Por: Otto Martín Wolf
No creo que mucho, su principal actividad es absorbente y los conocimientos químicos no parecen ser nada importante para él.
Consecuentemente, le haría usted una consulta (y creería en su respuesta) referente a algo químico?
Desde luego que no. Tampoco sería muy posible que algún eminente químico tuviera los conocimientos de fútbol de Leo.
Pero, lamentablemente, existe la tendencia a creer que los famosos saben mucho de todo, lo cual no necesariamente es cierto.
Qué va a saber el boxeador filipino Manny Pacquiao -muchas veces campeón mundial- sobre la administración de un país, conociendo sus actuales intenciones de buscar la presidencia:
Pero, es posible, que sus compatriotas lo elijan, probablemente porque le conocen como un hombre de éxito.
En política el reconocimiento facial es algo muy importante, por eso artistas de cine, personalidades de televisión, religiosos, “tiktokers” y “youtubers”, así como celebridades de cualquier cosa, frecuentemente se ven tentados a probar en política y lo peor de todo es que a veces con éxito.
El propio Donald Trump llegó a la presidencia de los USA en gran parte debido a su programa de televisión “El Aprendiz”, sin tener realmente ninguna clase de preparación para ejercer un cargo de tanta importancia.
Su incapacidad colocó a los USA al borde del rompimiento de la democracia, una guerra civil y hasta se filtró que tuvo en mente atacar a China nuclearmente, en su desesperación y locura cuando perdió las últimas elecciones.
Su arraigado narcisismo le impide aceptar que perdió y lo peor de todo -para su país y el mundo entero- es que realmente tiene la posibilidad de buscar y ganar la presidencia en unas futuras elecciones.
El caso típico de quien se enamora del poder por el poder en sí.
Lamentablemente los asuntos políticos deben ser manejados por políticos de carrera. Esto no quiere decir que sean los mejores pero, al menos, tienen más capacidad y experiencia que cualquier jugador de baloncesto o locutor de televisión exitoso.
Los pueblos tienen los gobiernos que se merecen, es totalmente cierto, pero eso no quiere decir que esos pueblos hayan acertado al elegir a quien consideraron el mejor.
Benito Mussolini, dictador italiano del siglo pasado, era un periodista de reconocida capacidad lo que le permitió incursionar en política y llegar al poder, solo para conducir a su país al radicalismo fascista y la Segunda Guerra Mundial.
Al científico Albert Einstein le ofrecieron la presidencia de Israel en 1952, la rechazó con toda cortesía (y muy inteligentemente), sabiendo que él era físico, no estadista.
Cuántos, sin llegar a los zapatos de Einstein, aprovechan su relativa fama para buscar el poder?
Por qué lo hacen?
Lo primero que se me ocurre es ignorancia. Esto es, ignoran su propia incapacidad, creyendo que por ser “buenos cantantes” pueden administrar la vida de todo un país.
Los pueblos, quizá más ignorantes que ellos -o cegados por el brillo de la fama- a veces los eligen, solo para arrepentirse después.
También los pueblos suelen cansarse de los políticos de profesión (esos que ofrecen puentes y ríos sin cumplir) y buscan supuestas alternativas, como es el caso de las celebridades. Se puede culpar de esto al pueblo?
Los responsables son los políticos de carrera que no cumplen y se corrompen, lamentablemente quien paga los platos rotos es el mismo pueblo.
Messi es un gran jugador de fútbol, dicen algunos que el mejor de todos los tiempos, que bien por él, ojalá no le ofrezcan la presidencia de Argentina, ya suficientes problemas tiene ese país desde que un hombre llamado Juan Domingo Perón, aprovechando la fama obtenida en su rol en el Ejército, desarrolló un gobierno populista y destrozó para siempre la economía y la mente del pueblo argentino.
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