GOTAS DEL SABER (62)

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20 de noviembre de 2021
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12:01 am
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GOTAS DEL SABER (62)

Vicente Mejía Colindres a Carías Andino: “DESEO QUE EN ESTE CARGO SEAS MENOS INFORTUNADO QUE YO”

Juan Ramón Martínez

I
El presidente José Manuel Arce, después de pactar con sus opositores conservadores, no tenía idea de donde vendrían los problemas. Dirigía una República más con intuición que, con conocimiento. “Por este mismo tiempo ocurrió una ruidosa desavenencia entre la Corte Superior de Justicia y la legislatura intrusa. Aquella autoridad, única legítima que existía en el Estado, había hecho protestas enérgicas contra los decretos de Arce. Consecuente con sus principios, desconoció a los poderes constituidos y que debía su existencia a dichas leyes. La nueva Asamblea creyó intimidar a la Corte de Justicia fijándole un término de veinte y cuatro horas para que prestase el reconocimiento lisa y llanamente; anunciándole también, que en caso de resistencia echaría mano de providencias extraordinaria, pero los magistrados Larrave, López, Valenzuela, Moreno y Espinoza, sobreponiéndose a estas amenazas, ratificaron un acuerdo e hicieron dimisión de sus destinos. Este rasgo de firmeza, dio méritos para que se les persiguiese criminalmente, sujetándolos al fallo de un tribunal militar, con infracción de las garantías especiales que establecía la Constitución en favor de todos los individuos de los supremos poderes, y aún con desprecio del derecho común, pues se les sometía aún orden desconocido de procedimientos” (Marure, 202, 19). Esta crisis interna, como las desgracias, no venía sola. Arce también tenía que enfrentar las dificultades con los jefes de los estados y las potencias de las asambleas estatales, contenidas bajo el concepto que tenían limitadas, más allá de la Constitución federal, sus facultades para tomar decisiones. La lucha entre los estados y sus derechos, frente a un poder ejecutivo federal débil, sin sede siquiera, sería la base en la cual caerían las estructuras de la nueva República intuitiva que, los centroamericanos, con los ojos vendados, habían empezado a echar a andar.

II
Los sucesos ocurridos en Guatemala, tuvieron efecto en todos los estados. El 9 de noviembre de 1826, en vista de los estados ocurridos en la capital federal que hemos señalado antes y, lo más impactante, la destitución violenta que el presidente Federal José Manuel Arce había ejecutado en contra de Juan Barrundia, jefe del Estado de Guatemala, Herrera poniendo las barbas en remojo, “ dicto un Decreto por el cual ordeno que nadie saliera del territorio (del Estado de Honduras); o transitara por él, sin pasaporte, estableciendo al mismo tiempo una estricta vigilancia en todo el país (Cáceres Lara, 1980, 327). Además, Herrera sentía que las fuerzas de oposición en Comayagua seguían creciendo y que había individuos y grupos, que realizaban acciones destinadas a “seducir y engañar a los pueblos con el objeto de destruir el sistema de gobierno adoptado y a todos los que pudieran sostenerlo; en vista de avisos empresas y otras noticias en que se manifestaba que se habían enviado religiosos, oficiales y otros sujetos para poner en práctica tal seducción y teniendo presentes los escandalosos sucesos ocurridos en Guatemala y la división que los agentes de la tiranía habían establecido en Nicaragua. En realidad, la situación de Honduras era convulsa porque habiendo dado Herrera, prueba de sus ideas liberales y de solidaridad con las autoridades depuestas arbitrariamente en Guatemala, se había hecho objeto del odio conservador, encabezado por el clero, especialmente por el célebre José Nicolás Irías (vicario de la diócesis), exponente como más tarde don Miguel del Cid, del más cerrado y hostil movimiento reaccionario” (Cáceres Lara, 1080,378). El clero, cuya influencia había sido fundamental para la dominación de la población durante la colonia, resentía la pérdida de poder. Por ello, en momentos se alinearon con los conservadores o con los liberales, para enfrentar al gobierno. Herrera anticipaba, con buen juicio que la hora de recibir los golpes de Arce se acercaba. Además, él había cometido errores – no inclusión en el presupuesto del Estado de las sumas destinadas al sostenimiento del gobierno federal, la toma de las factorías de tabaco en los llanos de Copán que era un estanco federal – provocarían la invasión de Milla en su contra y que le llevarían preso a Guatemala. Un poco más de treinta años después, del Cid, disputando por el apoyo de Guardiola para hacerse con mitra obispal de la iglesia de Comayagua, excomulgaría al gobernante e iniciaría la conocida guerra de los curas.

