OBSERVATORIO CULTURAL: EL HIMNO NACIONAL COMO CATALIZADOR DEL FERVOR PATRIÓTICO (segunda parte)
Por: Jubal Valerio Hernández
Llegados a este punto conviene que nos detengamos a reflexionar y a formularnos con criterio objetivo la siguiente interrogante: ¿Cuál es o debe ser la función de un Himno Nacional? La respuesta es obvia: la de ser un símbolo de un Estado o Nación, como en el caso de Honduras, que habiendo surgido como una identidad independiente, como un conglomerado de personas que habitan un determinado territorio, se identifica con algunas características comunes: una lengua, un sistema de gobierno, unas creencias, una Historia y una idiosincrasia propias.
Un Himno Nacional cumple, además, una función esencial: la de servir como catalizador del fervor patriótico de una nación. La tarea entonces, o sea la de cantar y de ejecutar correctamente el Himno Nacional, se convierte en un reto insoslayable, que debe asumirse con decisión y energía en este año del Bicentenario de nuestra Independencia. El primer paso ya se ha dado: El Simposio de Especialistas de La Paz, produjo un instructivo que ha sido entregado al Ministerio de Educación, para que lo convierta en una herramienta, un método de aplicación obligatoria para todo el Sistema Educativo Nacional.
Los intentos de cambiar nuestro himno que han surgido en nuestro país, de tanto en tanto, por parte de ciudadanos que han creído hacerle un servicio a la Patria al pretender dejar en el olvido y el desprecio “el de la letra de don Augusto C. Coello y el de la música don Carlos Hartling” han sido descalificados y derrotados una y otra vez, por quienes respetamos y amamos nuestro Himno Nacional, lo defendemos y proclamamos su intangibilidad.
Lo que corresponde ahora, es que se realice una campaña de concienciación y aprendizaje, en todos los estratos de nuestra sociedad, para que nuestro Himno Nacional sea cantado o ejecutado con su carácter original. Esto significará, que en todos los rincones del país, nuestros niños, adolescentes, jóvenes y adultos, se sientan orgullosos de cantarlo siempre de la forma que lo concibió su autor, a que nos hemos venido refiriéndonos.
A nivel internacional, particularmente en los actos que nuestro país participa, como en el caso de los cotejos deportivos, debe escucharse una nueva grabación, ya sea de la banda de los Supremos Poderes o de nuestras orquestas sinfónicas, o cualquier otro conjunto de carácter vocal o instrumental, o bien si ha de ser interpretado por un solista, sin acompañamiento instrumental, que pueda despertar en jugadores y aficionados, el fervor patriótico que debe acompañar el compromiso de hacer bien las cosas, para enfrentarse con decoro a los equipos deportivos de otras naciones.
Los alabados deben relegarse a las iglesias. De igual forma, las cantilenas.
Hay himnos nacionales con diferente carácter. El de El Salvador es de naturaleza solemne, como lo es también, el de La Granadera. Hay un himno que tiene, incluso, un sabor y espíritu religioso: el de Israel. Pero nuestro Himno, tiene carácter MARCIAL Y ENÉRGICO. Y así será, hasta la consumación de los tiempos.
Tegucigalpa, M.D.C. 15 de octubre del 2021.
