TODOS BRINCARON

ZV
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16 de noviembre de 2021
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12:02 am
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TODOS BRINCARON

QUE bonito sería si así fueran todas las elecciones como esas de Argentina donde todos salieron contentos. No puede asegurarse qué tanta sería la alegría de unos y otros o si fue solo hacer la apangada para no perder cara ante el público. Pero el oficialismo kirchnerista, salió a festejar la derrota como si hubiese ganado. Jubilosos que les haya ido mejor de lo esperado. Ello es, que algunas provincias donde les fue feo en las primarias de septiembre pasado, ahora emparejaron o remontaron. La principal mejoría fue en el mayor distrito electoral del país, –allí vota el 38% del electorado nacional– la provincia de Buenos Aires. Juntos por el Cambio apenas ganó por un pelito cuando en las primarias obtuvo una diferencia sobrada. Pero, pese a que el gobierno brincó como si hubiese ganado, el triunfo electoral corresponde a la coalición opositora de centro derecha. Ha demostrado tener, de momento, más votos que el peronismo.

Se impuso en la capital, con una diferencia de 47% frente al 25% de la formación oficialista. Se disputaban 127 escaños de los 257 en el Congreso y 24 de los 72 del Senado. En lo que respecta a la Cámara Baja, Juntos por el Cambio venció en los distritos más importantes del país. Sacó una ventaja de 9 puntos sobre la coalición gubernamental, revirtiendo los resultados que, con igual puntaje, había perdido en las generales. Ahora en el Congreso ninguno de los grupos tiene mayoría absoluta. En el Senado, presidido por la Cristina, la sacudida fue peor. El Frente para Todos, que reúne las distintas vertientes peronistas, perdió la mayoría de quórum con que imponía decisiones sin tomar en cuenta la oposición. “El bloque oficialista en la Cámara Alta quedará en una situación inédita para el peronismo desde 1983”. De 41 escaños baja a 35. Ocupan 37 para abrir sesiones unilateralmente y tomar resoluciones por sí solos. Sin embargo, aparte de la incomodidad de no contar con mayoría absoluta, el revés no es fatal. Sería, si tuvieran que depender exclusivamente del grupo opositor Todos por el Cambio. Sin embargo hay butacas sueltas en los bloques independientes de dónde podrían sumar. Y, sin tener que negociar con el centro derecha, sería más fácil para el peronismo (kirchnerismo) entenderse, para alcanzar la mitad más uno, con esos otros grupos minoritarios con que tienen más afinidad. Así que también en estos grupos minoritarios hay celebración. Ya que ahora, de ser irrelevantes pasaron –en su calidad de bisagra– a ser los más cotizados.

Las elecciones fueron una especie de plebiscito a la gestión presidencial. Malograda por los golpes de la pandemia, una inflación que ronda el 50% y los pleitos políticos internos. En los pulsos entre el presidente y la vicepresidenta por el control político y la repartición de la administración pública, la Cristina ha dado muestras que es quien manda. La desmejorada situación económica del país requiere de auxilio externo. Ni la asistencia para recursos frescos ni la inversión que tanto ocupan se logra sin un acuerdo con el FMI. Para alcanzarlo el gobierno requiere hilar fino, ya que anunciar “ajustes” sería tragarse lo que el bando kirchnerista siempre ha maldecido. La casa de gobierno anunció que en diciembre envía al Congreso “el Programa Económico Plurianual de Desarrollo Sustentable”. (Siempre todos los gobiernos –comenta el Sisimite–en todos lados, le ponen nombres rimbombantes a sus iniciativas, cuyos resultados, cuando lo hecho no calza con el bonito nombre, los sufre la gente. A ver si entonces, como brincaron ahora, brincan todos).

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