Violencia en línea contra las mujeres y niñas

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18 de noviembre de 2021
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12:02 am
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Violencia en línea contra las mujeres y niñas

Por: Jorge Roberto Maradiaga
Doctor en Derecho Mercantil, catedrático universitario y especialista en Derecho Aeronáutico y Espacial.

Por su importancia y actualidad abordamos tan importante temática, en la esperanza que ello sea de utilidad, para que se tomen en tiempo y forma las medidas procedentes, para contrarrestar tan cuestionable proceder.

La violencia en línea contra las mujeres no es un fenómeno aislado, sino que se localiza en un contexto social más amplio de desigualdad y discriminación de género contra las mujeres y las niñas. Por ello, para entender la violencia digital, es crucial que nos detengamos primero a analizar qué es la violencia de género, puesto que las agresiones y los ataques que viven las mujeres en sus interacciones en línea no son más que una extensión de la violencia que por muchos años las han afectado en todas las esferas de su vida.

De acuerdo con la Convención de Belém do Pará, se entiende como violencia contra la mujer “cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”.

La revolución digital ha afectado profundamente la forma en que nos comunicamos, en que obtenemos información, en que nos relacionamos y, en general, en que nos interpretamos. Ha traído consigo una paulatina fusión entre las realidades online offline que ahora experimentamos continuamente.

En efecto, un recorrido por la web revela crecientes abusos, conductas agresivas, ataques cibernéticos y actos ilícitos que están afectando desproporcionadamente a mujeres y niñas debido a su género. Aunque este fenómeno ha adquirido mayor relieve a lo largo de los últimos años, con frecuencia se pierde de vista que no es del todo nuevo.

Tal como señalan los estudiosos del tema, la violencia contra las mujeres que se observa en los espacios digitales es una extensión de la desigualdad y la discriminación de género que han existido y existen en todos los aspectos de su vida. Esta forma de violencia se ha convertido en uno de los principales riesgos para la libertad de expresión, la privacidad y la seguridad digital de las mujeres, causa graves daños a las propias víctimas y a la comunidad digital, al mermar la vigencia de los derechos humanos en Internet y la posibilidad de contar con un ciberespacio libre, seguro y equitativo que pueda redundar en beneficios para todas y todos.

Asimismo, cuando las mujeres son víctimas de violencia en línea, con frecuencia reducen sus interacciones digitales y se autocensuran ante el riesgo de que la violencia continúe, con lo cual se limita su capacidad para usar la Internet con libertad y confianza, en pie de igualdad y de acuerdo con sus necesidades y preferencias. Debemos tener presente que los efectos acumulativos de la violencia de género digital contra las mujeres y las niñas transforman y afectan de manera multidimensional la Internet, la forma en la que las personas interactúan en la red y los beneficios de la revolución digital en la sociedad de la información.

Hasta la fecha persiste confusión en torno al tema, no solo entre las propias mujeres que han sido víctimas o que pueden serlo, sino también entre las personas responsables de políticas, las autoridades, los operadores de infraestructura e instancias nacionales e internacionales, que suelen considerar la violencia de género digital como un asunto aislado.

Aunado a esto se observa que las mujeres y las niñas carecen en su mayoría de conocimientos mínimos sobre medidas de seguridad digital y protección en Internet, lo cual incrementa los riesgos y daños que sufren como consecuencia de la violencia en línea. Si bien más y más mujeres están usando Internet, la persistencia de estereotipos de género que las mantienen alejadas del manejo de las tecnologías, sumada a la normalización de la violencia de género en línea, las lleva a navegar en el ciberespacio sin la información y las herramientas necesarias para prevenir ataques a su integridad digital, en una situación de gran vulnerabilidad ante agresores que han encontrado nuevas vías para expandir el control y la violencia que antes ejercían fuera de Internet.

En este contexto, y en vista de las grandes oportunidades que se presentan con el fortalecimiento de la participación de las mujeres en los espacios digitales, el Programa de Ciberseguridad del Comité Interamericano contra el Terrorismo (CICTE) y la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM), de la Organización de los Estados Americanos (OEA), han decidido establecer una alianza que marca un giro decisivo en el enfoque regional de la seguridad digital de las mujeres.

Con esta asociación se busca, por un lado, incorporar una perspectiva de género en la estrategia regional de ciberseguridad a fin de reconocer y combatir los riesgos y las amenazas particulares que enfrentan las mujeres en Internet. Por otro lado, se quiere fortalecer las labores hemisféricas de prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres mediante un enfoque renovado que reconozca las transformaciones que las tecnologías están propiciando en las relaciones de género. El accionar en nuestro país debe ser visionario.

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