Ivonne Tábora
Lic. en Periodismo
La salud mental a nivel mundial ha sido severamente afectada por la pandemia de la covid-19, y especialmente los hondureños, aproximadamente un 50 por ciento, sufre ansiedad o estrés crónico, pues no ha sido fácil asimilar todo lo que hemos vivido, con la llegada del virus, algunos han perdido sus seres amados, parientes o amigos, lo que vino a recrudecer un problema ya existente.
Investigaciones demuestran que la covid-19 ha contribuido e impactado varios aspectos de la vida diaria, aunque los problemas de salud mental, ya existían desde antes, en Honduras y es que solo con echar una mirada por los centros psiquiátricos del país, son temerarios y da frio la cantidad de personas que acuden a los mismos, a pesar de que no hay espacio, ni cobertura para tanta gente que padece estas afecciones.
Y es que la crisis económica, los problemas sociales y políticos, nos sucumben y es difícil no experimentar algún problema de salud mental, a pesar de ello, me parece que no le damos la importancia debida a este tema, olvidamos que nuestro bienestar mental, equivale a bienestar emocional, social y psicológico.
A más de un año de la pandemia, me pareció interesante un estudio que realizó la revista médica británica The Lancet, sobre el tema, ellos hicieron una investigación en 204 países, analizando el efecto de la pandemia y la incidencia de los trastornos depresivos y la ansiedad en el ser humano, además del impacto económico.
Este estudio determinó que los países latinoamericanos que más experimentaron trastornos de ansiedad y por ende más afectados, fueron Argentina, Bolivia, Chile, México, Honduras y El Salvador, este resultado está relacionado con el manejo de la pandemia y la tasa diaria de muertes, entre otros.
Pero hay otro problema importante que existe en relación al tema de salud mental en nuestro país, y es la estigmatización que se da a las personas que sufren alguna enfermedad como la depresión o ansiedad y esto obstaculiza el buscar ayuda profesional.
Muchos hondureños aun sabiendo que padecen problemas de ese tipo, no asisten a ningún centro de salud o a buscan ayuda de algún experto, porque no quieren ser señalados y hay muchos tabús alrededor del tema, como catalogar a las personas de locas, si sufren alguna de estas enfermedades.
Creo que hace falta una política más integral sobre el problema de salud mental, por parte de las autoridades, además de destinar los fondos o ampliar los presupuestos para atender a los miles de hondureños que padecen estos males, lo peor es que ya los psiquiatras han determinado una depresión, como un gran factor de riesgo, para llegar al suicidio, y en nuestro país ese flagelo ha ido en aumento.
Sin embargo, hay muchas cosas que podemos empezar a practicar para evitar los problemas de salud mental, los psicólogos recomiendan empezar a realizar algún tipo de ejercicio, pues ayuda a quienes padecen de una depresión ligera y reduce la sensación de estrés, cambios en el estilo de vida, alimentarse saludablemente, pues al tener una buena nutrición, influye en los estados de ánimo, practicar yoga, dormir lo suficiente, entre otros.
Definitivamente si no contamos con una buena salud mental, no funcionamos de la misma manera.
Creo que no hay nadie en este mundo que en algún momento de su vida, no haya experimentado alguna tristeza o ansiedad, y hay detonantes en cada ser humano, ya que algunos somos más sensibles o susceptibles al entorno, incluso existen personalidades melancólicas, esto viene a contribuir a que si no se saben manejar ciertas emociones, se puede caer en una profunda depresión, así que debemos permanecer atentos a esas advertencias que el mismo cuerpo manifiesta, para buscar ayuda a tiempo y no poner en riesgo la vida.
Según la Organización Panamericana de la Salud, OPS, en promedio los países gastan menos del 2% de sus presupuestos sanitarios nacionales, en salud mental, lo que es insuficiente, ante un problema mundial de salud, que cada vez empeora.
Me encontré esta frase peculiar del austriaco, creador del psicoanálisis, Sigmund Freud: “Antes de que te diagnostiquen con depresión o baja autoestima, primero asegúrate de no estar rodeado de idiotas”.
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