¿Por qué entré en política?

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20 de noviembre de 2021
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12:01 am
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¿Por qué entré en política?

Por: Dra. Idalia Herrera

Mi vida la he dedicado a ejercer mi profesión, nunca pensé en participar en política. Antes de responder a la pregunta título de este artículo, deseo compartir con el amable lector, de donde procedo, de quien heredé mis rasgos físicos, mi identidad y mi esencia.

Mis padres Carlos Herrera y María del Carmen Pereira de Herrera fueron personas ejemplares, inteligentes, honestas, bondadosas, trabajadoras con un gran compromiso moral y ético, respetuosos de las leyes de Dios.

Mi padre se tomó la tarea desde que era una niña de inculcarme el deber por el estudio y por ser la mejor estudiante, por ser una mujer con una carrera independiente, una profesional de primera línea y supo convencerme para estudiar odontología, pues era también su pasión profesional.

Mi madre toda una señora, se dedicó con amor y abnegación a cuidar de su esposo y de sus hijos, sus manos eran mágicas y elaboraba la más rica y saludable comida. Fue una mujer valiente y tenaz, excelente esposa y la mejor mamá. Ella cultivó en mí, el ser una buena cristiana, me enseñó con su ejemplo el amor al prójimo; ella cuidaba de cuanta persona podía. Así me formé, con los mejores padres que Dios me pudo dar. Vengo de una familia honrada de grandes cualidades humanas.

Mi entrada a la política, se debe a la invitación de un paciente, el doctor Marlon Escoto, quien me compartió sus ideas sobre la Honduras con la que sueña y por la que trabaja, solicitándome acompañarle como candidata a diputada por Francisco Morazán. Admiré la administración y el actuar del doctor Escoto en el Ministerio de Educación, pues soy una apasionada de la educación como vehículo personal de movilidad social y económica, ya que lo experimenté en mi propia vida.

Mi padre murió inesperadamente en un trágico accidente vial; mamá que lo acompañaba sobrevivió quedando muy mal y pasó meses hospitalizada, en ese entonces yo tenía 17 años, recién pasaba un par de semestres en la UNAH.

No concebía una vida sin papá, con su muerte me sentí devastada. Estuve un mes sin salir de casa, prácticamente sin comer, triste y deprimida. Mis maestros al ver que no llegaba a clases y sabiendo que era la hija del doctor Herrera me contactaron, y una de mis maestras, fue a casa y me llevó a la Universidad, consciente ella, de que por mis notas, podría optar a una beca. Obtuve la beca y gastos por Lps. 200 al mes, que debían ajustarme para mi mantenimiento y para mis gastos de graduación.

Me gradué con honores, saqué al crédito mi primera clínica y comencé a trabajar, ¿por qué comparto esta parte de mi vida? Lo hago porque considero que no hay una excusa válida para no estudiar y para salir adelante como mujer profesional. Papá siempre me dijo: “Hágase una profesional para que no dependa de nadie; si se casa que sea por amor y no por la necesidad de que alguien la mantenga”.

Seguí solo parte de su consejo, me casé muy joven, a los 19 años, con la condición dada por mamá, de que me graduara; me casé siendo una niña sin saber lo que estaba haciendo y pagué un precio alto por ello. Por triste experiencia sé que una niña no debe de casarse y menos buscando la figura de un hombre a quien idealizó. Fui bendecida con un hijo, pero la vida para una madre joven aun siendo profesional es difícil y lo es más, para una mujer que no es independiente económicamente.

Mi historia de vida que jamás pensé compartirla y menos tan abiertamente, es lo que precisamente me motiva a buscar una posición en la que pueda ayudar y aconsejar a jóvenes, especialmente a jóvenes mujeres, para que sean parte productiva de la vida política, económica y social de Honduras, realizándose como mujer y como profesional.

He quedado tristemente sorprendida con los resultados de las encuestas de las brigadas médicas en las que he participado, brigadas altamente concurridas, siendo los dos puntos más destacados: la necesidad de centros de salud y el embarazo en adolescentes.

Soy de ideología liberal y en los gobiernos liberales es donde más se ha ayudado al pueblo sin distingos políticos y basada en ese legado, pienso que la educación y la salud son los pilares fundamentales en que se debe construir la plataforma que permita el desarrollo económico y social no solo del país sino del individuo mismo, del hombre y de la mujer hondureña y debemos educarles desde jóvenes para que puedan optar a un mejor nivel de vida para ellos y su descendencia.

Manejar con honradez y vocación de servicio la salud como la educación, son las razones que explican de mejor manera, porqué entré en política.

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