Jorge Arturo Ávila, fotógrafo, dibujante y pintor el arte no vende, pero se vive intensamente

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7 de noviembre de 2021
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12:05 am
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Jorge Arturo Ávila, fotógrafo, dibujante y pintor el arte no vende, pero se vive intensamente

Jorge Arturo Ávila.

Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
Email: [email protected]

DANLÍ, El Paraíso. El arte en la pandemia no está confinado para los que lo viven y lo practican en sus diferentes manifestaciones. Para los artistas ha sido y continuará siendo una válvula de escape a sus emociones. El diccionario de Oxford Languajes, define el arte como la actividad en que el hombre recrea, con una finalidad estética, un aspecto de la realidad o un sentimiento en formas bellas valiéndose de la materia, la imagen o el sonido. Un conjunto de obras que resultan de esta actividad, así como las diferentes tendencias o estudios de las mismas.

Hay muchos tipos de arte: Las manifestaciones del arte constituyen disciplinas artísticas. Las bellas artes son la pintura, la escultura, la música, las artes escénicas, la literatura, la arquitectura o el cine. Las artes aplicadas son más amplias, y abarcan expresiones como la ebanistería y la cerámica. Por ejemplo, la pintura es el arte de realizar imágenes con pigmentos de color sobre superficies bidimensionales. Por ejemplo, la pintura sobre lienzo o la pintura mural. Se divide en dos grades tipos: la pintura figurativa y la pintura no figurativa o abstracta, forma parte de las bellas artes.

Retrato familiar de la pastora Maricela Argeñal y sus hijas.

Para la existencia de las bellas artes tienen que existir personas con talento, ingenio y espíritu creativo para darle vida a las cosas inanimadas. El recodado pintor Luis Ernesto Zepeda decía: La pintura es el arte de dar vida, que hable por sí misma lo que autor quiere mostrar, no es solo una mancha de colores diversos sobre el lienzo, es una expresión de vida que se traduce en la vida del artista.

Jorge Arturo Ávila, es un artista con talento innato. Nació para ser artista del lente, del pincel y del grafito, pero además, es un artista de la imaginación y la creatividad para dar vida y expresión a cada rostro que pinta o dibuja. Durante esta prologada pandemia su negocio de la fotografía entró en crisis, pero su espíritu creativo se mantiene firme.

Rostro infantil con gratito.

LT/ ¿Cómo y cuándo se inicia en el arte Jorge Ávila? “Es algo que nace desde niño, era aficionado a recortar imágenes y caricaturas; me gustaba ver las pinturas de otros pintores. Mi sueño infantil fue poder llegar a ser un pintor famoso. Desgraciadamente por la situación económica de mi padre nunca pude estudiar. Lo que soy lo aprendí en el camino, viendo y probando aquí y allá, y como dice el dicho popular, echando a perder se aprende”.

LT/ ¿He notado que usted es un apasionado de los rostros? Inicialmente con la fotografía, nunca me gustó ser del montón. La fotografía, por ejemplo, no es solo enfocar y disparar. El fotógrafo es y debe ser un artista. Aunque este oficio es para ganar dinero, en mi caso siempre existió algo muy particular, busqué en primer lugar la expresión humana; que la imagen reflejara al ser humano y que la persona misma pudiera interpretar que lo que refleja su rostro es la expresión interna de la persona humana.

Pintura en acrílico del monumento de Los Arcos.

LT/¿Veo que los rostros hablan, cómo hace para plasmar estas imágenes tan reales? “Una cosa es el lente de la cámara que hace gran parte del trabajo, pero la mesa de trabajo se convierte en un área especial de inspiración. Para dibujar un rostro que exprese vida, no solo contemplo la imagen que sirve de modelo, sino haber visto físicamente las personas, sus gestos, miradas y su forma de expresarse. Ya en la mesa con el grafito y el lápiz de tinta en la mano acudo a mi mente fotográfica, veo la persona y comienzo a trazar líneas, son muchas horas y hasta meses para culminar un dibujo. Siempre existen limitaciones, pero mientras exista el espíritu creativo estas desaparecen. En definitiva, soy amante apasionado de los rostros, me fijo en las diferentes facciones. La dificultad que lleva, por ejemplo, dibujar una nariz u oreja no es cuestión de ciencia, conocimiento o gustos, son detalles que a la gente le gustan”.

Rostro con la técnica de lápiz de tinta.

LT/ ¿Beneficios económicos con la pintura y el dibujo? “No, la pintura y el dibujo es una pasión aparte. Se convierte en negocio cuando una persona solicita mis servicios para plasmar en el lienzo una pintura o un retrato familiar a través del dibujo. En nuestro medio es difícil vender arte y vivir del arte. Esto no es un negocio rentable, pero llena el espíritu y grandes satisfacciones personales, hago lo que me gusta y lo disfruto en cada rostro que dibujo, aunque me lleve horas y meses”.

LT/ ¿Qué técnicas maneja? “Las técnicas, no son al 100, porque soy un autodidacta y todo le he ido aprendiendo en el camino. Estoy trabajando al óleo, acrílico y el grafito. Lo que más me fascina hacer son los dibujos con lápiz de tinta o bolígrafo. Con lápiz de tinta los detalles son más complicados, por lo tanto, hay que dedicar muchas horas de trabajo para un dibujo con esta técnica. Muchos de los retratos hechos con grafito y tinta, llevan hasta seis meses de trabajo”.

Jorge Arturo Ávila, además de su arte en la fotografía, pintura y dibujo, también es apasionado del cine. Un hombre de familia con un hogar estable y a través de los años ha colaborado con fotografías para este rotativo. Por lo tanto, es orgullo nuestro y está en la senda del bicentenario.

Mural en acrílico.
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