¡Votar para elegir!

ZV
/
22 de noviembre de 2021
/
12:03 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
¡Votar para elegir!

Por: Edmundo Orellana

Como los dirigentes de los partidos políticos nos privaron de tener la llave para resolver nuestras diferencias políticas, sin dejar dudas sobre el resultado electoral, es absolutamente necesario votar masivamente para expulsar a los nacionalistas del poder con una mayoría suficiente que no dé lugar a la manipulación de los resultados.

Se negaron, en efecto, a aprobar la segunda vuelta electoral que nos habría permitido resolver cualquier duda sobre los resultados, ofreciéndonos la oportunidad de una segunda elección en la que solamente participan los que ocupan los dos primeros lugares, excluyendo a todos los demás. La segunda vuelta permite conocer quién de los dos contendientes es el preferido de la población políticamente activa, porque los votos se distribuyen únicamente entre ellos, lo que, normalmente, resulta en una gran diferencia, que torna incuestionable la victoria.

Estamos atrapados, entonces, en el sistema tradicional del régimen bipartidista, pese a que son tres las opciones electorales que pujan fuertemente para obtener la victoria, aunque de estas solo dos pueden, ciertamente, expulsar al Partido Nacional del poder.

En este esquema, los votos que cuentan son los sufragados a los partidos que ocupan los dos primeros lugares, los demás votos no se cuentan para definir los resultados, es decir, no tienen ninguna incidencia en los resultados del nivel electivo presidencial. Quien vote por un candidato presidencial de un partido de maletín, debe saber que su voto no es útil para decidir la elección de presidente de la República, es decir, bota el voto.

Quien así vota renuncia a su condición de ciudadano porque decide conscientemente no ejercer su derecho a elegir, ya que el derecho político reconocido por la Constitución es “elegir”, no “votar”. Por consiguiente, desaprovecha la oportunidad para ejercer su derecho a elegir quien vote por candidatos sin posibilidad alguna.

Dos son las propuestas electorales reales. Libre y el Partido Nacional. El candidato presidencial de uno de estos partidos será el próximo presidente de la República. Si gana el Partido Nacional seguirá el régimen actual y, por supuesto, la pesadilla del pueblo hondureño. Las opciones son: si quiere seguir bajo este régimen, es su derecho votar por el Partido Nacional; si quiere librarse de este régimen, es su derecho votar por Libre.

Si usted no pertenece a ningún partido tiene derecho a escoger entre continuar con los mismos o expulsarlos del gobierno. De usted depende que el país siga por el camino de la ignominia o deje atrás la pesadilla de la deshonra nacional. Lo que sería incomprensible es que, siendo independiente, decida votar sin posibilidad de elegir. Sería como pretender avanzar con una bicicleta fija, pero con el agravante de que, como ocurre con las células cuando se respira aire sin oxígeno, estaríamos condenando a muerte nuestra democracia.

Su voto activa ese enorme poder que reside en el pueblo: la soberanía. Por su medio se diseña el Estado, se dirige la nación, se decide y se ejecutan las decisiones, se juzga y se prepara el futuro. Siempre, por supuesto, que su voto sea útil para elegir.

A nivel presidencial, el voto útil, para quien desee expulsar el actual régimen de la corrupción y de la impunidad, es el sufragado a favor de la candidata presidencial de Libre, Iris Xiomara Castro Sarmiento. Votar por otras opciones, es restar la posibilidad de expulsar a los que tanto dolor han provocado en el pueblo hondureño.

Si decide votar por Iris Xiomara, pero no es militante de los partidos de la Alianza o es independiente, es su deber constituirse en oposición a partir de su toma de posesión como presidenta de la República, para exigirle el cumplimiento de sus propuestas, entre estas: desmontar la dictadura, derogando las leyes que concentran el poder en el presidente y aprobar la segunda vuelta electoral; eliminar la dictadura parlamentaria, derogando la ley del Poder Legislativo y reduciendo a un año el período del diputado-presidente; derogar las leyes de la impunidad; rescatar la República; y reconstruir el Estado de derecho. Ayudémosla, votando por los candidatos a diputados más confiables de los partidos Libre, PSH y Liberal (los que se sumaron a la Alianza y otros que no se sumaron, pero que son, igualmente, confiables) y evitemos la dictadura parlamentaria, garantizando la legislación pertinente.

Contribuyamos al éxito del nuevo gobierno advirtiendo del peligro que entraña ceder a la seducción del poder, censurando los yerros y omisiones, aplaudiendo los aciertos, condenando los abusos y apremiando las decisiones urgentes, en lugar de ser observador indiferente o complaciente, justificando los excesos o contribuir a su ejecución, porque se convertirá en responsable de su propia desgracia.

Es nuestro ineludible deber expulsar del poder a quienes han cubierto de vergüenza el país. Nuestra divisa es: ¡votemos masivamente, pero para elegir! Votemos, pues, por Iris Xiomara y digamos con fuerza: ¡BASTA YA!

Y usted, distinguido lector, ¿ya se decidió por el ¡BASTA YA!

[email protected]

Más de Columnistas
Lo Más Visto