Los protestantes ya somos el 50% de los hondureños

MA
/
17 de noviembre de 2021
/
01:39 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Los protestantes ya somos el 50% de los hondureños

Arq. Óscar Cárcamo Vindel
[email protected]

A manera de introducción es importante el poder interpretar con cautelosa ponderación, la nueva realidad que se encarna vívidamente en nuestro país, y que en cierto sentido a mi muy personal juicio, ha permaneciendo en apariencia inadvertida para los que se dedican de oficio a descifrar el desempeño de las diferentes variables que impulsan la dinámica de nuestra sociedad.

Los escasos orientadores de opinión que abordan este especifico tema, lo realizan con relativo desacierto en notas
marginales de tímida relevancia, y hago pertinente alusión a sociólogos, politó- logos, estadistas, mercadólogos y periodistas.

Empero, de importante trascendencia es el poder asimilar en la justa dimensión como Honduras ha esperimentando de manera quieta y sigilosa, la evidencia de importantes cambios en las últimas décadas, en cierto sentido de orden estructural en la concepción de una nueva identidad en el pensamiento del hondureño, de los cuales intentaré destacar algunos de ellos:

La nación ahora contiene una nueva demografía mayoritariamente urbana y en buena medida expuesta a una nueva autoconsciencia de la globalización, dejando de ser un país históricamente rural. Adicionalmente cerca del 10% de los hondu- reños no profesan una fe en especifico y son ateos, agnósticos, o de alguna otra afiliación filosófica. El restante 90% está dividido igualitariamente entre católicos y protestantes, y para agudizar esta nueva pluralidad de pensamiento, la nación también dejó atrás los días del bipartidismo político.
En definitiva, la totalidad de los sectores de la sociedad; gremios, agrupaciones y organizaciones que componen nuestra amalgamada colectividad, sí ambicionan mantenerse vigentes y actualizadas en estos renovados y variables tiempos, ten- drán irremisiblemente que acomodarse y recomponerse de frente a esta reciente configuración orgánica de nuestra amada nación.

En tal sentido, procuraré de alguna manera ser el interlocutor de la silenciosa voz y sentimiento de una inmensa mayoría de ciudadanos constituidos por más de 4 millones de hondureños, que profesamos la fe protestante (de acuerdo a estadísticas de la Confraternidad Evangélica) y que en ocaciones resignamos el hecho que se haga referencia de nosotros con alusiones peyorativas o con un cierto énfasis de desdén.

Sin embargo advertimos que ya hemos arribando a la notable coyuntura en donde la obligada interpretación de parte de los medios de comunicación, los políticos, los empresarios, y la diversidad de instituciones, puedan deducir que los protestantes/evangélicos, si nos lo proponemos, contamos con el suficiente músculo, para poder realizar cambios trascendentales en la nación, como por ejemplo; inclinar decididamente la balanza en la elecciónn de un presidente, lograr altísima representación en un Congreso, o influenciar resueltamente la opinión pública en determinados temas de nuestro particular interés.

En tal sentido, nosotros los protestantes/evangélicos, estamos constituidos por más de cinco mil iglesias, distribuidas con una presencia absoluta que se arraiga hasta en las más recónditas aldeas y caseríos en donde no existe ni siquiera pre- sencia institucional.

Igualmente, de importante es el hecho de poder destacar que ya abarcamos todas las esferas de la sociedad, desde las clases más bajas de la escala, hasta los círculos económicos más altos. Hoy en día notables empresarios, ejecutivos, conspicuos profesionales y académicos son miembros comprometidos de la Iglesia Evangélica.

Adicionalmente contamos con importantes universidades, relevantes centros de enseñanza media y primaria en todo el país, hospitales, cientos de ONG e instituciones de desarrollo con inversiones millonarias en zonas de acentuada pobreza y decenas de medios de comunicación de cadenas radiales y televisivas cristianas que compiten con altísimos niveles de audiencia.

Aún más trascendental es el hecho que San Pedro Sula es hoy en día, la primera gran ciudad del país con mayoría de población evangélica, con cerca del 55% del total, y se pude observar el fenómeno de mega iglesias evangélicas con instala- ciones en forma de estadios que pueden albergar a miles de miembros sentados un día domingo y en múltiples horarios de servicio.

Sin embrago, la historia no termina aquí, si las tendencias de crecimiento se mantienen al ritmo actual, en los próximos y cercanos años por venir, Honduras será una nación de una contundente y abrumadora mayoría de población protestante. Lo relevante y positivo de la presente argumentación, desde mi muy particular óptica evangélica, es el asunto en cuestión que la doctrina y el espíritu del protes-
tantismo, es altamente beneficioso para la nación.

Me puedo atrever a realizar dicha aseveración sin temor a equivocarme, por- que me respalda la historia y nos hacen justicia con pertinente contundencia, por tanto, no es una mera casualidad que las naciones que se componen de una muy decisiva mayoría protestante son las naciones más avanzadas del planeta, para citar alguna de ellas: Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Alemania, Holanda, Suiza, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Noruega, Islandia, Australia, Nueva Zelandia. La biografía de estas naciones nos da fe, que la cultura del trabajo riguroso del protestante, y la rígida doctrina por altos estándares de ética y honestidad, forjaron esas sociedades desarrolladas, influenciando positivamente en el establecimiento generalizado de prestigiosas universidades bajo el modelo de la búsqueda de están- dares de excelencia tales como Oxford, Cambridge, Harvard, Yale, Princeton, etc.

En otro sentido, inoculo la concepción de la democracia con la idea de pesos y contrapesos de la separación de poderes con el pensamiento protestante de Immanuel Kant, también dio origen al pensamiento crítico, y la implementación del método científico como norma de vida por medio de los postulados del pro- testante Isaac Newton, la libre competencia y libertad de consciencia y la libertad de pensamiento son el resultado del constitucionalismo protestante, que en cierta manera son algunos de los legados que fueron los gestores de las diferentes re- voluciones industriales.

Más de Enfoques
Lo Más Visto