III
El 10 de noviembre de 1890 estalló una crisis en el gobierno de Luis Bográn. El comandante de Tegucigalpa, Longino Sánchez, como efecto de malas relaciones con el ministro de Finanzas, Simeón Martínez, que le negaba los desembolsos para la operación de las tropas bajo su mando, lo capturó y lo fusiló, en un acto de clara insubordinación. Pero que, aunque no tenía objetivo derribar al gobierno de Bográn, este lo aprovechó para enfrentar el problema como una acción militar en su contra. Por ello, el presidente Bográn se atrincheró en Támara y acordó nombrar como gobernador político y comandante de armas de Tegucigalpa a Policarpo Bonilla, jefe del Partido Liberal. Además, emitió el siguiente decreto: “Luis Bográn, presidente constitucional de la República, Considerando: que la sublevación del general Longino Sánchez, ocurrida en la capital el 8 del corriente, ha alterado la tranquilidad pública; por tanto, Decreta: Artículo 1°. Se declara la República en Estado de sitio. Artículo 2°. Los tribunales de justicia continuarán funcionando en tanto no estorben las operaciones de la guerra; excepto en la capital donde quedarán suspensos todos los funcionarios públicos. Artículo 3°. El ministro de Guerra queda encargado de la Secretaría General del Gobierno. Dado en Támara a 10 de noviembre de 1890. Luis Bográn. El ministro general, Carlos F Alvarado”. El enojo y la insubordinación del general Sánchez, no pretendía derribar al gobierno de Bográn. Fue un acto de incomodidad ante el tratamiento que Martínez, desde el Ministerio de Finanzas le dispensaba a Sánchez. De tal manera que las medidas de Bográn, fueron desmesuradas. Al extremo que el general Longino Sánchez, abandonó la capital y en las cercanías del Cerro de Hula, se infirió un balazo en el cielo de la boca, muriendo instantemente.

IV
San Pedro Sula experimenta su modernización como efecto del desarrollo de la industria bananera. En términos arquitectónicos, especialmente en la construcción de viviendas y edificios públicos, el modelo fue el de las construcciones levantadas por la Tela Rail Road Company en la vecina aldea de la Lima. Casa de madera sobre polines. “Con la llegada de nuestros primeros arquitectos, como don Héctor Bustillo Oliva, graduado en Inglaterra en los años treinta y don Antonio Ruiz Paz, graduado en México en los años cuarenta, se inició una etapa de cambios en la construcción, con la introducción de nuevas estructuras y casas con nuevo estilo, muy estéticas y con diseños funcionales. Cabe recordar, por ello, a don Arturo Nuila, egresado de la Universidad Autónoma de México y que fungió como arquitecto infiere. Edificios como el del Correo Nacional, el de la Droguería Nacional, el del Casino Sampedrano, el de la Escuela Francisco Morazán y especialmente el del nuevo Palacio Municipal y el del mercado central, además de los edificios de Cervecería Hondureña, son algunas de las construcciones de especial relevancia que Bustillo Oliva diseño. Se le atribuye el monumento al prócer Francisco Morazán y la estatua de Lempira, en la Avenida de los Leones. También construyó residencias muy clásicas como la casa de doña Pastora Bustamante, en el bulevar Morazán (donde posteriormente se construyó el Centro Comercial Prisa); la casa de la familia Meza, frente al Palacio Municipal donde hoy queda el Registro de las Personas; la mansión Díaz Zelaya, ya desaparecida que estaba al inicio del bulevar Los Próceres; la residencia de don Henry Kattan, en las afueras del barrio Guamilito, y otras estructuras que marcaron época, como las de los cines Colombia e Hispano y la del hotel Colombia. Surgieron también otras construcciones ejemplares cuya autoría se desconoce, y que siguen en pie, como testigo de aquel momento; entre ellos están el edificio del Telégrafo, la estación del Ferrocarril Nacional, el New York Hotel y el Hotel Internacional y, especialmente, los edificios comerciales de la tercera avenida o Calle del Comercio, que funcionaban como tiendas en el primer nivel y como residencias privadas en el segundo piso” (Roberto Elvir Zelaya, “Estampas de mi Niñez, Relatos para Liam”, 2018, 22, 23).

V
“ Podemos mencionar que para 1870, Meambar, departamento de Comayagua, estaba poblada por un reducido número de familias, cuya descendencia vive actualmente en la jurisdicción municipal, como se desprende de los apellidos que predominan, entre los que se encuentran los siguientes: Padilla, Bardales, Oviedo, Meza, Bueso, Oseguera, Mejía, Ulloa, Ramírez, Romero, Bonilla, Ponce, Flores, Caballero, Rivera, Reina, Maldonado, Redondo, Cartagena, Salinas, Carranza, Castillo, Aguilar, Urbina, Velásquez, Calderón, Guillen, Medina, Soler, Mencía, Galindo, Canales, Baires, Hernández, Rodríguez, Andrade, López, Archaga, García y Ávila” (Walter Enrique Ulloa Bueso, “Meambar, descubriendo su historia”, 2011, 14)

VI
Para 1830, en Olanchito no vivía nadie, entre los llamados capitalistas, de apellido Bardales, Santos, Ramírez, Quezada; o, Ponce. Eran pobres, probablemente. Los de apellido Martínez, eran muy pocos. Predominaban entre los apellidos de personas entre las calificadas como capitalistas, los Soto, Núñez, Puerto, Posas, Lozano, Castro, Gonzales, Carbajal, Espinoza, Andino, Meléndez, Meza, Arteaga, Cárcamo, Ocampo, Cano, Rodríguez, Moreno, Sánchez, Juárez, Almendrares, Delicur, Duarte, Sandoval, Romero y otros más.

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