¡La violencia es sinónimo de debilidad política!

MA
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17 de noviembre de 2021
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01:18 am
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¡La violencia es sinónimo de debilidad política!

¡Por la patria y la democracia demostremos cultura y madurez política!

Lic. Gustavo Adolfo Milla Bermúdez

El 28 de noviembre tenemos una cita ante la historia, la fiesta cívica electoral, donde no solo existe la posibilidad sino el deber de mostrarle a la República con nuestra actitud que con ardiente devoción por nuestras ideas, por nuestro concepto de Estado y de postura de los hombres ante la vida constituye la mejor fórmula de servicio y de amor a la patria.

En este momento se hace necesario recordarles, primero, a las autoridades civiles y especialmente a los del CNE, y a los militares velar por el orden, no para llamar a consulta a los líderes políticos. Así también recodar a otros altos poderes y a los modestos alcaldes que trabajarán por la paz y el orden público, que lleven a la práctica con tenaz energía ciudadana el mandato que la Constitución y demás leyes establecen.

Traerán, por el contrario, días oscuros para la tranquilidad de todos los hondureños si apartándose de las nobles políticas no consiguen, por torcido empeño o culpable debilidad, garantizar el libre ejercicio del sufragio que constituye el fundamento insustituible de “la democracia y libertad”.

Exhortar a los ciudadanos que militan en los distintos partidos políticos en que se halla dividida la opinión pública, que a su turno demuestren el respeto nacional, si con elevada actitud resuelven hacer una afirmación de fe en las ideas, privilegio de la dignidad humana, incompatible con todos los que afecten el integral ejercicio del mismo derecho por parte de los demás hombres.

Nadie puede concebir la violencia como camino para crear el derecho. Y si ella se justificara, no sería nunca para quebrantarlo, sino para garantizarlo. La tranquila firmeza en las batallas cívicas no solo es la mejor manera de luchar por las victorias, sino la orgullosa afirmación del vigor de una ideología y de la fuerza de una política. La violencia en el orden social como en el orden individual es sinónimo de debilidad política, entonces dónde radica la filosofía moral de los hombres. Por eso los partidos se salen de órbita de su legítimo entusiasmo y se desvían hacia términos de coacción o de fraude, se muestran como fuerzas en decadencia, como organismos sin confianza en su destino histórico, como colectividades que sacrifican al éxito fugaz del momento, su ambiciosa trayectoria en la conciencia pública.

No se debe olvidar que no solo la concordia nacional, sino la solidez misma de las instituciones se ponen a prueba en los próximos comicios del 28 de noviembre. La aceptación del veredicto de las urnas depende de que haya una íntima conciencia en los hombres, en las mujeres, en la nueva juventud votante, en los campesinos y en los obreros, en los estudiantes y en los creadores de riqueza, de que el querer popular no ha sido burlado y de los cuerpos representativos que van ejercer uno de los poderes públicos fundamentales, emanan realmente de la libre y autónoma voluntad de la nación.

Si de esa manera, dentro del limpio juego democrático, la victoria es la presea que entrega el pueblo a quienes cree que mejor saben servirlo y el justo galardón para quienes por su sinceridad, su fe y su esfuerzo supieron amparar sus derechos y despejar el horizonte de sus esperanzas; que la derrota en buena lid sea aceptada por quienes la reciban como el veredicto que la nación da en solemne momento y cuyos términos deben servir para estimular el destino de lucha de quienes no alcanzaron sus anhelos. La patria nos asista en esta hora, a los que están en esta contienda electoral, como misión histórica de interpretar al pueblo mismo del que recibe el depósito de voluntad y el poder de decisión indispensables para hacer su mejoramiento y promover su grandeza futura. Y hoy como ayer, hondureños no se olviden que el Partido Liberal representa la oportunidad para cambiar el destino de Hondura y, este 28 de noviembre mi invitación para que en esta fiesta cívica participemos con todo fervor patriótico y sea nuestra consigna, con nuestro voto elegir a Yani Rosenthal presidente de la República.
¡A los líderes políticos les pido respetar el veredicto del pueblo!

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