Rolando Sierra Fonseca, autor de la obra comentada, acaba de ser galardonado con el Premio Nacional de Ciencia “José Cecilio del Valle” 2021.
Ramón Romero
Cuando reflexionamos sobre un libro, como cuando lo hacemos sobre otro producto humano, lo abordamos desde lo que nos es propio, esto es, desde nuestro leal saber y entender. Lo mío es la filosofía y desde esta disciplina voy a dirigir mis comentarios al libro “De la independencia de 1821 al bicentenario 2021. Ideas, conceptos y relecturas”, del historiador Rolando Sierra Fonseca. Los comentarios que siguen se presentan en seis tesis.
El libro de Sierra Fonseca -su homenaje al bicentenario de la República- presenta un conjunto de deducciones y tomas de posición respecto al pasado y al presente, en ocasiones implícitas, y explícitas en otras. A ellas voy a hacer referencia.
PRIMERA TESIS. Los estudios sobre la historia son siempre interpretación y no mera descripción del pasado de una sociedad. Es evidente en nuestro autor su plena conciencia y aceptación de esta tesis, según la cual todo libro de historia, esto es, la historiografía en términos amplios, es siempre un conjunto de versiones, más fundadas o menos, de la realidad historizada. Ello implica que:
• No hay historia neutra. Todas las interpretaciones hacen análisis de los hechos y a partir de distintos factores como el rigor académico, la información disponible, la manera de pensar y las ideas desde la que se escribe, se toma posición respecto al objeto de estudio.
• La objetividad en las ciencias sociales, y de manera particular en la historia es más cuestión de método que de infalibilidad de los resultados. Esto lo aproximó Juan Bautista Vico, desde el siglo XVII, cuando anunció la historia como una Nueva Ciencia.
Nuestro autor, siendo consciente de ello, muestra en su libro las ideas, interpretaciones históricas y propuestas de presente y futuro de destacados historiadores y pensadores en un sentido más amplio, que han abordado los temas de la nación y su transformación. El libro reseña los aportes de Ramón Oquelí, Filander Díaz Chávez y Gautama Fonseca, entre otros. En el tratamiento de cada uno de los autores reseñados destaca el afán de desentrañar hilos de la historia, procesos decisivos que expliquen lo actual, den cuenta de las veces en que se ha torcido el rumbo, y otros procesos más que muestran una vía de futuro, que pensada y buscada desde el pasado, siga siendo prometedora para la nación.
El propio Sierra Fonseca, fundado en su trabajo histórico, se incorpora a los Oquelí, Díaz Chávez, y a los Morazán, Herrera, Márquez y Valle, en la propuesta de una mejor sociedad que resulte de un cierto hilo conductor de la historia.
SEGUNDA TESIS. Las ideas están arraigadas en los hechos. Esta es un aporte central en la teoría de la historia, expuesta en principio por Maquiavelo y heredada por los enciclopedistas, Marx, Toynbee y Mannheim, entre muchos otros. Maquiavelo mostró con gran maestría, por primera vez, la necesidad de estudiar la historia para explicarse las ideas e inferir cursos de acción y aprendizajes. Él llegó a afirmar que conceptos muy apreciados por la filosofía de su época, como la idea de “naturaleza humana” carece de contenidos fijos e inmutables, y, si es que existe, sus contenidos están condicionados por la historia.
A lo largo de su libro, que en parte es también una historia de las ideas, Rolando Sierra, se conduce en el espíritu de la tesis enunciada. Va hilando hechos que permitieron forjar ideas. Las ideas de la independencia, por ejemplo, no son entendidas solo por influencias intelectuales y de leyes como la Constitución Española de Cádiz, de 1812; lo son además por las experiencias económico-sociales y políticas que los criollos enfrentan en su relación con la metrópoli. De igual manera, Sierra muestra que el republicanismo federal de Morazán no sólo abrevó en la biblioteca de Herrera; también en las condiciones políticas y económicas de la Centroamérica recién independizada.
TERCERA TESIS. La historia es una, universal y articulada de manera compleja. Esta idea, propia de la modernidad, impulsada por Immanuel Kant, es el fundamento para pensar que lo acontecido en una de las partes afecta al todo. Sobre la base de tal idea, Kant en el siglo XVIII formuló su propuesta en favor de una paz universal y duradera, propuesta en su libro “La Paz Perpetua”.
Sierra, siguiendo la huella de otros historiadores, entiende la historia de la región centroamericana como parte de la historia de América Latina, y la de esta, como un componente de la historia mundial -o global, como se expresa desde las últimas dos décadas del siglo anterior-. Aportamos y recibimos, somos parte de un gran todo. Al trazar el hilo conductor de la historia, en el libro de Rolando Sierra nunca se pierde de vista las múltiples y complejas relaciones del todo con sus partes y de estas con ese todo al que están integradas.
CUARTA TESIS. El pasado tiene un elevado nivel de determinación sobre el presente, pero no existe un determinismo mecánico. Además de la influencia del pasado, en el presente de la sociedad influyen factores diversos, no solo de naturaleza económico-social y política. Piénsese en la influencia de las ciencias y las técnicas, por ejemplo, constante desde los orígenes de la humanidad, pero intensificada desde la revolución industrial de fines del siglo XVIII, y decisiva en la sociedad contemporánea, donde la ciencia y la tecnología marcan caminos inéditos e irrenunciables. El determinismo del pasado va quedándose con menos fundamentación, como lo indicó Benedetto Croce, en la primera parte del siglo XX.
En el trabajo de Rolando Sierra hay conciencia de ello. Su manera contemporánea de interpretar la realidad histórica establece equilibrios entre factores influyentes y pondera el peso específico de cada uno de ellos en los distintos momentos y etapas.
QUINTA TESIS. El papel del héroe en la historia es siempre condicionado por factores políticos, sociales y económicos. La acción de los hombres que marcan la historia se sucede en un contexto que incluye la necesidad y la oportunidad histórica. En el surgimiento del héroe influyen el contexto social y su condición subjetiva. El héroe, parafraseando a Ortega, es él y su circunstancia. Esta es una idea que va desde Herder, en el siglo XVIII, hasta contemporáneos como Sidney Hook.
El trabajo de Rolando Sierra muestra esta perspectiva, al abordar la gesta de Francisco Morazán como una acción influida por factores subjetivos y colectivos. La influencia de las ideas políticas de la época, inoculadas en el cerebro de Morazán por los ilustrados liberales Márquez, Herrera y Milla se suman al contexto político post independentista de Centroamérica, en búsqueda de formas republicanas, más la disposición subjetiva de Morazán a la acción heroica en beneficio de Centroamérica, marcan las condiciones favorables para su gesta heroica.
SEXTA TESIS. El trabajo que comentamos es desmitificador. En él, acontecimientos y personajes que han sido elevados a papeles protagónicos más allá de sus actuaciones reales, como es el caso del cura Reyes, son ubicados en la dimensión que les corresponde. Igual sucede con personajes minusvalorados por la historiografía imperante, pero con ejecutorias de muy elevado mérito, como es la figura del padre Márquez. Esta acción desmitificadora es necesaria en la historia de Honduras.
14 de octubre, 2021
