¿Semáforos en rojo?

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11 de octubre de 2021
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12:04 am
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¿Semáforos en rojo?

Por: Otto Martín Wolf

Posiblemente usted sabe la respuesta; porque en todas partes del mundo cuando los semáforos están en rojo los autos se detienen (algunos se los saltan, pero eso es otro asunto).

El punto es que todos los gobiernos en algún momento se pusieron de acuerdo en las señales de tránsito: colores, forma, tamaño, etc.

No nacimos con eso, fue necesario implementarlo conforme los autos se hicieron más comunes, de lo contrario habría mayor caos en calles y carreteras.

Las señalizaciones universales de tránsito son una de las más respetadas leyes de convivencia acordadas por el hombre.

Pero hay otras, mucho más antiguas y quizá más importantes.

Conforme grupos familiares en la prehistoria se refugiaron en cavernas, fue necesario establecer ciertas leyes o principios. Por ejemplo: No matarnos entre nosotros mismos, quizá no había problema con hacerlo (y hasta comérselos) a los de la caverna vecina, pero no entre nosotros.

Por qué? La supervivencia del grupo dependía en gran parte de la supervivencia del individuo, así de lógico.

Pero como el de la caverna vecina nos podía atacar, nos veíamos obligados a dormir con un ojo abierto, razón por la cual en algún momento decidimos hacer un pacto de no agresión.

Se formaron las tribus con sus propios acuerdos de convivencia.

Varias tribus se unieron formando los primeros poblados, haciendo más necesario establecer esos principios de convivencia.

No robar, no matar, etc. y los castigos correspondientes.

Las primeras ciudades hicieron más necesario establecer regulaciones para todo lo que podía ocasionar conflicto; otra vez acuerdos para facilitar la convivencia.

Esos acuerdos poco a poco se fueron haciendo costumbre, luego ley y, algo más importante, pasaron a ser parte de nuestro comportamiento en forma permanente, se pudiera decir que se enquistaron en el cerebro.

Diferentes civilizaciones adquirieron diferentes normas de comportamiento, las que en muchos lugares prevalecen.

Pero, al igual que los semáforos en rojo, muchos signos sí pasaron a formar parte del colectivo mundial.

También hemos aceptado colectivamente la división del día en 24 horas y estas en 60 minutos, 60 segundos, etc.

Nadie, ni siquiera los más locos o los terraplanistas (que están bien locos) han tratado de cambiar lo anterior.

Latitud, longitud, puntos cardinales, son acuerdos de convivencia.

Sabemos que matar es malo, pero no lo saben todos, mientras en algunas civilizaciones era un delito, en otras se seguían comiendo a los enemigos. Es más, el canivalismo prevalece en algunos lugares, eso comprueba que no nacimos con el “no matar” en nuestro cerebro si no que fue implantado por la costumbre, por las leyes de convivencia y, debo agregar, aprovechado por las religiones para darle un toque “divino” a algo que, en mi opinión, solo tiene su origen en lo que insistentemente he llamado acuerdos de convivencia.

No nacemos con ciertos “valores” en nuestra mente, son implantados por la costumbre.

En algunos lugares el negro es luto, en otros el blanco lo es. Mostrar el cuerpo casi totalmente desnudo es normal para ciertos pueblos y en otros es hasta penado por la ley.

Algo relativamente reciente en nuestro cerebro es la amistad con los perros (en Corea se los comen, que conste).

Nos hicimos amigos de los lobos y algunos de estos se convirtieron en lo que llamamos el mejor amigo del hombre.

El punto, de nuevo, es que no nacimos con la amistad hacia el perro (ni ellos hacia nosotros) fue un acuerdo mutuo (de nuevo de convivencia) vos me cuidás yo te alimento.

En cuanto a nosotros, creo sinceramente que somos animales como cualquiera de otra especie, que hemos establecido normas para no matarnos y, de alguna manera, convivir en paz, relativa paz.

ottomartinwolf.com
[email protected]

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