Advierten sobre cierre y abandono de fincas por altos costos de producción
Del cultivo de la okra dependen más de 7,000 familias de manera directa y 30,000 de manera indirecta.
Los productores de okra de la región del Golfo de Fonseca de Honduras, así como de frutas y hortalizas de la región central del país, se sumaron a las alertas por altos costos que enfrentan en sus cadenas de valor y la preocupación latente por un cierre y abandono de fincas, problemática que había sido advertida por meloneros de Centroamérica.
La industria productora y exportadora de okra enfrenta uno de los mayores desafíos que representa un serio riesgo la sostenibilidad del negocio, pues afronta el mayor incremento porcentual histórico en el costo por unidades de insumos y materias primas esenciales para la producción, asimismo sumado el impacto de los embates del cambio climático y los efectos colaterales de la pandemia COVID-19 en los eslabones de la cadena productiva, suministro y logísticas globales.
Desde el último trimestre del año 2020, según un comunicado, inició una escalada de incrementos en las tarifas de los servicios de trasporte marítimo y aéreo, acumulando a la fecha un aumento de entre un 15 por ciento y 20 por ciento interanual, lo cual reduce significativamente las divisas que generamos de sus exportaciones.
Sumado al impacto de los costos logísticos de exportación, estamos siendo golpeados por el incremento desmedido de los insumos para fito-protección y fertilizantes con fuentes a base de fósforo, nitrógeno, potasio, magnesio y calcio que son la base de una nutrición balanceada, cuantificando un aumento desde un 40 por ciento hasta un 80 por ciento según la fuente de elemento nutricional.
Lo anterior ha impactado a tal magnitud que se ha incrementado en un 30 por ciento el costo de producción de un kilo de okra, lo cual puede conducir al cierre de empresas exportadoras y abandono de unidades productivas.
La okra como cultivo agrícola no tradicional ha tenido un fuerte desarrollo en los últimos 10 años, impulsando el desarrollo socioeconómico de la región sur del país, siendo una fuente importante de divisas y empleos a lo largo del año. Es importante mencionar que el 80 por ciento del recurso humano vinculado a las actividades productivas y proceso de empaque son adultos menores de 30 años.
EN COMAYAGUA Y LA PAZ
Llaman a la unidad para solucionar crisis histórica
Comayagua y La Paz tomaría la difícil decisión del cierre obligatorio de operaciones, de no abordar esta problemática de manera colectiva y no generar iniciativas para disminuir dichos incrementos, ya que sería imposible mantener el funcionamiento de dicha operación por los altos costos de producción y exportación, advirtieron productores en esa zona central de Honduras.
La industria productora y exportadora de pepino, vegetales orientales, chiles de colores, camote, chile jalapeño, calabaza y otras hortalizas, hizo un llamado a todos los que participan en la cadena de valor, para unir esfuerzos, desarrollar iniciativas y soluciones a la mayor crisis de la historia que enfrenta nuestra industria producto de las disrupciones en las cadenas de producción de materias primas y logística de importación y exportación.
En este rubro advirtieron que están sufriendo incrementos de entre 25 por ciento y 40 por ciento interanuales en los costos de materias primas e insumos indispensables para la producción (Plástico para cobertura de suelos, Cinta de Riego, Costo de la semilla, Agroquímicos, Fertilizantes, Cajas de Empaque entre otros).
También enfrentan aumentos de entre 30 por ciento y 40 por ciento en las tarifas marítimas y aérea para el transporte de nuestros productos a los diferentes mercados. Naturalmente ese aumento impacta de manera directa en el valor final del producto exportado. Desafortunadamente estos incrementos no pueden ser trasladados al cliente en los diferentes destinos y esto termina afectando seriamente los retornos y divisas que generamos producto de nuestras exportaciones.
Adicionalmente, lamentaron por el elevado costo en certificaciones y normativas para exportar en mercados internacionales y de medidas de bioseguridad adicionales que se han implementado por COVID-19, los cuales conllevan un aumento de nuestros costos.
Fuertes aumento en costo energético, carburantes y energía eléctrica, que son recursos primordiales que se necesitan a diario en todo proceso de producción y exportación.
