Juan Ramón Martínez
I
A finales del siglo XIX, la preocupación eran los imperios y sus respectivas dominaciones. El siglo XX, el siglo de las ideologías, el temor fue por los autoritarismos. Posiblemente las obras más populares, anticipatorias de un futuro dominados por hombres y gobiernos fuertes, sean las de George Orwell: “Rebelión” en la Granja y “1984”. Esta última, de cara a la vigilancia que la revolución tecnológica les permite a los gobiernos sobre sus ciudadanos, tema que ha vuelto a tomar fuerza. Especialmente porque el desarrollo tecnológico, permite ahora y mucho más en el futuro, vigilar a los ciudadanos e incluso orientar sus decisiones, sin que estos se den cuenta siquiera. “El Cuento de la Criada”, de Margaret Atwood se viene agregar a esta lista de libros que anuncian la pérdida de la libertad. “La República de Gilead solo le ofrece a Defred una alternativa: procrear. Si se niega la colgarán del Muro o la condenarán a una muerte lenta por radiación, como al resto de los disidentes. Pero ni siquiera un Estado opresor puede aniquilar el deseo, ni el de Defred ni el de los dos hombres de quienes depende su futuro. Con una trama tan brillante urdida como bien ejecutada, en esta poderosa evocación de los Estados Unidos del siglo XXI Margaret Atwood da rienda suelta a su ironía demoledora, su ingenio y su fina percepción”. Pero, además, nos previene del fantasma y los peligros que, la cuarta revolución tecnológica, proyecta sobre las personas, especialmente en los países desarrollados del mundo. Una alegoría, bien escrita y de agradable lectura; pero que, anuncia momentos terribles en el futuro. En que, lo típico será la renuncia a la libertad y el control desde afuera, de las decisiones individuales.
II
“Imperofobia y Leyenda Negra” de María Elvira Roca Barea es como dicen algunos críticos, el ensayo más exitoso de los últimos tiempos. Sobre nuestro escritorio tenemos la 21 edición de este libro voluminoso, denso y documentado de 476 páginas, de letra apretada y de información exhaustiva sobre el tema de la crítica a los imperios (Roma, Rusia, Estados Unidos y España). Me llama la atención la no inclusión de Gran Bretaña. Después, en la lectura, me entero que Inglaterra ha sido la gran promotora de la leyenda negra de España, su competidora. Es además, una exploración teórica del porque surgen las naciones, se desarrollan los imperios y se produce desde afuera y desde adentro, la crítica descalificadora de quienes sufren su dominación. Es la otra cara de la moneda de los países dominantes que buscaron, originalmente por lo menos, en la antropología, una justificación de sus acciones al desvalorizar a los pueblos dominados, para racionalizar su acción “civilizadora”. Además, “muchos mitos e ideas preconcebidas de la historia de España se caen ante la contundencia y brillantez con que la autora desmenuza los materiales propagandísticos que utilizaron nuestros vecinos del norte para no contribuir precisamente a nuestro autoestima”, como escribe Isabel Coixet. Coincidimos, igualmente con Agustín García Simón, sobre que, estamos frente a “un libro imprescindible para comprender sin anteojeras algunas cuestiones fundamentales de la historia y la cultura española. Un estudio implacable de cómo se inventa, escribe y manipula la historia por intereses inconfesables”. Bueno aquí está, un libro que nuestros historiadores, puedan levantar la vista y entender cómo se producen los acontecimientos y cómo se manipulan sus efectos, de conformidad a los intereses de quienes financian los libros o las investigaciones científicas exploratorias coloniales. Y los informes científicos de los especialistas. O de los organismos internacionales que los contratan.
III
Nery Alexis Gaitán, ha publicado la novela: “El amor muere todos los días”. Texto narrativo de gran concisión, donde se nota al narrador experimentado que brinda una historia novedosa en nuestra literatura. Sin develar mucho la trama, la novela empieza con la vivificación de la sangre contenida en la Sábana Santa que permanece en Turín. Luego asistiremos al origen del mal con la aparición de Caín, que, maldecido por Dios, por haber matado a su hermano Abel, empezará un recorrido eterno, cual Judío Errante, dejando una estela de maldad y odio por los lugares recorridos. Interesante es la interacción que entabla con Jesús de Nazareth y lo que, se le atribuye en todo el proceso de la pasión y muerte del Salvador del Mundo. Luego, en un cercano futuro, conoceremos las andanzas de un nuevo mesías y su mensaje redentor. Y de qué manera la humanidad responde a su mensaje. Esta novela no deja de ser un análisis sobre la conducta humana en general y lo que el hombre está dispuesto a hacer para no renunciar a su estilo de vida individualista. Tal como leemos en la contraportada: “Es una profunda reflexión sobre la condición humana. Es un recorrido por el proceder de los hombres, que siempre están dispuestos a vivir a su manera; algunas veces sin reflexionar en la naturaleza de sus actos”. Los lectores se darán cuenta que el hombre del pasado es el mismo de ahora, con todos sus errores y aciertos. Esta novela de excelente construcción narrativa es, una agradable experiencia para reflexionar sobre el sentido de la vida. La recomendamos.
IV
Elvin Munguía, en “Siete Cuentos Ígneos”, consolida su oficio de limpio narrador. En estos cuentos el signo narrativo, típico del realismo mágico, Munguía manifiesta una percepción narrativa que se torna engañosa, no por la ficción literaria, sino por el contenido de cada relato y la acción que compromete a los personajes, haciendo que los lectores igual que los protagonistas, no distingan lo real de lo ficticio, lo subjetivo de las percepciones y lo objetivo de los personajes; y, por eso, en la medida que se avanza en la lectura, se torna obscuro el texto, envuelto en una neblina que, le va robando al lector la conciencia, sumiéndolo en territorio desconocido, proyectando la escena narrativa en un espacio que hace sentirnos afectados de insomnio, alucinaciones volviéndonos testigos de la violencia que interfiere en algunos momentos. Un avance formal, que permite clasificar a Elvin Munguía entre los cuentistas hondureños que buscan nuevas formas de narrar y de provocar en el lector, más allá del placer, la complicidad en la medida que se implican en el universo narrativo. Creemos que hay que, prestarle atención a este joven narrador, llamado a darnos en cada una de sus entregas nuevos avances en su oficio de narrador. A propósito, el cuento Bajo el Misterio de la Aurora, –que publicáramos el domingo anterior y que no pusimos su nombre– es parte del libro que comentamos.
