UNIONISMO Y SEPARATISMO

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3 de octubre de 2021
/
12:29 am
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UNIONISMO Y SEPARATISMO

LA historiografía hondureña y de otros países latinoamericanos, está inundada de repeticiones, ideas fijas y lugares comunes. Esto continuará sucediendo por muchos años más, hasta que aparezcan los profesores de diversos niveles académicos con informaciones históricas renovadas, científicas e imparciales. Sin embargo, un importante investigador bibliográfico catracho que falleció hace unos diecisiete años aproximados, afirmó rotundamente que en nuestro medio hacía falta una verdadera historia de la federación centroamericana. Esto significa, entre otras cosas, que mucha gente continúa repitiendo lugares comunes, o trillados, en torno de la historia de la región ístmica.

A pesar de los pesares comienza a abrirse paso la información documental científica que el sabio cholutecano, José Cecilio del Valle, fue el fundador y el verdadero artífice de la primera República Federal entre 1823 y 1825, y el primer presidente que ganó legal, y legítimamente, la presidencia regional el 20 de abril del mismo año 1825. El resto de la historia es más conocido, en tanto que la presidencia le fue usurpada, brutalmente, por una coalición de supuestos “liberales” y “conservadores”. Como consecuencia de aquello comenzaron los fraudes, las imposiciones, los atropellos y las violaciones territoriales contra El Salvador y principalmente contra Honduras, cuyas constituciones específicas otorgaban un buen margen de autonomía a cada “Estado” federal respecto de la vieja ciudad de Guatemala. El hondureño Dionisio de Herrera y la ciudad de Comayagua, fueron víctimas directas de aquellos atropellos, razón por la cual Francisco Morazán Quesada se alzó, en 1827, en un acto de rebeldía reivindicadora frente a las tropas federales que lideraba Justo Milla, decidiéndose el curso inicial triunfante de la carrera morazánica en el Cerro de la Trinidad, varios kilómetros al sur de Tegucigalpa.

Este domingo tres de octubre se cumplen doscientos veintitrés años del nacimiento de Francisco Morazán, un “criollito” de origen italiano, nacido en Tegucigalpa, que termina convirtiéndose en jefe del “Ejército Defensor de la Ley” y en presidente federal, continuador férreo de aquellos ideales unionistas que habían sembrado y cultivado los próceres José Cecilio del Valle y Pedro Molina Mazariegos.

Decía un filósofo francés del siglo dieciocho que “toda época social necesita sus grandes hombres, y si no los encuentra, los inventa”. Por suerte América Central produjo sus propios personajes relevantes, de carne y hueso, en las primeras décadas del siglo diecinueve, refulgiendo con su espada unionista la figura de Francisco Morazán, en unas circunstancias políticas, económicas y geográficas adversas que deben continuar bajo la lupa de la ciencia histórica, incluyendo en tal estudio el tema del mestizaje.

El unionismo y el separatismo son dos términos que suelen exhibirse como si se tratara del agua y del aceite. La verdad histórica es que la idea de las “confederaciones”, y del “federalismo”, fue importada desde Europa y Estados Unidos hacia las nuevas repúblicas de América Latina. Esto significa que hubo un forcejeo con la realidad. Y que los partidarios del federalismo y del separatismo se mezclaron en el curso de los acontecimientos, según las cosas fueran favorables o desfavorables para unos y otros dirigentes provinciales.

Hay que reconocer, sin embargo, que las posturas de Francisco Morazán fueron coherentes y persistentes con el proyecto federal, más allá de lo que a veces deseaban algunos de sus amigos y seguidores. Razón por la cual Morazán, aun cuando fuera olvidado durante unas tres o cuatro décadas después de su fusilamiento ocurrido en septiembre de 1842 en San José de Costa Rica, al final pasó a la posteridad como símbolo del unionismo centroamericano. Desde entonces los proyectos integracionistas se han ensayado fugazmente en distintos momentos de la historia regional, tanto del siglo diecinueve como del veinte. !Honor para Francisco Morazán Quesada, en la fecha inolvidable de su natalicio!

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