El nobel y el salario mínimo

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16 de octubre de 2021
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01:31 am
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El nobel y el salario mínimo

Julio Raudales

Uno de los galardonados este año con el Premio del Banco de Suecia en Memoria de Alfred Nobel, más conocido como “Nobel de Economía”, ha sido David Card, un economista canadiense, actualmente profesor de la Universidad de California en Berkeley, quien obtuvo su doctorado en la prestigiosa Universidad de Princeton.

El profesor Card es un científico muy prolífico y conocido en los espacios académicos. Sus aportes a la investigación sobre el mercado laboral y la influencia de la migración de trabajadores de países pobres hacia países ricos, generan mucho debate no solo en las universidades más famosas, sino también en círculos políticos. Yo lo recuerdo muy bien, porque me tocó estudiar con un “paper” suyo llamado: ¿Es la inmigración realmente tan mala?, en la que desmitificó muchos elementos sobre ese tema tan debatido en los Estados Unidos.

Otro de los estudios más conocidos de David Card, que firmó junto al economista ya fallecido Allan Kruger, es “Salario mínimo y desempleo: un caso de estudio de la industria de comida rápida en Pensilvania” del año 1994. ¿Y cuál era la conclusión de este trabajo? Pues que una subida en el salario mínimo aprobada en 1992 en la ciudad de Nueva Jersey, no tuvo efectos negativos en el empleo.

¡Así que ya tenemos montada la nueva telenovela!: todos aquellos que son partidarios “ideológicamente” de subir el salario mínimo, se han agarrado como de un clavo ardiendo, a la noticia del premio otorgado para decir “un Premio Nobel de Economía nos da la razón: subir el salario mínimo no tiene efectos en el empleo, así que ¡adelante!, quitemos sus ganancias malhabidas a esos empresarios avorazados y mejoremos la vida de los explotados trabajadores”.

Por ejemplo, el día del anuncio del Nobel, leí a un famoso periodista nacional comentando con euforia en sus redes sociales: “Premio Nobel a David Card, quien demostró que subir los salarios no afecta el empleo. Un mal día para los economistas neoliberales que disfrazan de argumentos técnicos su crueldad” y cerraba diciendo “Mel tuvo razón al subir el salario mínimo en 60% en 2009, razón por la que la rancia oligarquía nacional le asestó un golpe de Estado”.

¿Por qué este argumento, no solo es improcedente, sino que además poco inteligente en este caso? Pues porque si se le está dando un Premio Nobel a un científico en reconocimiento a sus aportes al trabajo empírico en economía, lo que no se puede hacer, es instrumentalizar ese trabajo riguroso, para ejecutar una chapuza metodológica, como inferir conclusiones universales y atemporales, a partir de un suceso específico, es decir un estudio realizado en una ciudad y como consecuencia de un solo hecho.

Veamos, imaginemos que sí, que Card y Kruger demostraron en su famoso trabajo, que elevar el salario mínimo en New Jersey en 1992, no incremenetó el desempleo entre los trabajadores afectados. En realidad, ni siquiera hicieron eso, ellos demostraron que lo que no aumentó, fue el desempleo entre los trabajadores de los restaurantes de comida rápida, que fue a quienes se les hizo el incremento. Pero no analizaron ni otros sectores o posibles efectos derivados de la decisión tomada ese año.

Es por ello que considero indispensable aclarar este punto. El trabajo de Card y Kruger puntualiza únicamente los efectos de dicho incremento en un sector y no puede ser considerado como una demostración universal. Es a este tipo de conclusiones a la que los epistemólogos llaman “sofisma de la composición”, o sea la costumbre abyecta de generalizar y dar como válidos siempre, los resultados de un solo hecho. También grandes economistas como Keynes cayeron en la tentación de llamar “Teoría General” al comportamiento singular de una crisis en un determinado momento.

Por otro lado, es crucial entender que el reconocimiento del Banco de Suecia y la Academia Nobel, se dio al aporte metodológico y no al resultado en sí. Para el caso, luego del incremento que se hiciera en el 2009 al salario mínimo en Honduras, el PNUD elaboró un trabajo siguiendo la misma metodología de Card y Kruger, que ya era muy popular y el resultado fue claro: más de 120 mil trabajadores pasaron a la informalidad e incrementando en 1.5 puntos el nivel de pobreza en el país. Asimsimo ha sucedido en otros casos en el mundo.

Así que es importante leer de forma adecuada el porqué de los hechos y no lanzarse a hacer conclusiones sin entender exactamente los efectos de ciertas decisiones de política que, siendo bien intencionadas, pueden conducir a resultados desastrosos.

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