El objetivo debe ser el Congreso Nacional

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19 de noviembre de 2021
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12:02 am
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El objetivo debe ser el Congreso Nacional

Independencia y recuperación patria

Por: Abog. Octavio Pineda Espinoza
Catedrático Universitario. Político Liberal.

No hay duda que los hondureños nos jugamos el presente y el futuro del país en las próximas elecciones del 28 de noviembre y que, para lograr un cambio real en el país hay que superar muchos obstáculos, desde la posibilidad que se enturbie el proceso desde antes para evitar que se produzca la elección, ya sea a través de la promoción e incitación a la violencia política desde la extrema derecha o la extrema izquierda, hasta la intimidación del ciudadano para que no acuda a ejercer el deber y el derecho a elegir y ser electo, pasando por la manipulación de los entes electorales para favorecer a tal o cual candidato así como pasó en las elecciones primarias e internas de los partidos políticos en los primeros meses de este año, hasta la compra ignominiosa de credenciales y de los miembros de las Juntas Receptoras de Votos.

Es imperativo que los líderes de los partidos, en especial aquellos que tienen posibilidades de triunfo, hagan un llamado enérgico a sus seguidores y dirigentes a lo largo y ancho de nuestra Honduras para que se detenga la violencia política y para que las diferencias que podamos tener los hondureños unos con otros, políticas, ideológicas, económicas y sociales, las dirimamos en las urnas con el sufragio y no, como otrora pasaba en la larga y sangrienta historia de nuestro país, a punta de fusiles y balas. El órgano electoral debe convocar inmediatamente a las directivas partidarias para hacer hincapié en ello y para que acuerden como seres pensantes y responsables, el uso de la ley y sus recursos en caso de no coincidir en que el proceso fue limpio y transparente.

Dicho lo anterior, a pocos días del evento electoral más importante de esta generación, mi llamado a la oposición, de la cual formamos parte, es para que se actúe inteligentemente y no perdamos el norte sobre las cosas torales que deben pasar el 28 de noviembre y que no permitamos que los que han ostentado ilegítimamente el poder por 12 años aprovechen la emoción de derrotarlos en el nivel presidencial y se descuiden los otros dos niveles, en particular el Congreso Nacional de la República, donde, con las condiciones dadas y las reglas establecidas los partidos se ven obligados a pedir el tristemente célebre voto en plancha, mecanismo antidemocrático e impopular que habrá que reformar posteriormente pero que, por el momento les impone la obligación de hacer campaña por una votación en línea con la finalidad de garantizar la mayor cantidad de diputados de la oposición para poder así controlar el Congreso Nacional de acuerdo al cociente electoral.

No hay duda que los nacionalistas han enfilado sus baterías a asegurar esa plancha infernal que les permitió construir con 60 diputados el Estado de corrupción e impunidad en el que nos encontramos, con la que desmontaron la institucionalidad, con la que crearon un Código Penal vergonzoso y a su medida, con la que violentaron la Constitución para vender por pedazos el país a través de las ilegales ZEDE, con la que corrieron a la Maccih, con la que aseguraron la criminal Ley de Secretos Oficiales y los leoninos contratos con los que se enriquecieron a manos llenas a costa de la vida de los ciudadanos en el IHSS y la pandemia, con la complicidad, hay que decirlo, de diputados de las bancadas del Partido Liberal y de Libre, aunque ahora muchos quieran negarlo.

La alianza es solo en el nivel presidencial pero para el Congreso tanto Libre, Partido Liberal, Pinu y el mismo Partido Nacional buscan un número de diputados representativo que les permita la negociación de la directiva del órgano Legislativo y podría darse, por primera vez, que el presidente(a) sea de un partido pero el Congreso sea de otro, lo que entorpecería cualquier labor que se quiera realizar para echar atrás todas las nocivas leyes aprobadas ahí, razón por la cual es indispensable que los partidos de oposición aseguren una mayoría suficiente entre todos ellos para construir un nuevo pacto de gobernabilidad que permita la reconciliación y la unidad para la reconstrucción del país y para el fortalecimiento del Estado de derecho.

Sabiendo lo que sucede en el Congreso Nacional y las posibilidades que se abren en el mismo para hacer bien o para hacer mal, deben entender los líderes que el objetivo debe ser el Poder Legislativo, toda vez que, en el nivel presidencial las cosas se miran prácticamente decididas y que la verdadera batalla estará en elegir diputados comprometidos con el cambio, que deberán ser mantenidos a raya y vigilados por la ciudadanía, la sociedad civil organizada y sus propios partidos para que no manchen a sus instituciones ni se doblen al sonido del tilín, tilín, obligatorio hacer la auditoría social de los órganos esenciales del Estado y en el caso del Congreso, de todos los diputados.

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