el inicio de su reivindicación histórica. Un camino para seguir y que tiene como objeto, en primera instancia su personaje y las innúmeras posibilidades para llevar a Subirana a los altares como un Santo. El primer personaje promulgado y quizá el único en la historia de Honduras para ocupar esta categoría.

El departamento de Yoro, lleno de sierras y valles, de imponentes montañas y de tórrido paisaje y carisma, es el lugar más importante para pensar a Subirana. La historia de Yoro está íntimamente relacionada con este. Y es que, este Santo Misionero realmente penetro en la vida de estos pueblos. Fue evangelizador de los Xicaques, pero principalmente promotor de un porvenir mejor para estos. Sus quehaceres no solo se limitaron a tal actividad religiosa, los hechos y documentos nos muestran a un Subirana reivindicador de la participación y organización de las poblaciones indígenas en la periferia del control estatal hondureño en el siglo XIX.

El encuentro fue iniciado el día 24 con la conferencia “Honduras en el siglo XX” por Juan Ramón Martínez, coordinador general del Bicentenario. El autor realizó una pormenorizada explicación y critica de los principales acontecimientos que han compuesto la historia de Honduras en el siglo en cuestión. Expuso la principal temática en torno a la figura de Subirana respecto a los hondureños. La presencia del Santo Misionero en la conformación del imaginario cultural, según este “infortunadamente mitificado por la historia oficial y popular del país”, problema entre otros, responsable de su poca valoración oficial y religiosa en la actualidad.

La alcaldesa dio la bienvenida a los historiadores locales y expuso las particularidades del porque realizar este tipo de actos culturales para Yoro. Destacó la figura histórica de Subirana y la importancia de este para Yoro y su desarrollo cultural, económico y social del presente y futuro. Gabriela Pacheco representante de la Secretaría de Educación, el gobernador político Juan Carlos Molina y el profesor Ramón Nieto Silva, invitado especial y director de la Comisión del Bicentenario del municipio de Ojojona, así como las fuerzas vivas del municipio presenciaron la solemne inauguración.

En la tarde del 23, se realizado un acto a la memoria del poeta Roberto Sosa en donde la alcaldesa de la ciudad conjunto a Santos y Dora Sosa Bustillo (hermanos del insigne) develaron una placa memorial al recordado poeta. El escritor Albany Flores García pronunció “Yoro, La mágica” crónica personal de este sobre Yoro. Milton Hernández y Carlos Díaz, engalanaron tal actividad con su exquisita participación musical. Acto seguido, la ciudad se encantó con la participación de la banda de los Supremos Poderes de la mano del maestro Conrado Chavarría enfrente de la parroquia de la ciudad.

El viernes 24 se desarrollaron el grueso de actividades culturales. A las 8 de la mañana el padre encargado temporal de parroquia de la ciudad Carlos Lozano enunciaba una misa a la memoria de Subirana. La Iglesia se llenó de devoción y entusiasmo.

Mi persona pronunció un discurso biográfico -reflexivo sobre la figura del santo misionero. La motivación central fue la experiencia familiar en donde expliqué que al igual que muchos hondureños, desde muy niño mi abuela me relató las tantas historias de Subirana y que, a pesar del tiempo, todavía siguen presentes en la memoria colectiva de nuestra sociedad y principalmente de los coterráneos yoreños. El discurso en cuestión terminó con la reseña efusiva a Subirana por parte del padre Valentir Villar en 1955, en donde desde la revista “Correos de Honduras”, dijo: “La tierra hondureña te espera, las familias cristianas te desean ver en sus hogares y todos te recibiremos como a padre bueno que el tiempo no ha podido borrar de nuestra memoria”.

Los participantes y feligreses, acto seguido a la misa se conmocionaron al presenciar los artículos que pertenecieron al padre Subirana, por parte de doña Marina A. Martínez encargada de dicha presentación museográfica, fiel devota de Subirana.

Por la tarde, los historiadores presentaron sus trabajos en torno al santo misionero y a la historia local. El historiador licenciado David Guerra presentó “Problemáticas y aspectos de la historia local; apuntes y reflexiones” en donde expuso características de la historia local y como abordarla.

El historiador comayagüense Elvin Munguía expuso un interesante tema titulado “Los misterios, huellas del hombre del Playón”. Seguidamente el licenciado Leonel Rivera expuso en su ponencia “Manuel de Jesús, un padre secular” en donde explicó parte de la vida de Subirana desde sus estudios en Vic, su paso por Cuba y su actividad evangelizadora en Honduras y particularmente en Yoro.

La tarde se llenó de alegría en la Casa de la Cultura al escuchar a doña Marina A. Martínez y su experiencia como fiel devota a Subirana. Conjunto a ello, mi persona presentó un trabajo compilatorio reflexivo sobre la historiografía de Subirana en Honduras, El Salvador y Cuba. Tal trabajo resalto la presencia de este y los principales problemas para abordar su figura e historia. La compilación tiene como objeto recuperar del olvido todo lo escrito hasta hoy sobre el santo misionero.

La tarde fue finalizada con el discurso oficial por parte de la Asociación Nacional de Historiadores Locales de Honduras en donde se mencionó que tal congreso es la iniciación popular para la canonización oficial de Manuel de Jesús Subirana. En paralelo, la ciudad se deleitaba con una feria gastronómica local en donde los yoreños presenciaron lo variado de la cultura y comida de su región a cargo de Ingris Montes de Oca.

La clausura del evento se llevó a cabo en la noche del 24. Las autoridades locales, y ciudadanos yoreños se deleitaron con la participación cultural de diversos grupos folclóricos locales, juegos pirotécnicos y una cena de gala en donde todos unánimemente celebraron la figura Subirana para su ciudad, el país y la espiritualidad del pueblo de Yoro, su gente y para Honduras. La participación logística del licenciado Rony Martínez y Cristhian Uclés sin duda fue esencial para la realización de dicho evento.

El padre Subirana nació en Manresa (1807), provincia de Barcelona, España. Nació en una familia de medianos ingresos y se preparó para sacerdote en el seminario de Vic. En 1834 obtuvo licencia sacerdotal que le permitió ejercerla durante más de una década en Cataluña y otras regiones de España hasta que, en una misión evangelizadora (1849) con su amigo el ahora canonizado (1950) Antonio María Claret, se aventuró a tierras americanas. Primero en Cuba y después en solitario en Honduras.

Hoy tenemos la oportunidad de levantar a Subirana del olvido oficial-eclesiástico y como un santo que dejó huella por los siglos de los siglos.

Miguel Rodriguez A.

 

Más de Anales Históricos
Lo Más Visto