Se fueron…

ZV
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6 de noviembre de 2021
/
12:44 am
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Se fueron…

Continúa abandonado. Antiguo Centro Social Universitario. Ni el eco se escucha de la algarabía de grandes tardes y noches bailables. Se fueron.

¡HOLA, HOLA! amables y fieles lectores en donde se encuentren. Otra semana más gracias a Dios. Otras líneas para viejas y nuevas generaciones que también nos honran con su lectura.

Ya que hablamos de nuevas generaciones, a los que ya días nos pega el sol, gozamos en nuestra niñez y adolescencia de una relativa tranquilidad. Aunque también supimos de turbulencias políticas y golpes de Estado.

Venga el relax al recordar la vida apacible de ayer y lo vertiginoso que vivimos hoy. Y no solo eso, peligroso. Ya estamos entrando en el túnel del tiempo…

Colegio de Peritos Mercantiles. Su salón social también supo de grandes fiestas.

¿SE FUERON?

Vámonos a la otra acera. ¿Qué se hicieron las respetuosas conductas y costumbres de antes? Ahora son vistas un tanto ridículas. Por algunos -no todos por supuesto- de estas nuevas generaciones. Así lo comenta don Pedro Colindres de colonia Kennedy.

— “Antes, nuestros hijos nos saludaban con “Buenos días papá, buenos días mamá”. Agachaban su cabecita y cuerpo en señal de reverencia. Al mismo tiempo poníamos nuestra mano sobre su cabeza dándoles la bendición con “¡Buen día le dé el Señor, mijo”!

-Y derechito para la escuela a obtener el pan del saber. Bien bañado, “catrincito” con su uniforme, zapatos lustrados, uñas limpias. “Pórtense bien y respeten a su maestra(o)”. -Ahora, ni a la escuela o colegio pueden ir por esta papad… es más… ni les gustaba.

-Los maestros eran estrictos y muy respetados. Antes de clase hacíamos fila. Con una regla en mano revisaban uñas y todo. Cantábamos el Himno Nacional y el Himno del país cuyo nombre llevaba la escuela.

-Nosotros el de la República de El Salvador, hoy 14 de julio, le comentamos.

-Por nuestra parte el de México, la escuela se llamaba así. Quedaba en la zona de La Isla. Ahh, no había tal Fiscalía para “echárselas” cuando nos reprendían. El que no llegaba a la hora en punto de entrada no ingresaba. Cerraban los portones. Cultas maestras entregadas a sus quehaceres de enseñanzas.

– Igual cuando ya estábamos en el colegio…

Antigua. Cafetería Brik Brak. Calle peatonal. Se fue…

CONTINÚA…

-Ahora ni saludan -continúa- Y si lo hacen, es con un “qué ped… viejo”. Imagínese que falta de respeto. Pero la culpa la tienen los padres, los maestros, el Ministerio de Educación que no traza un plan de estudio riguroso para rescatar esta pérdida de valores morales y espirituales. Ahí se ven las consecuencias.

Un tanto “amargado” por tanta “cosa fea de ahora” se confiesa don Pedro quien cree que aquellos tiempos fueron mejores. Aunque parezca disco rayado.

Otro lector, Ricardo Mendoza. Y a otra acera.

— ¿Recuerdan cuando se bailaba en el Centro Social Universitario? situado en barrio Morazán, era el epicentro de grandes noches bailables al son de orquestas y grupos conformados por excelentes artistas hondureños. Sin mucha tragedia que lamentar al regreso.

¿Quién no bailó ahí al son de la orquesta de Toño Medina? “Don Toño”, como le decíamos los cipotes del barrio, vivía en el Edén, cercano a barrio El Bosque.

Muchos de esa época recuerdan las veladas bailables con la Orquesta Nacional y su gran estrella Carmencita Gallardo. Linda voz. También venían orquestas internacionales como la famosa Polío y la no menos de “Lito” Barrientos de El Salvador.

Su hijo, del mismo nombre que en esos tiempos era un niño, ya adulto, se quedó a vivir aquí en Honduras. Trabaja hoy en la fundación Teletón.

Al filo de las tres de la madrugada el baile había terminado. Todos a sus casas, la mayoría a pie. Y nada sucedía. Todo era relativamente tranquilo y en paz.

Los Arcos. Aquí quedaba esta recordada cafetería en la calle peatonal de la capital.

TAMBIÉN

Los capitalinos también bailaban al ritmo de grandes grupos que venían de la costa norte como Los Robbins, Los Monjes, Profesionales, Gran Banda, la Orquesta Regis, Silver Star.

Tenían sus noches de esparcimiento -aparte del Centro Social Universitario- en el Colegio de Peritos Mercantiles que quedaba en su cercanía. En el Club de Leones, hoy vecino de donde funciona la Feria del Agricultor frente al estadio Nacional.

También en el centro de Tegucigalpa había bailongos. El primer piso de la entonces Escuela Superior del Profesorado era utilizado para fiestas. Hoy, el edificio que alberga algunas oficinas de la alcaldía Municipal.

Las fiestas de “caché” se han realizado siempre en los salones del Country Club de Tegucigalpa. Con las grandes orquestas y grupos del momento.

Grandes “mano a mano” de aquellos grupos como Los RO AR, One, Los Payros, después Los Brass. Hoy poco o nada se sabe de la existencia de un grupo musical capitalino. Solo combitos. Nuestros artistas sin trabajo por las restricciones derivadas de esta maldita pandemia.

¿Nos pasamos al otro lado? ¿Qué se hicieron aquellas las cafeterías en el centro de la capital? Brindaban muy buen servicio y atención a su clientela. Hoy en el mal llamado Centro Histórico, sucio y abandonado, no hay ni una que pueda visitar nuestra gente a degustar sus platillos favoritos como un ayer. Se fueron…

Recuerdan Los Arcos, Brik Brak, La Gran Vía, El Mediterráneo, Marbella, los restaurantes del fallecido don Pepe. En los hoteles del centro existían sus bares confortables en donde se daban cita los parroquianos después de sus labores diarias.

¿Se acuerdan? Aquí funcionó cafetería Mediterráneo en el mal llamado “centro histórico”.

Y…

Nada de eso existe hoy en el “centro histórico”… pero histórico en antigua suciedad, desorden y feo aspecto.

Y por hoy hasta aquí. Hemos dejado otra HUELLA imborrable en el pedregoso camino de un ya largo trajinar.

QUE DIOS NOS CUIDE A TODOS.

Antiguo Café de París. 1942. Uno de los preferidos de la época en el vetusto edificio de Los Corredores. Hoy edificio Midence Soto.
Años atrás. Así se anunciaban las grandes fiestas de “caché” del Country Club.
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