El voto no es un cheque en blanco

MA
/
27 de octubre de 2021
/
12:45 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
El voto no es un cheque en blanco

Independencia y recuperación patria

Abog. Octavio Pineda Espinoza(*)

A medida que nos aproximamos al 28 de noviembre y se consolidan alianzas de hecho a nivel nacional entre mandos intermedios de Libre, PSH, candidatos a alcaldes del Partido Liberal y otros, no hay duda que el tablero político ha cambiado y que, la maquinaria de dinero sucio y manipulación de los órganos del Estado del Partido Nacional para mantener impunidad y corrupción de sus más altos dirigentes, comienza a resquebrajarse y a presentar debilidad y el desgaste de 12 años de mala administración, el ciudadano se ve y se verá enfrentado a una decisión difícil sobre el presente y el futuro del país, ya que hasta el momento el 47% se mantiene indeciso, sin candidato a la presidencia y sin partido político por el cual votar aún y cuando existen 14 opciones electorales en la papeleta.

La Constitución señala que el sufragio es un derecho y una función pública y que el voto es universal, obligatorio, igualitario, directo, libre y secreto en un sistema de representación proporcional o de mayoría dependiendo del nivel al que se opte, lo que implica que el ciudadano debe analizar profundamente la decisión que va a tomar antes de contribuir a elegir a alguien ya sea como presidente, como diputado o como alcalde de su pueblo, y es aquí donde es imperativo hacer ciertas reflexiones a nuestros ciudadanos y a aquellos que aspiran a obtener su voto.

Las circunstancias políticas del momento nos han dejado con tres opciones en el nivel presidencial que tienen posibilidad de triunfo, la del Partido Liberal con Yani Rosenthal, cuestionado por su reciente pasado con la justicia americana y por los problemas jurídico-laborales con sus empresas, pero con la esperanza que los alcaldes le trasladen su caudal electoral que anda cerca del millón de votos, lo cual es incierto y poco probable ya que muchos han tranzado con la alianza y con la expectativa que, la propuesta del ingreso básico universal, que es interesante, logre calar en los últimos días en el electorado indeciso, sin embargo, hay que decir que las encuestas no le han favorecido en toda la temporada electoral que lo ha ubicado constantemente en un cuarto lugar, eso y el hecho que, desafortunadamente le rodean diputados que desde el 2012 se han plegado a las malas leyes que el Partido Nacional ha propuesto en el Congreso Nacional, le dejan como el que menos posibilidades tiene de triunfar.

La otra opción es “Tito” Asfura, heredero político de JOH, con un discurso de ser diferente en lo exterior pero involucrado hasta el tuétano en la corrupción oficial del Partido Nacional con su manejo irregular y reñido con la ley de la alcaldía, en donde en realidad no ha resuelto el problema principal de Tegucigalpa como lo es el problema del agua y presentando una ciudad llena de cemento de la que eliminó todo árbol y zona de esparcimiento ciudadano, con cobros criminales a los contribuyentes y permeado en sus candidatos a diputados por las peores lacras de su partido, todos cuestionados por su cercanía al narcotráfico, el lavado de activos, tráfico de influencias, abuso de poder y por participar en la danza de 70 mil millones al año perdidos en la corrupción promovida desde la Presidencia, esperanzados a que no haya voto de castigo de sus mismos correligionarios que, en esta oportunidad creo, les darán la espalda. Perdido el Ejecutivo, su lucha se centrará en el Congreso Nacional donde apuestan a una negociación de puestos con los diputados de los otros partidos, que les han acompañado en estos pasados años.

La tercera opción la representa la alianza de hecho Libre-PSH-Pinu encabezada por Xiomara de Zelaya, quien con los movimientos hechos hasta este momento y la alianza con Salvador Nasralla tiene quizás la mayor oportunidad de triunfo en el nivel presidencial, sin embargo, debe asegurar esa posibilidad entendiendo que el voto que va a recibir prestado de ciudadanos de otros partidos, no es un cheque en blanco para que haga y deshaga en su gestión en el Ejecutivo, en primer lugar debe asegurarle al electorado que no aplicarán políticas del llamado socialismo del siglo 21 en Honduras, que solo miseria y pobreza han llevado a un país tan rico como Venezuela, cuyos ciudadanos corren todos los fines de semana a la frontera con Colombia a obtener los productos más básicos para su vida cotidiana, un país con una inflación arriba del 1,000%, con más de 4 millones de ciudadanos que han emigrado a otros lares por la falta de oportunidades, igualmente debe asegurar la no implementación de políticas que no concuerdan con nuestro pensar y sentir espiritual y que sus acciones serán más de centro, procurando un gobierno de reconciliación y unidad nacional más que de radicalismos falsos y destructivos. Y un consejo, los triunfalismos son malos porque “la soberbia precede la caída”, muchos ciudadanos decidiremos nuestro voto una vez teniendo la papeleta en la mano. Su trabajo es crear certidumbre en el pueblo hondureño y asegurar un gobierno transicional que cumpla con los fines del Artículo 5 Constitucional.
(*) Catedrático Universitario. Político Liberal.

Más de Columnistas
Lo Más Visto