Morazán vive en la historia y el pensamiento de los hombres libres

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10 de octubre de 2021
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12:01 am
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Morazán vive en la historia y el pensamiento de los hombres libres

General José Francisco Morazán Quezada

Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
Email:[email protected]

DANLÍ, El Paraíso. “Alta es la noche y Morazán vigila” (Pablo Neruda) por más que traten de acara a Morazán de la historia los mismos que ayer lo asesinaron, su pensamiento continuara vivo en el corazón del hombres libres del continente y esta Centro América irredenta. No importa que lo haya convertido en turista. El pensamiento morazánico no muere porque esculpido en letras de oro esta su firme creencia que la educación es el alma de los pueblos.

“Morazán fue, incuestionablemente, un revolucionario por sus ideas y sus actos. Durante los años juveniles tuvo la oportunidad de acudir a la biblioteca personal de Dionisio de Herrera y estudiar, ayudado por este, gran cantidad de obras relacionadas con el pensamiento político filosófico más avanzado de su tiempo. Puede, por lo tanto, inscribírsele en las mismas filas de quienes con mayor energía le dieron la batalla al feudalismo en tiempos de la Revolución Francesa de 1789. Por eso Morazán fue algo más que un liberal, pues esta doctrina no representa, como suele decirse, el pensamiento de la ilustración que era irreconciliable con los intereses feudales. El liberalismo encarna más bien el arreglo entre la burguesía y los restos de la aristocracia. Dicho de otras palabras: la ilustración es el pensamiento de una burguesía aún revolucionaria, mientras el liberalismo lo es de una burguesía que se ha entendido, por temor al futuro, con sus tradicionales enemigos de clase: los aristócratas feudales”.

Busto de Morazán UPNFM-Danlí

Por esa razón, es decir, porque Morazán fue un auténtico revolucionario de la época que le tocó vivir, sus principales enemigos fueron los aristócratas criollos, herederos de las relaciones feudales introducidas por los colonialistas peninsulares, y el clero recalcitrante, aliado a los anteriores y de los mismos colonialistas. Aristócratas y curas se unieron en un frente común para dar batalla contra todo lo que tuviera ligeros asomos de transformación antifeudal. En algunos casos la unidad adquirió vínculos de sangre, como vemos en el caso del Marqués de Aycinena y su hermana, la monja María Teresa de la Santísima Trinidad. Esta religiosa invento la superchería que todos los viernes entraba en contacto con Jesucristo y los ángeles del cielo para recibir instrucciones acerca de lo que debía hacerse en defensa de la religión, el orden establecido, la propiedad feudal y las leyes de España.

Esta misma monja enviaba cartas contra Morazán cuando la lucha por impedir el triunfo de carrera se encontraba en el momento más duro. Además, una gran cantidad de fusiles que debieron haber sido entregados cuando la toma de la ciudad por el ejército morazanista el 13 de abril de 189, fueron sustraídos por los curas y guardados en los sótanos de la Catedral y las bóvedas del Convento de Santo Domingo. Con estas armas se comenzó a preparar un movimiento subversivo poco después de la victoria. Por estas razones, la revolución triunfante expulso el 11 de julio de 1829 al arzobispo Casaus y a un grupo bastante numeroso de frailes, con excepción de los adscritos a la Merced y Belén, que siempre mantuvieron una actitud positiva.

Rafael Carrera, enemigo de Morazán

Uno de los considerandos del decreto correspondiente dice que la “conducta anterior del arzobispo ha sido perversa, oponiéndose a la proclamación de la independencia, que después juro contento, por lo cual se le declara traidor a la patria y se le extraña perpetuamente del territorio del Estado, y su silla vacante. El grupo fue remitido a la Habana por vía del puerto de Omoa.

Una historia que se repite. Desintegrada la Federación Centroamericana, los elementos ultraconservadores, encabezados desde Guatemala por Rafael Carrera, se lanzaron al ingrato trabajo de borrar todo vestigio del ideal morazanista en cada uno de los países, ahora convertidos en minúsculas repúblicas. En Honduras fue electo presidente Francisco Ferrera, enemigo irreconciliable de la ideas morazanistas y, por tanto, un seguidor incondicional del carrerismo guatemalteco y de las pretensiones inglesas en Centroamérica.

El legado de Morazán a la juventud

El 15 de septiembre de 1842, José Francisco Morazán Quezada, es asesinado en San José de Costa de Rica por fuerzas conservadoras colonialistas. ¿Qué pasaría si Morazán viviera hoy? Seguramente correría la misma suerte que han corrido tantos hondureños que defienden la soberanía patria. Tal vez no fusilado en una plaza, sino víctima del sicariato y el crimen organizado. Con la Semana Morazánica, han hecho lo mismo que hizo Rafael Carrera y Francisco Ferrera, borrar las ideas morazánicas porque su pensamiento ofende a los conservadores de hoy.

El mejor legado a la juventud lo encontramos en su testamento: “Declaro que mi amor a Centroamérica muere conmigo. Excito a la juventud, que es la llamada a dar vida a este país, que dejo con sentimiento por quedar anarquizado, y deseo que imiten mi ejemplo de morir con firmeza antes que dejarlo abandonado al desorden en que desgraciadamente hoy se encuentra”. (FM) Y con Pablo Neruda: “Alta es la noche y Morazán vigila. ¿Es hoy, ayer, mañana? Tú lo sabes…Hermanos amanece y Morazán vigila.

Fuente: Evolución histórica de Honduras (Longino Becerra)

Francisco Ferrera, enemigo de Morazán
Dictador Braulio Carrillo, Costa Rica.
Marqués de Aycinena, Guatemala
Estatua de Francisco Morazán, parque central de Tegucigalpa
La monja María Teresa de la Santísima Trinidad.
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