Vacúnese

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26 de octubre de 2021
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12:16 am
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Vacúnese

Adiós 2020

Armando Cerrato
Licenciado en Periodismo

Ciudadano hondureño de entre 12 y 100 años de edad sin distinción de género, estatus social, profesión u oficio, religión y origen étnico debe vacunarse lo antes posible contra el SARS CoV-2 que produce la letal enfermedad COVID-19.
El gobierno de Honduras cuenta con las dosis suficientes de vacunas, por lo que ningún pretexto individual o colectivo es justificable para que el nivel de infectados y letalidad de los mismos continúe manteniendo viva la pandemia mundial que muy particularmente azota nuestro país.

Las vacunas continúan llegando a través de donaciones de países amigos y a compra en cantidades millonarias efectuadas por el gobierno hondureño.
De los casi 10 millones de habitantes en el territorio nacional a penas cerca de 5 millones han recibido una dosis y aproximadamente dos millones han completado las dos dosis y el gobierno ya planifica una dosis más de refuerzo ante las mutaciones del virus de alfa a gama, y de gama a delta y de delta a delta plus, cada una de ellas con una virulencia contagiosa más rápida y un índice de letalidad muy alto.

Sin embargo desde que se inició la campaña de vacunación los hospitales que estaban colapsados se han visto un tanto descongestionados y la tendencia es que siga bajando la afluencia de pacientes en estado crítico pese a la apertura de la economía e incluso la de espectáculos públicos de concurrencia masiva.
Aún no se conocen los efectos de prolongados feriados que causaron la migración en todo el territorio nacional de decenas de miles de personas y el de las concentraciones políticas en las que se puede observar a cientos de ciudadanos incluidos los líderes de los partidos en contienda sin la respectiva mascarilla e irrespetando el distanciamiento social, por lo que los médicos sostienen que finalizado el proceso electoral habrá un repunte de contagios y posiblemente aumente la letalidad que hasta el momento es de 2.9% muy por debajo de los estimados internacionales, debido a que en Honduras existe uno de los mejores sistemas de vacunación del mundo, tanto así que pese a la renuencia de un cierto sector de la población a la inoculación ya casi se consigue la inmunidad del rebaño, pese a que organismos internacionales de la salud sostenían que el pueblo hondureño tardaría por lo menos 20 años en estar protegido preventivamente contra el coronavirus.

El éxito de la inmunización es de tal magnitud que se piensa ya en cerrar varios de los triajes con menor o sin ninguna afluencia y la creación de megatriajes y el cierre de salas hospitalarias para el tratamiento de esta enfermedad, al mismo tiempo se trabaja en la organización de brigadas ambulatorias de vacunación que irían casa por casa buscando a los renuentes a recibir la inoculación.

El gobierno en sus campañas mediáticas ha utilizado la influencia de líderes de opinión pública como pastores evangélicos, sacerdotes católicos encabezados por el cardenal Óscar Andrés Rodríguez y mensajes del Papa Francisco desde el vaticano describiendo las bondades de la vacuna y el amor a la familia, la sociedad en general y la humanidad en particular de todo aquel que sin restricciones de ninguna naturaleza acude a los centros de vacunación que son gratuitos y en algunos países muy desarrollados hasta les pagan por inocularse.
En Honduras se aplican las vacunas Moderna, Pfizer, AstraZeneca y Sputnik V todas ellas efectivas en un buen porcentaje contra la virulencia letal de la COVID-19.

A los vacunados se les advierte que la vacuna no es efectiva en un 100% contra la enfermedad pero evita que si el inoculado se contagia sufrirá efectos leves y no tendrá que acudir a un hospital y muchos a la Sala de Cuidados Intensivos de donde los pacientes tratados en ellas en su mayoría muren y salen en una bolsa y en ataúdes sellados directo al cementerio.
Es por ello que a todos los vacunados se les dice que tienen que seguir con las medidas de seguridad que son sencillas: uso de mascarilla doble, lavado continuo de manos con agua y jabón o gel alcoholizado y el distanciamiento social.

El llamado a las mujeres embarazadas continúa incluyendo la opinión de médicos generales, ginecólogos, obstetras y pediatras advirtiendo a las futuras madres de la necesidad de inmunizarse ellas y a la vez al producto que llevan en su vientre, para que cuando nazcan ya lleven en su sangre los anticuerpos necesarios para mantenerles inmunes hasta una edad de cinco años o menos para recibir dosis pediátricas que ya se ensayan por los laboratorios Pfizer en Estados Unidos y que el gobierno hondureño ya ha solicitado su suministro una vez aprobada la misma.

Mi consejo como periodista es que si no se ha vacunado por diversos motivos personales o colectivos o por prejuicios de cualquier especie hágalos a un lado y vacúnese por amor a su vida, la de sus familiares, la de sus vecinos y de la sociedad en general y aproveche la abundancia de dosis que hay ahora en el país que incluso el gobierno de Honduras está donando miles de ellas a Nicaragua y se dispone a vacunar a 50 mil nicaragüenses que vienen temporalmente a cortar café a los departamentos de la zona oriental y lo mismo a guatemaltecos y salvadoreños que lo harán en la zona centro-occidental del país.

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