La posición del Partido Liberal

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23 de octubre de 2021
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12:04 am
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La posición del Partido Liberal

Por: Edgardo Rodríguez

Como ciudadano y demócrata, antes que pertenecer a un partido, mi primer interés y deber superior es Honduras. Ese es mi marco de referencia y los valores cívicos que me inculcaron mis profesoras de primaria en la Escuela Republica de Nicaragua de esta capital, por ello, no tengo ningún problema en reconocer el buen proceder que se realiza en otras formaciones partidistas en las que no milito. Ese es el caso de las posturas que vengo observando del candidato presidencial del Partido Liberal, Yani Rosenthal, del Central Ejecutivo y de los estrategas nacionales que actualmente configuran los destinos de esa institución centenaria.

Ante el quiebre político que provocó Nasralla al unirse a Libre, gran parte de las miradas y análisis coyunturales se han dirigido hacia el partido rojo, blanco, rojo, porque se constituye en el fiel de la balanza en este ajedrez político. Creo firmemente que el país urge de cambios políticos, lucha contra la corrupción e impunidad, clara visión de desarrollo, libertades democráticas, estabilidad en la gobernabilidad y certidumbre para la inversión nacional y extranjera. Lamentablemente Libre no nos garantiza esas condiciones, por el contrario, aunque mi amigo Pineda crea que son “mansos angelitos”, considero que su ideología y sus vínculos con el socialismo del siglo XXI, los configuran como una amenaza mayor.

Yani y la mayoría de su partido han dado cátedra de visión política democrática. No se ha cerrado a ninguna alianza, al contrario, ha sido claro al ratificar su necesidad e importancia, sin embargo, contrario a Nasralla, los liberales han dicho que la misma debe ser bajo los principios liberales y que son ellos los llamados a encabezarla. La razón es sencilla, lógica, patriótica, es porque ellos sí garantizarían que Honduras no tomaría un rumbo político y económico hacia un modelo como el prevaleciente en la vecina Nicaragua, para citar un ejemplo cercano y no irnos más allá. Si “Mel” Zelaya aceptara esa condición no me cabe dudas que se produciría otro terremoto político y el triunfo de esa alianza estaría sellado, no obstante, el “comandante” ya le incumplió a Yani, antes de las elecciones internas y primarias acordaron que el que obtuviera más votos encabezaría esa coalición electorera, pero el expresidente no honró su palabra.

Es verdad que hay algunos cuantos “colorados” que suspiran por correr a los brazos de Zelaya, no obstante, quien dirige su partido tiene carácter y condiciones de líder y el líder no sucumbe a las primeras lloviznas, mira más allá del horizonte, ese es su papel, determinar la mejor ruta a seguir, aunque hayan quienes que por su desesperación no lo comprendan en el momento. Un gobierno de coalición, encabezado por el Partido Liberal, claro que sí sería alternativa de transición gubernamental para Honduras, esa sí sería una decisión trascendental, desprendida de egos, de engreimientos infundados y de amor a la patria. Pero, me temo que eso no va a ocurrir.

Después del anuncio de la alianza ya se comenzaron a realizar sondeos de opinión, la realidad indica que nada está escrito, aún hay tiempo y espacio para reposicionarse mejor para los que están bajos. Si bien es cierto que el Liberal no está punteando, lo real es que muestran crecimiento y eso es bueno, no es imposible entrar a la pelea por el primer lugar, creo que en las próximas semanas deben ser más agresivos con sus propuestas, “echar toda la carne al asador”, salir a buscar los desprendimientos del Partido Salvador de Honduras, los descontentos con la alianza, que son más proclives a ellos que al partido de gobierno. Los liberales son hoy el fiel de la balanza, tienen que explotar con vigor ese activo, como lo han hecho los días precedentes. A los electores y a la ciudadanía en general les recuerdo que es fácil sacar del poder a un partido de centro derecha, que no ha cumplido sus promesas o que ha caído en corruptelas. Pero, a la izquierda radical no la saca nadie del poder.

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