Monumento del Bicentenario.
No crean estimados lectores que me refirió a la conmemoración de los 200 años de independencia patria centroamericana que, pese al contexto adverso de la pandemia, los festejos no se han hecho esperar. Hago alusión a una fecha que el año 2020 pasó totalmente inadvertida y si acaso tuvo alguna trascendencia no me di por enterado.
El 16 de octubre de 1820 comenzó en Guatemala un proyecto editorial de grandes dimensiones, coordinado por el prócer hondureño José Cecilio del Valle, es en esa fecha que inició la publicación del periódico El Amigo de la Patria. No cabe la menor duda que esa tarea significó retos y desafíos muy grandes para él, considerando las limitaciones que caracterizaban las provincias centroamericanas de aquella época.
Es pertinente destacar que los artículos escritos por Valle en el periódico fueron recopilados por los descendientes de él y publicados por primera vez en 1954, conmemorando para esa fecha en Guatemala, los cien años de la muerte del Dr. Pedro Molina, quien también fue redactor de otro periódico llamado El Editor Constitucional, periódico de una línea editorial distinta a la de Valle. Cabe agregar que, ambos personajes anhelaban la independencia del imperio colonial español, pero por métodos totalmente opuestos. Don Pedro Molina y otros centroamericanos, aspiraban a una separación radical e inmediata de la metrópoli española, mientras que Valle abogaba por una independencia meditada y gradual. Esas dos visiones de ver la independencia, mantuvieron a los dos personajes en una permanente confrontación de ideas, que incluso continuó después de lo acordado el 15 de septiembre de 1821 en Guatemala.
Ahora bien, en 1969 el gobierno de Guatemala a través del Ministerio de Educación Pública, dio a conocer los dos tomos del Amigo de la Patria en conmemoración a los 150 años de independencia patria. Ese interés por el valor histórico del periódico, motivó a la Universidad de San Carlos de Guatemala a iniciar un proyecto de recopilación y digitalización del mismo, con el fin de alimentar la conciencia y la memoria histórica de los ciudadanos centroamericanos en torno al legado intelectual de Valle.
En este orden de ideas, es importante destacar que el contexto intelectual en el que desenvolvió Valle fue propicio para que, desde su robusta biblioteca en Guatemala, desarrollara el arte de escribir sobre los problemas económicos, políticos, sociales y jurídicos de las provincias centroamericanas, especialmente de Guatemala.
A lo anterior se le debe sumar la sólida formación académica que recibió al lado de su mentor, el padre José Antonio de Liendo Y Goicochea.
Ahora bien, ¿Cuáles eran los temas de interés que valle publicaba en su periódico? ¿Qué preocupaciones interrumpían su sueño? ¿Cuáles eran sus anhelos? En la primera emisión inaugural del periódico el 16 de octubre de 1820, Valle reflexionaba sobre lo siguiente “cultivad las ciencias: trabajad para ser sabios, si buscáis placeres, las ciencias son la fuente más inagotable”, respecto a los deberes y funciones de los gobernantes expresaba: “si un gobierno justo da a todos igual protección, el equilibrio hará felices a todos. Pero si un gobierno injusto tiende a la felicidad de unos y olvida la de otros, el deseo de gozar multiplicará al exceso las necesidades de cada especie: comenzará entonces la tiranía: comenzará la destrucción. Se acabará la sociedad; y las ciencias se acabarán con ella, o emigrarán a países donde haya hombres que puedan cultivarla y leyes que sepan proteger a los hombres” cuánta razón hay en ello, cuanta vigencia tiene su pensamiento en la actualidad.
Refiriéndose a la propagación de ideas y a la necesidad de la educación y la ciencia, expresaba “oídlo ciudadanos. Toda nación ignorante, dice un sabio, es una nación envilecida, tarde o temprano subyugada”. Valle, igual que Francisco Morazán, consideraban la educación como la única arma eficaz para combatir la ignorancia, el fanatismo y la superstición, males que se repiten continuamente en nuestros países.
A razón de lo anterior, en el tomo número 2 fechado el 15 de junio de 1821, Valle mencionaba “cada siglo tiene su espíritu y la fuerza de este espíritu es irresistible. El hombre puede detener la marcha del potro fogoso que divide con él a gloria y el trabajo: puede suspender las corrientes de las aguas que se precipitan con rapidez: puede oponer diques a las olas del océano que amenaza a los pueblos. Pero el espíritu del siglo es superior al hombre: su mano es débil su brazo es impotente”.
Por las razones expuestas anteriormente, este escrito pretende ser un modesto tributo y homenaje al bicentenario olvidado del periódico El Amigo de la Patria (1820-2020) redactado por Valle, acontecimiento que por diversas razones no tuvo mayor trascendencia en nuestro país, no obstante, es propicio para que sea recordado y valorado por todos los hondureños. Para finalizar, quiero resaltar el pensamiento del historiador Erick Hobsbawm cuando afirma que: “la destrucción del pasado es uno de los fenómenos más característicos y extraños del siglo XX. En su mayor parte los jóvenes hombres y mujeres de este final de siglo crecen en una suerte de presente permanente sin relación orgánica alguna con el pasado del tiempo en el que viven. Esto otorga a los historiadores una gran responsabilidad; cuya tarea consiste en recordar lo que otros olvidan”.
